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sábado, 25 de julio de 2015

NATURALEZA HUMANA:JERARQUÍA.


Parece claro que el tipo de organización social "natural" del género humano es la jerárquica. Aunque políticamente nuestro sistema organizativo sea la democracia, los sistemas tradicionales como los de la familia o el trabajo son jerárquicos.

Hasta en nuestra relación directa con los demás demostramos que así es. Una pandilla de amigos está perfectamente jerarquizada. Pongamos un ejemplo para ilustrar esto.

Normalmente la persona más débil sufre el acoso y la falta de respeto de quien se siente superior, o de quien realmente está por encima en cuanto a capacidad de enfrentamiento. Esa "manía" que tenemos de meternos con el más débil. Pero es que a su vez quien se siente superior es el inferior respecto de su relación con alguien "superior" a él. Y así, como una cadena, hasta llegar a quien está por encima de todos o casi todos. Es como el jefe que ejerce su autoridad con el encargado, quien a su vez hace lo mismo con los empleados a su cargo, quienes asimismo hacen los propio con los auxiliares que puedan depender de ellos.

El propio abuso de poder y la falta de respeto se ejercen de forma jerarquizada. Es nuestra naturaleza.

Por Pólux.


viernes, 24 de julio de 2015

MÁS MANIPULACIÓN POLÍTICA.


Me resulta impropio que algunas corrientes políticas y de pensamiento se apropien de determinados conceptos como propios, como así sucede, por ejemplo, con el concepto de liberalismo. En una democracia, en un estado de derecho y en una economía de libre mercado, todos somos liberales, es que casi no podemos no serlo. Pero algunos partidos políticos se autoproclaman liberales frente a otros a los que señalan de intolerantes y dictatoriales.

Esa diferencia podrá esgrimirse respecto de una acto o una circunstancia determinada, pero no en cuanto a la ideología de un partido democrático, sea de la tendencia que sea. (salvo las excepciones de los extremismos).

En realidad se trata de un ardid político interesado y manipulador (como casi todo en política). Y es que a los ciudadanos nos tratan como niños a los que se pueda engañar con facilidad. Podría pensarse que algo tan evidente es una torpeza, aunque si lo hacen, es porque al final consiguen manipularnos.

Por Pólux.


jueves, 23 de julio de 2015

EL CLIENTE, LO ÚLTIMO.


La empresa informática encargada del mantenimiento de una oficina es requerida para montar nuevos equipos. Dado el problema que generará en el trabajo diario (prácticamente dejará la oficina inoperante más de media mañana), se le pide que instalen el nuevo material por la tarde. El encargado de la empresa de mantenimiento dice que ya en julio no trabajan por la tarde, que sólo pueden venir por la mañana, el mismo encargado que en varias ocasiones se ha quejado de lo mal que está el trabajo, de que hacen lo imposible por conseguir clientes, y no sé cuantas cosas más. Y la competencia acechando dispuesta a hacer lo que haga falta para conseguir que la oficina les contrate para el mantenimiento.

Un cliente entra en un bar. El camarero pasa delante de él tres o cuatro veces y ni le dice "un momento, ahora le atiendo", ni siquiera le mira. Pareciera que le molesta tener que atenderle. Cualquiera diría que vive de su clientela.

Alguien tiene que ir al Banco a realizar una gestión. Piensa para sí "agárrate los machos". Colas, esperas. Rellenar papeles, firmar. Más colas y más esperas. Parece que le hacen un favor al cliente por no cobrarle comisiones de todo tipo, cuando éste tiene allí domiciliados los pagos, ingresa la nómina y no sé cuantas cosas más. Diríase que le hacen un favor al cliente cuando en realidad es al revés.

¿Es en todos sitios así? Todavía no me creo como ante esta crisis, de la que todo el mundo se queja, los pequeños y medianos empresarios no miren más por sus empresas y puestos de trabajo. De los Bancos hemos visto ya tanto que nada nos sorprende, pero que se comporte igual quien tiene un pequeño negocio que sacar adelante... No lo entiendo.

Por Pólux.


miércoles, 22 de julio de 2015

OPTIMISMO IRREAL.


Siempre creí, tal vez porque así me lo enseñaron en un exceso de optimismo, que el conocimiento y la educación harían a las personas más libres y más dueñas de sí mismas, y acabarían con las desigualdades sociales y la manipulación de las clases menos preparadas.

La realidad es bien distinta. Hoy estudian más personas que antes y la educación (el respeto por y hacia los demás) sigue siendo una cuestión pendiente. Lo veo todos los días en la calle, el tren, el tráfico, las colas.... Las desigualdades sociales, cada vez menores a partir de la instauración de la democracia, sobre todo por la extensión de la sociedad de bienestar a una gran mayoría, vuelven a hacerse patentes en época de crisis, como la que ahora vivimos. Y de la manipulación..., ¡qué decir!, es tan evidente la forma en que ha aumentado..., de forma proporcional al del desarrollo del estudio pedagógico y sociológico para servir a intereses fácticos muy por encima de nuestras nimias vidas rutinarias. Nos manipulan desde los políticos hasta los programas televisivos de entretenimiento, pasando por toda una variedad de métodos publicitarios, algunos sutiles y otros francamente toscos.

Me enseñaron con optimismo sí, creyendo que en el año 2000 la vida sería tan diferente..., con el triunfo de la conquista espacial y una tecnología fantástica e increíble al servicio de nuestro bienestar. La década de los setenta del siglo pasado fue convulsa y a la vez esperanzadora, una mezcla que ahora entiendo poco realista y falta de perspectiva. La realidad nos ha vuelto a nuestro sitio, en realidad en el que siempre hemos estado, lo demás han sido vanas ilusiones de soñador.

