FOTOGRAFÍAS.


PULSA AQUÍ PARA VER LA GALERÍA DE FOTOS DE CABECERA.

ENTRADA SUGERIDA:

MIRAR ARRIBA, ADENTRO O ABAJO.

No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 6 de junio de 2015

ENTRADAS DE LA SEMANA.


Este fin de semana serán portada fotográfica de nuestro blog dos flores. A ver qué os parecen.

Mañana comentaré algo sobre la falta de respeto a los demás que supone dejarlos en evidencia innecesariamente, en la entrada "DEJAR EN EVIDENCIA A LOS DEMÁS".

Esta semana, desde el lunes hasta ayer viernes, hemos publicado entradas sobre política, poesía y alguna reflexión sobre la experiencia los problemas y la ley "todo tiene un principio y un final". Podéis echarles un vistazo si las habéis podido leer.

Por último también podéis ver los enlace de "Últimos contenidos", ubicados al principio del lateral izquierdo de esta página principal

Buen fin de semana y os espero mañana en Obtentalia.

Por Pólux.



viernes, 5 de junio de 2015

UNA REALIDAD, UN FINAL, UNA ACEPTACIÓN.

"Todo tiene un principio y un final". Así podría enunciar una de las "leyes" más básicas de la vida. A pesar de que la experiencia y la propia vida nos la muestran una y otra vez con total evidencia, el carácter definitorio del ser humano, su incesante tendencia a buscar una explicación más allá de lo evidente, la diferenciación que la mente le impone en su estar en el mundo, pretende saltarse esa "ley", y encontrar en lugar de ese "final" la "eternidad" que le perpetúe en no perder aquello a lo que tiende.

El ser humano posee la vida, que se inició con su nacimiento, y quiere evitar el final, la muerte, perpetuándose. El no lograrlo es la gran tragedia vital de quienes no aceptan las leyes básicas de la vida. Pero quien no acepta la tragedia, ni el propio destino de la existencia de un final, recurre a lo único que queda, la idealización de sus pretensiones de eternidad, Dios.

Miles y miles de razones puede darse la mente para interpretar la realidad, pero todo parece indiciar que esa realidad a que se enfrenta e intenta descifrar la mente es una y la misma para todos los seres, con su principio y su fin, comprendido o no. Y llegado el fin sólo nos cabe aceptarlo, o mejor, haberlo aceptado previamente. Después todo dejará de existir para la mente.

Por Pólux. 

jueves, 4 de junio de 2015

NUEVAS REFLEXIONES.


Hoy vamos a repetir la entrada de hace justo un año, a ver que les parece y si la recuerdan:

Todo empieza y todo se acaba. La experiencia nos lo muestra en toda su crudeza. Y entretanto solemos empeñarnos en que lo que empezamos dure y dure sin término.

La experiencia suele servirnos para ir en contra de ella, para retarla. Nos gusta mostrar nuestro dominio sobre ella. Es de esas cosas que nos hace tan humanos...

Y mientras, otros con sus problemas a cuestas, con problemas de verdad, con problemas para subsistir. No tienen tiempo para pensamientos ni reflexiones, no tienen tiempo para sí mismos, o mejor dicho en verdad, no tienen tiempo para cosas que no sean ellos mismos. ¿Algún día lo entenderemos?

Por Pólux.

miércoles, 3 de junio de 2015

BIPARTIDISMO E INTRANSIGENCIA.


El bipartidismo parece que va perdiendo su hejemonía. Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE arremeten contra los partidos llamados emergentes, frente común a ambos. ¿Acaso no cabría pensar en una pacto de dichos partidos? Parecería lógico, pero hace tiempo que demostraron que perdieron su capacidad para llegar a acuerdos comunes.

Si ante la crisis esos dos partidos, y cuando hablamos de partidos nos referimos a las personas que los integran, no han sido capaces de hacer un frente común en beneficio de la sociedad y la gobernabilidad, ¿cómo van a pactar ahora por menos? Pero ese menos no es menos, pues a los intereses partidistas de los políticos, que son los únicos que les importa de verdad, el daño que les puedan hacer esos nuevos partidos no es baladí, incluso tal vez sea mayor, en términos interesados, que el no haber pactado ante la crisis.

¿Por qué muestran tanta aversión los llamados socialistas hacia los llamados populares, más incluso me parece percibir que la de éstos hacia aquéllos? Es una pena ver como constantemente se confunden los intereses con los argumentos, y la casa por barrer. Ni la derecha es la derecha franquista ni los socialistas son verdadera izquierda, como algunos engañosamente quieren hacer creer. Ambos son igualmente moderados, y gobernando tanto han acertado como se han equivocado ambos. Pero mantienen una farsa que les ha servido para sostener ese bipartidismo que a ambos convenía y sigue conviniendo. ¿Y los verdaderos problemas del pueblo?

