CONCIERTO DE "THE MENCIAL PROJECT" Y "GLAZZ" EN SEVILLA
-24 DE SEPTIEMBRE DE 2015-
Crónica de Francisco García Navarro (26 de septiembre de 2015).
24 de septiembre de 2015, una noche agradable y el atractivo marco del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en el Monasterio de la Cartuja (Monasterio de Santa María de la Cuevas, primero monasterio y después fábrica de loza en el siglo XIX), Isla de la Cartuja, Sevilla. Programación de Nocturama, en Sevilla. A la vista dos grupos andaluces haciendo música sin complejos, y, lejos de estilos de vanguardia popular, a la altura de los estilos más clásicos, renovados con su propia forma de crear la música y de interpretarla. Música original y con las fusiones tan características de esta tierra andaluza. Todo un lujo.
Carátula del CD de The Mencial Project (2013)
El grupo sevillano "The Mencial Proyect"(ver página de Facebook) comienza su concierto. Calculo de público unas 150 personas aunque no soy buen calculador de aforos. Se trata del trío formado por Fernando Lamadrid al bajo, Marcos Munné a la guitarra eléctrica y Juanito Makandé a la percusión. Su rock instrumental, fusión entre el rock, el jazz y el funk, bien ejecutado por estos músicos, fue todo un descubrimiento para mí, que no les conocía.
Momento del concierto de The Mencial Project. (Pulsar en la foto para aumentar de tamaño).
Durante aproximadamente una hora nos deleitaron con su buen hacer sobre el escenario donde me pareció que la indiscutible calidad de los componentes como instrumentistas, todos con recursos suficientes, sobrepasó en algunos temas la cohesión global de la propia conceptualización musical. Sólos de bajo, una percusión ejecutada con maestría en la batería y guitarras (bajo y guitarra) que parecen conversar.
Su actuación cubrió con creces las expectativas y nos ofrecieron un espectáculo de música fresca, enérgica y de calidad, con conceptos musicales fuera de convencionalismos y dentro de ese estilo de fusión que les caracteriza. Sin duda un grupo con un futuro prometedor.
Carátula del último disco de Glazz
Luego salió al escenario el grupo del Puerto de Santa María "Glazz", otro trío que realiza un rock instrumental también con aires de fusión (jazz) pero en este caso más cercano al rock progresivo* y más experimental en muchos aspectos. El trío lo forman Javier Ruibal a la batería, José Recacha a la guitarra y Daniel Escortell al bajo. Este grupo lleva ya muchos años funcionando y desde 2008 se han autoproducido cuatro discos, Let's Glazz (2008), Ciquelectric (2011), y dos discos de improvisaciones Take 1 (2012) y Take 2 (2014) (ver web del grupo Glazz).
Momento del concierto de Glazz. (Pulsar en la foto para aumentar de tamaño).
Su música emana como un surtidor de las profundidades creativas de sus componentes, en una simbiosis que se acerca a lo magistral, con recursos suficientes (a pesar de las limitaciones de sólo tres componentes) para diversificar dentro de un estilo tan difícil de transitar como es el rock progresivo, aunque los críticos, en un intento por identificarlos musicalmente hablan también de Jazz Fusión, Funk o Psicodelia, y ciertamente algo de todo ello tienen. Glazz consigue abrir ese camino de la música progresiva otra vez, con su estilo propio. Sin duda el virtuosismo de todos sus componentes eleva la calidad del grupo, que consigue no sólo buenas canciones, sino un concepto musical en cada canción, convirtiéndolas en obras de arte.
La batería magistral, la guitarra digna de la consideración de los grandes, y el bajo cohesionando y haciendo un contrapunto imaginativo y original a la guitarra. Sin duda tres artistas.
Pero su música no es de masas, no es fácil (como tampoco lo es adentrarse en las profundidades del jazz o la música clásica), pues no está al servicio de convencionalismos ni recursos para el gran público, lo que les obliga a autoproducirse.
A pesar de sus composiciones originales y de su experimentación con recursos y algunos sonidos, poco puede crearse nuevo en la música que no haya sido creado por un músico anterior (salvo la experimentación de vanguardia que suele separarse demasiado de los cánones musicales). Así, por momentos, en determinados punteos o tramos musicales nos parecía escuchar a Camel o a Pink Floyd, por sugerir algunos. No creo exagerar. Su altura musical quedó patente.
