Antes de comenzar la reflexión política que os presento este sábado, quiero adelantar que mañana publicaremos el prometido artículo de Pólux, quien les escribe la presente entrada, titulado "PERCEPCIÓN Y ESCALAS", y que versa sobre la forma en que percibimos la realidad y cómo varía ésta con independencia del objeto percibido y la mente que lo percibe.
Los partidos políticos no dejan de sorprenderme, en este caso los dos mayoritarios, PP y PSOE, al menos por ahora.
Siempre que les ha interesado hacer pactos de gobierno con fuerzas minoritarias para poder gobernar, lo han hecho sin problemas ni remilgos Pero de un tiempo a esta parte oímos eso de que gobierne el partido más votado. Es algo muy lógico, sensato y bonito, pero los partidos políticos no lo sugieren ni por su lógica, ni por sensatez ni por una cuestión estética, sólo lo sugieren por interés propio, único fin que les mueve.
Hemos escuchado a la Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, pendiente de formar gobierno, que le dejen gobernar como la lista más votada en un acto de sensatez para la gobernabilidad, la misma Susana Díaz que en la anterior legislatura pactó con IU para gobernar en contra de la lista más votada, la del PP. Pero es que también escuchamos a los líderes del PP pidiendo que gobierne la lista más votada, cosa que les beneficiaría enormemente en las recientes elecciones municipales, el mismo PP que impide con sus votos la investidura de Susana Díaz, la más votada en las pasadas elecciones autonómicas andaluzas. Aquí cada cual argumenta según sus propios intereses, y lo que hoy vale para mí, mañana no vale para ti.
La emergencia con fuerza de nuevos partidos que amenazan el ya tradicional bipartidismo español, ha puesto sin duda nerviosos al PP y al PSOE, que ven peligrar su hegemonía, uniéndoles en una cruzada de descalificación a partidos, asociaciones, plataformas y líderes que conforman esas fuerzas emergentes, haciéndoles con ello más un favor que otra cosa, pues tales descalificaciones, al verse avaladas por un nerviosismo falto de argumentos, parecen falsas acusaciones cuando en el fondo pudieran llevar algo de realidad en cuanto a la ingobernabilidad de utopías fáciles de declarar, al estilo del actual gobierno griego que tanto ha tenido ya que rectificar ante la imposibilidad de imponer sus tesis, dirigido por Alexis Tsipras (SYRIZA, Coalición de Izquierda Radical), con el apoyo para su nombramiento de la derecha nacionalista (Griegos Independientes, ANNEL). Vemos que en cuestión de pactos todo es posible, dentro y fuera de España.
A pesar de todo, creo muy positiva la emergencia de nuevos partidos y grupos políticos, a ver si la política en España despierta de un letargo que dura ya demasiado, y se aprende a gobernar en común a favor del bien común y por encima de intereses particulares, aunque esta idea, todo hay que decirlo, no deja de ser en la actualidad una utopía como esas que muchos creemos que no sirven para gobernar pero que tal vez deban tener su oportunidad. Al fin y al cabo la ideas más utópicas suelen ser las que más adelantan el progreso del mundo.
Por Pólux.