"LA JUSTICIA ES UN CACHONDEO"
Por Pólux (10-05-2016)
Recuerdo como a principios de 1985, desafiando los avisos de que aquello acabaría con la apertura de diligencias en un Juzgado, el incombustible alcalde de Jerez (Cádiz) por aquel entonces, Pedro Pacheco, abogado y político, pronunciaba la célebre frase de "la justicia es un cachondeo".
Incluso el Colegio de Abogados de Jerez convocó una reunión urgente de su junta gestora para estudiar sus declaraciones y emprender, en su caso, medidas disciplinarias.
Independientemente de las razones que le llevaron a decir aquello, lo cierto es que se convirtió al alcalde en una especie de Robin Hood moderno, y lejos de censurarse aquella frase y lo que significaba, se extendió por el pueblo como un reguero de pólvora la concepción cierta de que la justicia era un cachondeo, y la frasecita se repetía por todos lados.
Comenzó lo que parecía una lucha personal del Psoe de Andalucía contra Pedro Pacheco, líder del Partido Andalucista, que finalizó con la condena de éste por parte de la Audiencia Territorial de Sevilla, aunque posteriormente el Tribunal Supremo le absolvió entendiendo que Pacheco había hecho "crítica política", por lo que resolvió a favor del derecho a la libertad de expresión, contrariamente a lo considerado por la Audiencia y para tranquilidad de una gran parte del pueblo que consideraba excesiva la pena impuesta por la Audiencia, resolviendo así el problema que le caía encima.
Cuento todo esto porque cada vez me viene más a la cabeza la célebre frase de Pedro Pacheco. Cierto es que la Justicia es ejercida por personas, con sus mentalidades e ideologías, pero si son incapaces de dejarlas de lado para aplicar con rigor lo que deberían ser unas pautas comunes, o consensuadas, allá donde puedan serlo, la Justicia se convierte en lo que es, un cachondeo, donde lo que prima es el parecer y la opinión particular del Juez.
Pregúntenle a Abogados y Procuradores, cuando dicen aquello de "vas listo, te ha tocado fulanito", o "te ha tocado el Juzgado con más retraso, antes de un año no te contestan". Pero es que no hay ni que preguntar a los profesionales, no tenemos más que ver los palmarios distintos criterios. Dos ejemplos.
En las Sentencias de Divorcio, el que den la custodia compartida o no de los hijos no dependen ni de lo reclamado, ni de las alegaciones ni de otras circunstancias a tener en cuenta, no, depende exclusivamente del Juez. Hay Jueces que consideran que hay que dar la custodia compartida y la dan de forma habitual, y otros que no, y lo habitual es que no la den. Al final que te den la custodia compartida depende del número del Juzgado en el que se siga el procedimiento, es decir, del Juez.
Otro caso, menos conocido, pero igualmente irritante. Las solicitudes de los extranjeros de nacionalidad por residencia en territorio español, inician un procedimiento en el Juzgado Civil correspondiente, donde el Juez encargado ha de determinar si el solicitante está suficientemente integrado en la sociedad española (requisito que marca la legislación). Para evaluar el grado de integración hay algunos requisitos más o menos objetivos, como por ejemplo que el interesado hable y entienda el idioma español, pero además el Juez entrega un cuestionario (o hace las preguntas) que debe contestar dicho interesado. Pues bien, algunos cuestionarios constan de diez preguntas del tipo quien es el Presidente del Gobierno, a qué edad se obtiene la mayoría de edad, diga el nombre de algún deportista famoso o si existe la igualdad entre hombres y mujeres. Pero otros Jueces usan un cuestionario que puede llegar atener hasta cuarenta preguntas, donde se llega a inquirir sobre conjugaciones verbales, cuestiones de organización política y territorial, funcionalidad de las Cámaras, cuál es la isla no española más cercana a la península y otras por el estilo, pareciera que en un intento desesperado porque no superen la prueba. Estoy seguro que la gran mayoría de los españoles no pasaría un cuestionario como ese.
La conclusión es que depende del Juez que le toque a un extranjero para iniciar su procedimiento se le concederá o no la nacionalidad, pues el Juez, cuestionario en mano, dirá si está o no suficientemente integrado en la sociedad española, lo que es concluyente para la concesión de la nacionalidad.
Este tipo de cosas son las que cuesta entender de la Justicia. Los Jueces son humanos y lo comprendemos, pero no lo hacemos, ni queremos hacerlo, cuando se muestran demasiado humanos, porque entonces dejan la Justicia a la altura de sus creencias y opiniones, y convierten con ello la Justicia en un cachondeo.