En fin, una noche muy agradable con dos horas o algo más de música. Se echó en falta un mejor acondicionamiento del lugar del concierto, o tal vez un lugar más apropiado, y no lo digo por el propio Monasterio, sino porque las espaldas se resintieron sin sillas, sentados en un césped o en el poyete que lo demarcaba.
Dos grupos con gran proyección futura, eso sí, a merced de una industria musical que no parece estar por la labor de apoyar este tipo de música.
Me gusta la gente sencilla y respetuosa, tal vez porque así es como a mí gustaría que me trataran, con sencillez y respeto.
Prefiero a quien calla en exceso antes que a quien habla en exceso, porque no se le escapará lo que no debe y es más fácil de soportar.
Me gusta decir lo que me gusta, para que nadie se llame a engaño.
Me gusta..., prefiero... Sólo es una declaración de intenciones.
En verdad no me gusta la gente que dice lo que prefiere o lo que le gusta, porque hablan de cómo quieren que les vean los demás, no de como en realidad son. Pero al decir esto ya he vuelto a hacerlo, he dicho algo que prefiero.
Lo mejor que puedo hacer es callarme ahora mismo...
Y llegó el otoño. Este año se inicia el día 23 y no el 21 al que estábamos acostumbrados. Se trata de una medida astronómica, la del equinoccio de otoño, es decir, el momento en el que, junto con el equinoccio de primavera, las noches duran lo mismo que los días y el sol se sitúa en el plano del ecuador terrestre.
Normalmente esas palabrejas propias de la ciencia astronómica no son muy conocidas: equinoccio, solsticio, órbita, cenit, declinación, nodo, eclíptica, oposición, año luz, unidad astronómica, tiempo universal, viento solar, radiación de fondo y un largo etcétera.
Pero todas esas palabras aluden a conceptos físicos constatables y medibles que dan razón del movimiento de los planetas y los astros, todo un logro de la capacidad inductiva y deductiva de la razón humana con la ciencia como instrumento.
Un mundo apasionante que nos habla de realidades tangibles, lejos de las lógicas filosóficas y religiosas cuyos objetos intangibles pierden sus límites y se disgregan entre razonamientos cada vez más alejados de la propia razón.
La filosofía subsiste allá donde la ciencia no alcanza aún o donde la razón es común a ambas, y la religión subsiste allá donde la ciencia y la filosofía hace tiempo que ya no miran, en las profundidades de lo ignoto, allá donde lo desconocido permite toda posibilidad.
La ciencia no lo alcanza todo, no lo explica todo, y aquello que se le escapa es el campo de acción de la filosofía y la religión, con la salvedad de que la filosofía puede aún concederse razonar sobre los grandes temas sin recurrir a la insólita idea de Dios.
Banca on-line, correo electrónico, televisores conectados a internet, televisión digital..., si nuestros abuelos levantaran la cabeza...
¿Qué nos encontraríamos nosotros si levantáramos la cabeza cuando nuestros nietos sean mayores? Es difícil imaginarlo cuando la evolución tecnológica y científica es cualitativa y no meramente cuantitativa. La curiosidad, sin duda, me atrae hasta volvérmelo a preguntar. No sé, supongo que el hombre llegará a Marte, pero esto no es más que una proyección evolutiva de lo que ya hay (el hombre salió de la atmósfera terrestre, luego llegó a la Luna...).
Lo que es difícil imaginar es cuáles serán las nuevas formas de comunicarse, qué descubrimientos nuevos abrirán el comprensión del cerebro y el pensamiento. Lo que existe podemos proyectarlo, pero lo que no existe o no está descubierto, ¿cómo imaginarlo? Podríamos decir muchas cosas, y con suerte acertar en alguna, pero prefiero no "mojarme" y no quedar mal ante el futuro.
El espíritu científico se incomoda ante la perspectiva de los cambios y descubrimientos futuros que no podrán presenciarse. Yo al menos, en mi humilde formación científica, lo siento así.
¡Cuánto daría por poder asomarme por una ventana dentro de trescientos o quinientos años y ver qué es de la humanidad y sus progresos! De lo que estoy seguro, y bien quisiera equivocarme, es de que seguirán existiendo clases, y la riqueza y la seguridad seguirá estando en manos de una minoría. Y es que la ciencia y la tecnología, la historia creo que lo corrobora, pueden cambiar la vida de las personas, pero no la forma de ser de las personas, nuestro carácter humano.
