CORRUPCIÓN POLÍTICA Y PUEBLO.

Miramos a nuestro alrededor y vemos de todo, y entre gente educada y respetuosa con los demás (nos parecen los menos) vemos a quien deja el coche aparcado atravesado cogiendo dos plazas, a quien se cuela con descaro en la cola del supermercado, quien empuja para subir al tren y coger el mejor sitio, quien aparca en plaza de minusválido sin serlo, quien se entretiene haciendo pintadas en la pared de una casa ajena, quien se divierte bebiendo y orinando en el portal de un vecino, quien por puro tedio o por revanchismo personal ralla la pintura de los coches..., en fin, aprovechados y descarados que siempre los hay, y hasta seguramente alguna vez lo hemos sido nosotros, pero sin duda los hay reincidentes y especialmente proclives a ello.

¿Y si uno de estos tipos llega a Ministro, a Director de algo, a cualquier cargo con algo de poder o hasta a Policía Municipal?, ¿creen de verdad que se comportará? Si no es capaz de aguantar sus tendencias para aprovecharse de una pequeña situación sin transcendencia, ¿cómo va a ser capaz de aguantarse cuando puede ejercer el poder? Eso es, ni más ni menos, lo que creemos que sucede hoy día en el mundo político y empresarial.

Nos llevamos las manos a la cabeza ante tanta corrupción, ante tanto aprovechado. Y hablamos de prevaricación, directivos con contratos blindados e indemnizaciones millonarias, comisiones, sobresueldos, abuso de autoridad y un muy largo etcétera. Pero estos señores no hacen nada que no hayan hecho antes, sólo que ahora lo pueden hacer a gran escala.

¿Y quienes son las personas que nos dirigen, que llegan a políticos o empresarios? La gente normal del pueblo, no hay más. Así que el problema de la corrupción política o empresarial es un problema de toda la sociedad, de la mentalidad que impera y nos hace actuar como pillos siempre que se pueda.

Por eso nos parece un autoengaño hablar de la clase política como unos aprovechados ajenos al pueblo. Es el pueblo el que nutre los puestos de sus dirigentes. La pillería está en nuestra cultura, y de la pillería a la corrupción sólo suele haber un cargo de poder.

Por Cástor y Pólux.

DESCONOCIMIENTO PERO NO LÍMITE.

Poco hemos hablado del verano. No es la mejor época para nuestra atalaya, más que por el calor por la aparición de más personas a nuestro alrededor. Pero cada época tiene sus circunstancias.

Las noches estrelladas son magníficas, el agua del mar refrescante, pero las ideas... No parece poder pensarse algo nuevo y original a lo ya pensado sobre la vida consciente. Nos sentimos atrapados dentro de lo que parecen ser límites de nuestra razón.

Pero todo desconocimiento aparece inicialmente como límite de nuestra razón, y solo el tesón y el ahínco nos hace crear métodos para superar ese desconocimiento. Por eso podemos pensar que lo que hoy parece límite tal vez mañana esté superado. La flexibilidad mental (capacidad para aceptar nuevos sucesos) es indispensable para el avance de la razón.

Y aquí seguimos, con calor pero con una aliviante brisa marina, pensando en todo ello desde nuestra atalaya...

Por Cástor y Pólux.

INMIGRACIÓN, ESPERANZAS Y HUMILDAD.

Unos mucho y otros poco. Pocos tanto y muchos nada.

Solemos usar el tópico del "que mal repartido está el mundo", más que como una reivindicación, como una queja por nuestra posición frente a otras que consideramos mejor.

Pero objetivamente nosotros estamos mejor (desarrollo, educación, sanidad, rentas, etc.) que mucha más gente que renuncia a todo y se tira al mar para cruzar una frontera de esperanza hacia una mejora que en muchísimos casos no llega.

Pero cada uno hacemos nuestra vida, la que a duras penas llevamos, y nos quejamos por ello. Pero es natural y bueno querer progresar y afianzar el bienestar, es el mismo principio que hace a un inmigrante cruzar media África y un trozo de mar. Por ello sus razones son tan poderosas como las de todos, más incluso si cabe dada la precariedad de su situación.

No entender esa igualdad lleva a situaciones xenófogas, racistas o a otros tipos de marginación, cuya única justificación hay que buscarla en una mentalidad aburguesada y acomodada, tan legítima por supuesto como cualquier otra, salvo por la falta de respeto que muestra hacia otros.

No nos quitan los puestos de trabajo, ni peligra nuestra identidad patria, tan sólo nos muestran una realidad difícil ante la que debiéramos ser un poco más humildes.

Por Cástor y Pólux.