Algún día la historia juzgará a nuestros actuales gobernantes, y creo que deberá ser duro con ellos, con algunos especialmente, aquellos que tras una careta de liberalismo esconden intransigencia y falta de respeto por las ideas de los demás.

Por Pólux.


martes, 2 de junio de 2015

POESÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.


EL MAR LEJANO
(Juan Ramón Jiménez)


La fuente trueca su cantata. 
Se mueven todos los caminos... 
Mar de la aurora, mar de plata, 
¡qué nuevo estás entre los pinos!

Viento del sur ¿vienes sonoro 
de granas? Ciegan los caminos... 
Mar de la siesta, mar de oro, 
¡qué loco estás sobre los pinos!

Dice el verdón no sé qué cosa. 
Mi alma se va por los caminos... 
Mar de la tarde, mar de rosa, 
¡qué dulce estás bajo los pinos!


lunes, 1 de junio de 2015

¿QUIÉN GANÓ LAS ELECCIONES?: UNA DISCUSIÓN VACUA.


Es curioso observar como se hacen lecturas tan dispares de los resultados de las últimas elecciones municipales y autonómicas. Para unos el ganador es el PP, para otros el PSOE, o Podemos o Ciudadanos, por poner un ejemplo a nivel nacional.

Lo que está claro es que desde el punto de vista que adoptemos podemos considerar ganador a uno u otro, pero siempre de forma relativa a dicho punto de vista. Así, si atendemos a la fuerza y la representación con la que emerge un partido nuevo, Podemos o Ciudadanos puedes considerarse ganadores. Si atendemos al número total de votos conseguidos, el PP parece el ganador. Si tenemos en cuenta la capacidad de gobernar con los votos conseguidos, el PSOE puede considerarse ganador considerando los posibles pactos con otras fuerzas políticas.

Pero en las tertulias televisivas o radiofónicas no se habla de puntos de vista, se discute sin más y los contertulios se enfrascan en discusiones sin interés, pues todos y ninguno tienen razón, dependiendo de la validez de su punto de vista. Y eso es lo que debieran discutir, sus puntos de vista, para después argumentar. Pero discutir sin más que el PP ha ganado o que ha ganado el PSOE es tener ganas de perder el tiempo. Tal vez necesitemos contertulios y analistas de más enjundia intelectual y capacidad argumentativa.

Yo no sé claramente quien ha ganado, pero creo que ha perdido el bipartidismo. Esperemos que eso sea bueno para la democracia, yo así lo creo.

Por Pólux.

domingo, 31 de mayo de 2015

PERCEPCIÓN Y ESCALAS.


PERCEPCIÓN Y ESCALAS.
Por Pólux (31 de mayo de 2015)


Durante toda la noche el mar ha llenado el espacio con su sonido fuerte e impetuoso. Es un gusto dormir en la atalaya bajo ese ruido que pareciera la mejor música por la forma en que altera el espíritu. A veces incluso me despierta para volverme a arropar.

Me hace ahora pensar en las distintas formas en que se nos aparece la realidad, tan desconcertante e incompresible en ocasiones, produciendo la incómoda duda sobre si es la naturaleza la que se muestra incomprensible o es nuestra mente la que es incapaz de comprenderlo todo (¿no es lo mismo?).

Cerca de la orilla, donde la olas rompen, se mezcla el sonido individualizado de cada ola con las demás, en una suerte de sonido estéreo muy marcado, con picos de intensidad cuando las olas rompen. Sin embargo, en la atalaya, a algo menos de 200 m. de la orilla, sobre el modesto acantilado que recorre la costa encaramado a lomos de impresionantes dunas colonizadas por pinos, en parte endurecidas hasta formar arenisca, y más allá, el sonido se torna uniforme y continuo, desapareciendo el sonido estéreo para ser sustituido por otro envolvente que se me antoja una barrera infranqueable, amenazante y auspiciadora, pero con cierta afabilidad.

Una misma realidad, el sonido producido por las olas rompiendo en la orilla, se percibe de dos formas distintas dependiendo de la distancia a que nos situemos de la orilla. Esa doble percepción de una misma realidad no parece depender de la naturaleza del objeto de que se trate, ya que no observamos cambio alguno en ella. Tampoco parece depender de la naturaleza misma de la mente que lo percibe y quiere comprenderlo, pues la capacidad y la ventana de percepción de la mente es siempre la misma. Parece entonces depender de las condiciones mismas en que se encuentran el objeto y el sujeto, es decir, de la relación de ambos entre sí mismos y en relación con el entorno común o realidad bajo la que se presentan.