Sin duda, a largo plazo, habrá una evolución del ser humano y el carácter humano variará en algo, pero no tengo ninguna fe en las bondades de ese cambio, simplemente porque la naturaleza, la artífice de ese cambio, no entiende de bondades.
Es muy llamativo el poder de convocatoria que tiene el Papa de la Iglesia Católica, incluso en Cuba, el país que visita estos días, donde el gobierno de izquierdas "revolucionario" y procomunista marca la vida política y social. No en vano, el artículo 5 de la Constitución de Cuba tiene la siguiente redacción: "El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista." La verdad es que eso es ser algo más que procomunista.
Pero las personas son las personas, y las creencias las creencias. Ni Fidel ni Raúl Castro pueden mandar en la vida interior de las personas, aunque hayan malogrado la vida de tantas en el empeño de dirigir el país. Tal vez nunca debió Estados Unidos inmiscuirse en cuestiones internas de un país soberano, pero tampoco debieron los Castro privar de libertad ese mismo país, cuya soberanía no reside en ellos, sino en el pueblo.
Y llega el Papa y mucha gente sale a su encuentro..., pero no olvidemos la otra parte, la otra mucha gente que no sale a su encuentro. No, los Castro no acabarán con la religión, pero tal vez la razón lo haga algún día. Yo ya sé que no viviré ese día para verlo.
APUNTES SOBRE LA "ENCICLOPEDIA DE MÚSICA PROGRESIVA EN ESPAÑA", escrita por Antonio José Barroso Rivera.
Por Francisco García Navarro (20 de septiembre de 2015)
Musicalmente hablando, extrapolable por supuesto a todos los campos del conocimiento, al margen de las muchas cosas que cada uno podemos saber, a veces descubrimos joyas que teníamos delante y no conocíamos, y nos preguntamos cómo han podido estar ahí a la vista, tanto tiempo, sin que las disfrutáramos, trátese de un grupo, de una canción, de una tendencia... o de un libro, como es el caso del que os hablo hoy.
Portada del libro.
El libro se titula "ENCICLOPEDIA DE LA MÚSICA PROGRESIVA EN ESPAÑA", con el subtítulo "2002, y aún... una Odisea", toda una declaración de intenciones. Está escrito por Antonio José Barroso Rivera y editado por Castellarte, S.L. en 2007. Yo supe de su existencia hace apenas unas semanas y me ha impactado muy positivamente. Aún me pregunto cómo no se me ocurrió buscar una obra así.
Se trata de un trabajo de recopilación de muchos años, en el que se recoge de forma alfabética y muy rigurosa los solistas y grupos de música progresiva (más adelante intentaré acotar el término) desde la mitad de los años 60 hasta el año 2006. El libro se tardó 7 años en elaborar, aunque detrás hay muchos más de investigación y recopilación.
Evidentemente va dirigido a los coleccionistas e interesados por la música progresiva, entre quienes me incluyo yo, pues en él encontrarán referencias a la música que les apasiona y algunos grupos o solistas que posiblemente no conocían, aunque creo que su interés va más allá, pues rellena un hueco vacío en el compendio de la música española, un estudio de campo que nadie había abordado y que enriquece el conocimiento musical general en España.
En palabras del propio autor "Este libro asimismo quiere dejar constancia ante los coleccionistas españoles y los del resto del mundo que el Rock Progresivo Español existió, fue grande en su minoría e hizo las delicias de todos los que nos acercamos a ese incomprendido por sofisticado estilo musical."
En cada entrada alfabética de la enciclopedia (el nombre del grupo o solista) se relacionan sus trabajos, el formato, el sello y el año, la formación y distintos músicos que la conformaron, dado el caso, un comentario sobre su tipo de música, temas, datos musicales, datos personales, diseño de portadas, etc., que revelan el profundo conocimiento del autor y su arduo trabajo de investigación, y finalmente referencias a otras entradas relacionadas de la propia enciclopedia.
Creo que es importante no perder de vista que se trata de un compendio de grupos y sus características, dedicado expresamente a los propios músicos, y digo esto porque ante el gran conocimiento que Antonio demuestra, uno desearía una sección más conceptual, en la que diera una visión general de la música progresiva, con su evolución, sus altibajos, sus influencias, sus proyecciones... No es fácil lo que pido, y tal vez improcedente dada la falta de enjundia (no de calidad) de la música progresiva en España en relación a otros estilos y teniendo en cuenta que muchas de las entradas del libro se refieren a grupos y solistas que apenas editaron un disco, e incluso maquetas, en muchos de los casos autoproducidos. Pero viendo los conocimientos del autor nos gustaría escuchar en sus propias palabras una disertación sobre la música progresiva de la que, estoy seguro, aprenderíamos mucho.