CONOCIMIENTO: CIENCIA Y AUTOCONSCIENCIA.

¿Dónde estamos?, ¿por qué? La autoconsciencia nos define diferentes al resto de animales y objetos de la naturaleza, o mejor dicho, del cosmos que conocemos o creemos conocer.

Como hecho diferenciado debe tener una causa diferenciadora, o al menos eso parecen indicar la lógica y la intuición. Pero éstas son construcciones mentales propias de la condición humana, por tanto no pueden ser punto de referencia para una teoría de la causa diferenciadora, pues nos posicionamos desde la perspectiva humana.

Finalmente nos quedamos sin referencias, pues sólo cabrían aceptar las de un Dios-causa externo a nosotros, y éstas no están apoyadas más que en el ejercicio mental de aceptarlas o necesitarlas, volviendo con ello a una referencia que dimana de una construcción mental, y por tanto ya posicionada en lo humano.

La ciencia, a pesar de ser una construcción humana, contrasta los hechos con una realidad aparentemente objetiva, por cuanto pueden controlarse y medirse sus variables, dando valores útiles para influir y modificar esa realidad. Pero la capacidad mental tiene una finalidad distinta, la de posibilitarnos actuar en la forma subjetiva en que nos relacionarnos con el mundo, con la ventaja adaptativa que ello supone, y su herramienta de conocimiento de la realidad es la ciencia, su forma de modificarla la técnica.

Conocimiento de mundo:
      Autoconsciencia - ciencia - realidad
Modificación del mundo: 
      Mente (autoconscienca) - Ciencia - Técnica - Realidad

Todo conocimiento fuera de esas premisas es suposición (a veces la suposición y la intuición pueden ser fuente de conocimiento, pero no de una forma sistemática como la ciencia).

Por Cástor y Pólux.

LA UTOPÍA DEL SENTIDO DE LA VIDA.

Con el paso del tiempo nos parecen estar más vacías las cosas, todo en general, de un sentido más o menos determinado.

El "por qué" ser torna, como nuestra atalaya, cada vez más utópico, menos real. Nada nos sostiene, más que el propio hecho de estar aquí, pues la autoconsciencia, por sí misma, no deja de ser consecuencia de pensamientos que, precisamente por ser sólo pensamientos, no demuestran nada.

Imperios, religiones y civilizaciones buscan causas que, por supuesto, encuentran, dado que cada cual adquiere la que le identifica y le define. Dios, en sus múltiples versiones, está en el fondo de la mayoría de esas causas. Un Dios que vaciamos de contenido con nuestros actos, con los que demostramos lo lejos que estamos de él, tan lejos que andamos perdidos, tan lejos que posiblemente no esté, tan lejos que se antoja una mera ilusión.

Por Cástor y Pólux.

REGLAS, EXCEPCIONES Y NATURALEZA.

Dice el refrán que la excepción confirma la regla. Siempre hay una excepción para todo, salvo para los constructos lógicos humanos basados en la condición de la no excepción, como las matemáticas o la lógica.

En temas relacionados con la vida y con el comportamiento humano no hay reglas que no puedan ser saltadas. A veces la excepción contradice la regla, como sucede con el carácter humano. La naturaleza es tan flexible que en ocasiones posibilita lo contrario de lo definido. Así el hombre, ser social, jerarquizado y sometido al sistema bajo el que vive, crece a veces independiente y sin afán social. Y a pesar de todo susbsiste porque está integrado.

La naturaleza se autorregula a través de la evolución, que opera a través de la adaptación, incluyendo en ésta los cambios genéticos. Existimos porque esa autorregulación lo permite, y si algo existe con su contrario (su execpción) es porque ambos pueden integrarse.

Por Cástor y Pólux.

FORMAS PUBLICITARIAS OFENSIVAS.

Estos días asistimos, como tantos otros, al impacto de las nuevas formas publicitarias que en los tradicionales anuncios de la televisión se presentan. Aunque al final es como siempre, Bancos, automóviles, seguros, móviles..., y tantos otros anunciantes, muestran una imagen que se asocie a su producto, y se nos presentan como "Hermanitas de la Cruz" cuya existencia se debe a servirnos para nuestro provecho.

Parecen hacernos un favor cuando el favor se lo estamos haciendo nosotros enriqueciéndoles conforme a unas leyes que ellos mismos han dictaminado. Y lejos del buen gusto, algunas formas publicitarias reducen su contenido a simplezas que ofenden la propia dignidad. Pero ellos saben lo que hacen, saben manipular muy sutilmente, aunque a veces para ello haya que ser burdo.

Por Cástor y Pólux.