Podría ser así, pero no sabemos armonizar ambas percepciones, es decir, no sabemos la causa de que ello sea así, no sabemos explicarlo, lo que evidentemente siembra cierta duda sobre la realidad de ese hecho.

¿Cuál de las dos percepciones es, pues, más cierta o definitoria de la realidad? Ninguna por sí sola, quiero pensar. Pero ¿y si sólo conocemos un aspecto de algo sin saber que puede tener otra percepción y otra forma de mostrarse en la realidad? Si aceptamos que lo que no podemos percibir y no nos afecta no forma parte de nuestra realidad, nada nos importa lo que no conozcamos. Ahora bien, cabe la posibilidad de que algo que no conozcamos nos afecte sin que sepamos apreciar o percibir que nos afecta, como por ejemplo las propiedades de la materia a nivel atómico, que no podemos ver ni medir directamente, de cuya estructura dependen muchas propiedades de la materia que observamos y manipulamos a nivel macroscópico, y que durante casi toda la historia del hombre fueron ignoradas. Esto sí parece ser un límite efectivo de nuestro conocimiento: lo que no sabemos que existe no podemos tenerlo en cuenta en nuestro conocimiento.

Dicho límite, así expresado, no deja de ser una toma de postura a favor de un cierto cientificismo. Y es que no puedo ocultar mi profunda creencia en la ciencia como forma de conocimiento válida, claramente por encima del conocimiento filosófico, aunque éste pueda ser un instrumento de estudio válido en ocasiones.

Otro ejemplo que ilustra perfectamente todo este problema de la naturaleza de las cosas y su percepción es el de los mundos microscópico y macroscópico antes aludidos y el universo tomado en su conjunto, tal como hoy lo conocemos. El mundo microscópico se vuelve imperceptible, sin embargo algunas de sus características afecta al mundo macroscópico. Así, el tipo de enlace atómico hace que la materia sea sólida o líquida. Lo que a nivel microscópico percibimos como el tipo y la fuerza de unión entre un átomo y otro, a nivel a macroscópico lo percibimos como el estado de la materia. Asimismo nuestra percepción del universo es la percepción de las condiciones particulares del hábitat que ocupamos en ese universo, pero somos incapaces de percibir la estructura de las galaxias y del universo en su conjunto. Eso mismo sucede con el tiempo. Percibimos como cambian las cosas en segundos o minutos, pero no percibimos los cambios a escala geológica (millones de años).

Parece que en el fondo la única variable a tener en cuenta es la escala, pues con ella varían tanto el sonido de las olas olas (distancia), como la percepción de los mundos microscópicos y macroscópicos (tamaño) o la percepción del tiempo (tiempo). El problema es que, en principio, la escala se nos muestra como una variable arbitraria, sin un sentido real pleno. Entendemos la escala como una forma de medir las cosas, y nos cuesta admitir que de la forma de medir las cosas dependan su naturaleza y sus características. Si nos cuesta admitirlo y no nos convence es que seguramente no sea esa la esencia del problema.

Replanteemos la cuestión. La forma en que actúa y se percibe la naturaleza depende de su escala física, y ésta depende de nuestra percepción, es decir, de nuestra capacidad de percibir sólo en determinadas condiciones (nosotros mismos somo la escala, la medida). La escala, en verdad, sólo señala nuestro sitio en el mundo, el nicho biológico en el que nos desenvolvemos y para el que se han desarrollado nuestro cerebro y nuestras aptitudes de adaptación, es decir, la parte del mundo que nos es suficiente conocer para desenvolvernos en él plenamente como animales.

Este problema de las escalas, que afecta a otros campos como a la historia, es ya antiguo. Yo sólo propongo relativizar nuestra forma y nuestra capacidad de conocer hasta englobar en ella el concepto de escala, de forma que ésta no pueda ser entendida como realidad en sí misma. Desde un punto de vista filosófico nada impide hacerlo, pero desde un punto de vista científico no es tan simple, pues no podemos relativizar las variables a nuestro gusto. Sobre esta cuestión en particular ya han hablado e inquirido grandes y autorizados científicos, y a ellos me remito.

Todas mis percepciones de la realidad me llevan siempre hacia el mismo camino o creencia: la subjetividad y el relativismo. Podría ello ser un sesgo de mi conocimiento, pero sólo podría. Si alguien me mostrara con certeza que así fuera lo aceptaría sin dudar, a pesar de que ello me llevaría a un relativismo descarnado.