Por otra parte, tengo el gusto de conocer personalmente al autor, Antonio, haber podido hablar con él sobre música progresiva, dejarme instruir en muchos grupos que no conocía, y ver su excelente colección de música (tanto en CD como en vinilo, y la de su hermano Jesús, igualmente impresionante, que él mismo cita en el libro), y puedo asegurar que se trata no sólo de un gran conocedor del tema, sino de un apasionado, y es que siendo de otra forma no podría haber escrito ese libro. Y como colofón onubense, de esa tierra tan luminosa a la que tanto estamos vinculados en Obtentalia. Desde aquí le doy mi reconocimiento y mi enhorabuena por el trabajo realizado, y le animo a seguir con su esfuerzo de investigación, intercambio y recopilación, con el deseo de que pronto vea la luz en un nuevo trabajo de continuación o actualización de su enciclopedia.
Pero queda aún un tema por tratar, y es el de definir música progresiva. Comenzaré por transcribir el parecer al respecto del autor:
"¿Música Progresiva?... sería algo así
como...
[...]
Acotar el
término Música Progresiva, se me antoja harto difícil, pues,
dentro de esa expresión cabrían multitud de definiciones válidas, y todas ellas
tendrían razón, o podrían darnos una idea aproximada, de lo que tratamos de
saber.
Ahora bien,
si intentamos explicar que es Rock Progresivo, quizás podamos acotar definiciones,
y dejar definido algo más. A mi entender, Rock
Progresivo, es aquélla
música rock –evolucionada del rock, y la sicodelia–, que combina elementos
teatrales en sus letras y textos, donde bien puede tener cabida un tema
dedicado a la literatura de Tolkien, referencias a los trabajos de Julio
Verner, a un hecho cotidiano... pero todo ello conceptualizado, lleno de
matices, de lírica... dejando entrever algo más que una simple canción rock de
3 min. de duración. La música también es distinta, pues, a instrumentos peculiares
como flauta, mellotrón, órgano hammond, cello... se le une, el tipo de composición
que busca –la mayoría de las veces– abarrocamiento en sus formas, alargamiento
de las composiciones... Hay temas que incluso duran todo un LP o CD, es decir
30, 40 min. de duración.
[...]".
La música progresiva busca formas alternativas a la estructura convencional de la canción ligera o incluso rock, frente a la cual propone estructuras abiertas y sin patrón definido (incluida la improvisación), melodías largas y sostenidas sobre las que trabajar distintos aspectos, el enriquecimiento de arreglos y formas más cercanas al concepto orquestal (el abarrocamiento del que nos habla Antonio), la falta de límites tanto a la duración (las canciones pueden ser muy largas, pero también las hay cortas) como al uso de instrumentos. Pero aún así, esto no define claramente lo que es música progresiva. Y es que es difícil acotar un estilo musical tan amplio, amplitud que recoge el autor al decir que su "guía-relato" está "dedicada al Rock progresivo y sinfónico, en
sus variantes y derivados colaterales como Hardrock, Jazz-rock, Rock
experimental, Folk-rock, Acid folk-rock, Rock de vanguardia y Música
electrónica."
MOONMADNESS (1976). Carátula del disco.
Pero como dice el refrán, un ejemplo vale más que mil palabras, y aquí tenéis uno aunque no se trate de música española. A continuación os dejo un vídeo (tomado de YouTube) con la canción "SONG WITHIN A SONG" del grupo Camel, integrada en el disco (entonces L.P. -Long
Play-) "MOONMADNESS", editado en 1976, una época
dorada para Camel. Se trataba de su cuarto disco. Fue editado después del disco
"The Snow Goose" (1975), que está considerado como una de sus obras
maestras, y así lo creemos también nosotros. "Song within a song" es
un claro ejemplo de rock progresivo, con cambios de ritmos, influencias de
jazz, melodías sostenidas sobre las que se hacen variaciones, sonidos
electrónicos y, en este caso, el sonido de flauta que tanto usaba este grupo.
A la derecha tenéis la carátula de su disco, y detrás del vídeo varios enlaces relacionados con el libro de Antonio (donde además poder adquirirlo) y otros a este mismo blog.