Tal vez sólo se trate de mi percepción infantil de esa época, aunque sin duda la percepción de un niño es la percepción de su entorno.

Por Pólux.


martes, 21 de julio de 2015

NO VEMOS LO MÁS CERCANO.


Solemos apreciar la calidad cuando viene de fuera o está lejos, pero rara vez lo hacemos cuando proviene de lo más cercano.

Lo que buscamos y valoramos suele estar tan cerca que nos quemaría si supiéramos verlo. Sin embargo lo apreciamos incomprensiblemente en lo ajeno y lo lejano.

Y esa ceguera es nuestro propio castigo, pues nos perdemos el regalo de disfrutar fácilmente lo que tenemos tan cerca.

Por Pólux.


lunes, 20 de julio de 2015

COMPRA INSEGURA.


A veces hacemos cosas que aparentemente no tienen mucho sentido. Una de ellas, sin mayor transcendencia desde luego, es el hecho de seguir comparando precios una vez que ya hemos realizado la adquisición de algo.

Generalmente, cuando compramos algo, es porque estamos convencidos de que se trata de una buena compra. Si ya estamos convencidos de ello, ¿por qué seguir mirando otros artículos equivalentes y sus precios?, ¿no deberíamos hacer eso antes de la compra y no después? Pero si lo hacemos así es, desde luego, por algo.

Parece que tenemos que afianzar nuestro convencimiento en que hemos hecho la mejor compra. ¿Y eso por qué? Parece evidente, ¿no? Cuando se necesita afianzar algo es porque eso no está aún seguro. A partir de aquí la deducción puede hacerla cualquiera sin que se moleste porque sea otro el que le diga como es.

Por Pólux.


domingo, 19 de julio de 2015

LA DIVERSIFICACIÓN DE LA OFERTA: EL TORMENTO DE LA MEJOR COMPRA.


LA DIVERSIFICACIÓN DE LA OFERTA:
EL TORMENTO DE LA MEJOR COMPRA.
Por Pólux (19 de julio de 2015).

Lo que debería ser el placer de una
compra se convierte en el tormento
de una indecisión, la de no saber
cómo realizar la mejor compra.
En muchos casos la diversificación de la oferta, lejos de facilitar la adquisición de un producto, la dificulta.

Esa diversificación tiene como finalidad, además de facilitar las ventas al productor, no lo olvidemos, la de encontrar el producto acorde con nuestras necesidades. Lo que sucede es que generalmente nuestras necesidades no están tan bien definidas como la propia diversificación, de forma que la elección acaba siendo un tormento de indecisión.

Pongo un ejemplo. Quiero comprar un ordenador. Normalmente lo voy a querer para lo mismo que todo el mundo lo quiere, para conectarme a internet, escribir textos, jugar de vez en cuando, ver películas online, algo de edición de música, fotos y vídeos, y cosas por el estilo.

Me persono en una tienda y cuando pregunto por un ordenador me dicen que para qué lo quiero, si voy a editar vídeo o sólo para ver películas, si para un uso doméstico o más profesional en algún aspecto, si sólo voy a entrar en internet o lo quiero para jugar juegos. Me dicen que tal procesador es mejor que otro cual, pero que tampoco es necesario uno tan bueno según para lo que lo quiera. Que si quiero una tarjeta gráfica más buena o la que va integrada en la placa base, que ésta sirve para los juegos sin demasiados requerimientos, pero que aquélla es necesaria para los juegos de última generación. Que si más o menos RAM, que si más o menos memoria del disco duro, y así una y otra cosa. Y yo sólo sé decir que quiero un ordenador ni muy bueno ni muy malo, ni muy caro, pero tampoco el más barato, que me sirva para editar música y pueda usarlo para juegos pero que no se vaya de requerimientos para que no se encarezca mucho. ¡Vamos!, que si no eres un experto no te ayudan mucho.

Pero el problema de la elección no se queda ahí. Por desgracia he podido observar como los expertos en informática son como los médicos, cada uno te dice una cosa y al final no sabes a quien hacer caso. Cuando pido asesoramiento en otras tiendas la elección se vuelve imposible, lejos de lo que pretendía. Un vendedor me dice que ni loco instale Windows 8 (dan por supuesto que no existe más sistema operativo que el de Microsoft), que es mucho mejor el Windows 7, otro me dice que lo mejor es esperar a que salga Windows 10 (se comercializa a partir del día 29 de este mes), otro que ponga el Windows 8 y luego lo actualice al 10. Luego la RAM. Uno me comenta que si compro un intel core i3 le ponga 8 Gigas de RAM, otro que para qué quiero 8 Gigas si va perfectamente y es más barato ponerle 4 Gigas para lo que necesito. Y así con todo, el microprocesador, la caja, la placa base, la impresora, el monitor, el disco duro, etc.

Pero si ni los propios entendidos en la materia (supuestos entendidos) se ponen de acuerdo, ¿cómo lo vamos a hacer nosotros, usuarios que confundimos la RAM con una marca de leche, nos parece que un monitor LCD es una televisión drogada con LSD, o que una tarjeta gráfica es una postal llena de dibujitos?

Finalmente un vendedor, el más listo de todos, me dice "éste está muy bien para el precio medio que tiene, la relación calidad-precio es excelente". Al fin alguien que se deja de tecnicismo y me dice algo que entiendo (por eso era el más listo). Y sin más, convencido de que hago una buena elección guiado por el vendedor, digo "pues sí, me llevo ese".

Casi más fácil es llegar y decirle al vendedor "dispongo de 375 €, por ese dinero ¿cuál es el mejor ordenador que me puedo llevar?", aunque seguramente me respondería "¿para qué lo quiere usted?"... ¡Ya me ha fastidiado!

Por Pólux.