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sábado, 25 de junio de 2016

LA FE Y LA VOLUNTAD II.


Como dije ayer, hoy os doy mi explicación del por qué de la diferente manera de  entender la fe, o bien como un acto de voluntad humana, o bien como un don de Dios, postura esta segunda que sigue la teología de la Iglesia.

La existencia de la relación Dios-hombre no puede depender de la voluntad del hombre, pues éste es cambiante, contingente y variable en su parecer individual, mientras que Dios es absoluto, eterno, omnipotente, creador, etc (atributos de Dios). La perfección de Dios no puede depender de la voluntad del hombre para conocerla, argumento más que suficiente para que la Iglesia ponga el énfasis de la relación en la voluntad de Dios más que en la del hombre.

Otro de los atributos de Dios es el ser "Luz", es decir, el mostrarse al hombre según su voluntad, de forma que si el hombre "ve" a Dios es porque Dios quiere que le vea. El acto de voluntad que fundamenta la relación dimana de Dios, no del hombre.

Entiendo que la teología, tal como define a Dios, no puede afirmar, por coherencia interna de la argumentación, más que la fe, la capacidad de creer y ver a Dios, es un don o una capacidad que Dios da al hombre. Posteriormente éste podrá aceptar o no el don, ejercerlo o no, pero el principio que fundamenta la relación es la voluntad de Dios.

Por ello, desde un punto de vista no religioso, en el que se ponga en duda la realidad de la existencia de Dios, no cabe entender la fe más que como un acto de voluntad humana, dado que es la única voluntad que entra en juego en la relación. Es sencillo, si eliminamos a Dios, sólo queda el hombre. También esta posición es la única posible igualmente por una cuestión de coherencia interna de la argumentación.

La cuestión sobre quién tiene razón es en realidad baladí, pues depende de la opción de creer o no en Dios desde la que partamos. Y creer o no, ¿de qué depende? Volvemos al inicio, si crees dependerá de la voluntad de Dios, si no, de la voluntad humana. Esto es un bucle argumentativo del que no se puede salir salvo que se introduzca algún aspecto distinto que incline la balanza hacia una de las posiciones. No creo que nada pueda inclinar la balanza. Creo que el bucle argumentativo es insalvable por el simple hecho de que Dios es físicamente indemostrable, y por tanto siempre será un acto de voluntad creer o no en él.

Por Pólux.



viernes, 24 de junio de 2016

LA FE Y LA VOLUNTAD.


La fe es un acto de voluntad. Tengo fe en algo porque quiero creer en ello. Esa explicación es algo que se me aparece muy claro, aunque no por ello he de tener la razón, pero el hecho de que se me presente tan claro refuerza mi confianza en que no me equivoco.

El por qué ejercemos la voluntad, en el acto de la fe, es ya una cuestión posterior. Queremos creer en algo que nos parece bondadoso y merece nuestra confianza, de ahí nuestra voluntad de querer. Visto así, la fe es un acto íntimo que parte de nosotros como sujetos hacia el objeto de la fe.

Hablo de fe en cualquier cosa, pero por supuesto lo que pienso es aplicable también a la fe en Dios, característica común a tantas religiones.

La teología explica sin embargo la fe como un don de Dios. En este caso Dios es el sujeto de una fe dirigida hacia nosotros como objeto de esa fe. ¿Por qué este planteamiento tan distinto?

Mañana explicaré mi idea de por qué esa distinta forma de entender la fe, pero antes me gustaría que reflexionáramos sobre ese por qué. Tal vez tengáis mejores ideas que las mías y quisierais compartirlas.

Por Pólux.



jueves, 23 de junio de 2016

EL MAL CARÁCTER.


Hay gente que tiene la mala ... idea metida en el cuerpo. No lo pueden evitar. Todo es un problema y la convivencia con ellas es harto difícil, más bien un sufrimiento innecesario diría yo.

En el fondo de ese carácter maltrecho y lleno de rencor está alguien enfadado consigo mismo, alguien que no se acepta o no le gusta como es o la vida que tiene, no porque realmente ello sea así, sino porque aprecia más lo que tienen los demás que lo que él tiene.

Quien no se gusta ve en otros lo que le gusta. Quien está descontento con su vida ve en la vida de otros la que a él le gustaría. Pero ese carácter insatisfecho nunca encontrará lo que desea con tanto ahínco, simplemente porque tal insatisfacción es parte de su ser, y si consigue algo se fijará de nuevo en algo que él no tenga y otros sí.

Mientras sobrevive, el rencor anida en él con fuerza por el vacío que le produce lo que no tiene y sí tienen los demás, cargando contra los que le rodean, porque forman parte de esa su vida que no le gusta. Nunca se dará cuenta que lo que no le gusta es él mismo, su imposibilidad de ser feliz con lo que tiene, sea mucho o poco. Incluso le parece ridículo cómo otros se conforman con poco o con ser como son.

Pero más cierto aún que todo ello es que nadie se da por aludido de ese difícil y desatinado carácter. Nadie va a reconocer ser así entre otras cosas porque nadie se siente así. Yo mismo, al escribir esto, hablo de "aquellos" a los que les pasa, excluyéndome de ser uno de ellos.

No sé si seré uno de ellos, pero desde luego haberlos haylos, doy fe.

Por Pólux. 

miércoles, 22 de junio de 2016

LA INSPIRACIÓN.


La inspiración es una forma de creación, es la elaboración irracional de una idea perfectamente racional, es transitar por un camino desconocido para llegar a un lugar conocido.

Su naturaleza no está clara, pero parece que elaboramos una respuesta a partir de estímulos y percepciones inconscientes.

Por Pólux.


martes, 21 de junio de 2016

¿NADA ES LO QUE PARECE?


No sé. Sin duda ése no soy yo. Me veo y no me reconozco. ¿Cómo yo puedo no ser yo?, ¿qué tipo de naturaleza es ésta que pareciendo ser igual lo uno a sí mismo no lo es o no lo reconoce?

¿Nada es lo que parece o todo es tal como no creemos?

Por Pólux.



lunes, 20 de junio de 2016

ARTE Y REALIDAD.


El arte nos muestra la vida de forma apacible, sublima la realidad, la representa. Incluso en su mayor crudeza es una edulcoración de la realidad. Ello está en la naturaleza del arte, pues realidad no hay más que una, la que vivimos, su dolor esté en vivirla. El arte no es la realidad, y por muy cercano que esté de ésta, no deja de ser una representación o una interpretación a la que lo único que le falta es la realidad misma.

Por Pólux.



domingo, 19 de junio de 2016

PEQUEÑOS GRANDES MOMENTOS.


¿Qué sería de nosotros sin esos pequeños ratos que tan buenos momentos nos hacen pasar? Momentos que nos distienden, nos relajan, nos alegran y nos hacen olvidar, aunque sólo sea por un tiempo, los problemas y las tristezas del día a día.

¡Con qué poco se puede pasar un buen rato!

Por Pólux.