La vida puede entenderse bajo las premisas de la teoría de la evolución. Los hechos azarosos que nos suceden modifican nuestra vida, pudiendo hacerla mejor (adaptación positiva) o peor (adaptación negativa).
Se cuenta el caso de un monaguillo a quien el cura, después de muchos años, despidió por no saber leerlo ni escribir. Para salir adelante tuvo que aprender a leer y escribir, y así consiguió un trabajo en el que pudo progresar, llegando con los años a ganar mucho dinero y virvir cómodamente.
Años después el cura se encuentra con su antiguo monaguillo y le pregunta cómo le va.
- Muy bien, tengo una familia y vivimos cómodamente de mi trabajo, en el que me tienen en muy buena consideración.
- ¿Y cómo es eso, si tú no sabías leer ni escribir? - le preguntó el cura.
- Pues gracias a usted. Si no me hubiera echado, aún seguiría siendo un humilde monaguillo que no sabría leer ni escribir.
Es sólo un ejemplo de como las circunstancias modelan nuestra forma de vida, introduciendo en ella cambios cuando no somos nosotros capaces de tomar decisiones para ello, y aún siendo capaces de tomarlas.
Es una presunción creer que sólo somos producto de nuestras decisiones, la vida nos lleva por caminos inesperados cuando no somos capaces de decidirlos nosotros, y aún tomando las decisiones para forjarnos nuestro propio camino.
Por Cástor y Pólux.
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