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No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 2 de junio de 2012

INTRODUCCIÓN. ÉXODO Y EL COSMOS Y DIOS.


     Hoy comenzamos nuestro particular éxodo. Dejamos esta atalaya onubense para adentrarnos por inciertos caminos que nos lleven a un nuevo lugar, fresco y limpio, luminoso y generoso, abierto y solitario.Vamos por la costa, lo más cerca posible del mar, con nuestro ordenador a cuestas para poder seguir dándole vida a Obtentalia. Dejamos atrás un sitio al que amamos, y al que por supuesto volveremos. Pero ahora es tiempo de cambio y de búsqueda.Caminamos hacia el oeste con la certeza de que encontraremos el lugar que deseamos. Hemos ya dejado atrás la ciudad de Huelva y nos adentramos por caminos de arena y pinos.

     Hoy tenemos un nuevo comentario de Pólux, titulado "El cosmos y Dios". Nos habla de su pasión por la astronomía, la astrofísica y la cosmología, y cómo no ve a Dios por ningún rincón del universo. Esperamos que os guste y os animamos a comentarlo.

     Para los que os incorporáis ahora a Obtentalia deciros que no tengáis reparo en hojear todos los artículos ya escritos y en comentarlos. Tenéis enlaces laterales a los escritos de los colaboradores habituales, pero también tenéis todas las entradas en el historial que está tras esos enlaces. También las encontraréis en esta página principal, sólo tenéis que tener un poco de paciencia mientras movéis la rueda del ratón. 

     Esperamos estar mañana otra vez aquí, por si alguno os asomáis a vernos. Pero es sólo un deseo esperanzado, la realidad nos dirá qué quiere ella. Sólo con su permiso aquí nos tendréis.

Por Cástor y Pólux.

COSMOLOGÍA Y DIOS, por Pólux.



Las ciencias del espacio me resultan apasionantes (entre ellas especialmente la astronomía, la astrofísica y la cosmología). Su objeto está en pleno descubrimiento. Asistimos, pues, a algo totalmente nuevo y diferente. En general las demás ciencias tienen su objeto definido. El cosmos es aún un objeto por definir, extraño y ajeno por lo que de diferente tiene a aquello hasta lo que hace muy poco ha sido lo único conocido, la Tierra. Es además el banco de pruebas de las ideas y teorías más avezadas que ha creado el hombre, desde la cotidiana pero no por ello incomprensible gravedad hasta la extraña y desafiante mecánica cuántica. Mientras más conocemos más conscientes somos de lo poco que podemos explicar. Porque la física, piedra angular de la astronomía, es una ciencia descriptiva, pero no explica el cosmos, su origen último o su razón de ser, porque realmente no sabemos qué es eso tan distinto llamado cosmos o universo. Éste es un objeto exótico para nosotros, porque nuestra experiencia durante milenios ha sido la que tenemos en este ínfimo coto llamado Tierra. Y de pronto, desde hace menos de cien años descubrimos un objeto totalmente distinto a lo que nos tenía acostumbrados la experiencia. Ésta supone el principal aporte de conocimiento del mundo material que nos rodea. No teníamos experiencia de la ingravidez, ni de las fantásticas medidas que imperan en el cosmos, ni de las consecuencias de las teorías surgidas para explicarlo, como la relatividad general o la mecánica cuántica. La intuición ya no sirve para comprender el universo, todo es nuevo y distinto y sólo puede entenderse si nuestra mirada es nueva, abierta y flexible. Es curioso, éstas son las mismas características que nos ayudan a comprender y entender el mundo cercano al que estamos acostumbrados. Y es que son las únicas características válidas para comprender sin suponer, para juzgar sin prejuzgar.

Me fascina el cosmos. Es un regalo constante para nuestra mente y nuestros sentidos. Hemos descubierto lo inimaginable, soles con una masa imposible de comprender, planetas gaseosos con vientos inconcebibles, galaxias lejanas con núcleos activos capaces de emitir impensables cantidades de energía, agujeros negros con propiedades simplemente imposibles, un universo que se expande de forma acelerada sin que haya motivo aparente para ello, y tantas otras cosas … Sólo una visión abierta, muy abierta, puede aceptar hechos tan peculiares a los que no estamos acostumbrados. Cuando intentamos comprender el universo en expansión nuestra mente igualmente se expande para comprenderlo. Es como si fuéramos niños empezando a mirar al mundo, fascinados por cualquier nimiedad, porque antes que ser nimiedad es novedad.

Cierto es que cualquier ciencia necesita de una mirada nueva para descubrir y avanzar en el conocimiento, pero en la cosmología además lo que descubrimos nos deslumbra por ser algo totalmente nuevo e inimaginable, superando a la más activa imaginación. Hay quien tras ello ve a Dios. Pero siempre lo ve detrás, nunca delante. Yo sólo veo algo inexplicable.

Cuando levantamos una piedra nueva, como en este caso el descubrimiento del cosmos, nunca encontramos a Dios, pero nos abre nuevos horizontes al final del los cuales puede pensarse que sí esté Dios. Y así vamos levantando piedra tras piedra, y Dios siempre está un poco más allá. ¿Por qué Dios siempre está más allá y nunca más acá? ¿Por qué no hay experiencia directa y objetiva de Dios? Lo desconocido que veo en el cosmos es sólo desconocido, ¿por qué tengo que darle una explicación tan extraña como Dios cuando simplemente puedo aceptar que no sé lo que es? Durante milenios no se ha sabido qué era el sol, y se podían adoptar dos posturas, o se le daba una explicación religiosa, es decir, se explicaba como un Dios, el Dios Sol, o simplemente se aceptaba no saber lo que era. Creo que es sólo la necesidad psicológica humana de tener todo bajo control la que le lleva a tener que explicarlo todo, aunque se recurra a la extraña y ajena idea de un Dios, antes que aceptar el desconcierto que puede suponer el desconocimiento.

Yo, personalmente me pregunto ¿por qué crear un sistema ideal para explicar lo que desconozco, del que ninguna experiencia tengo, que no se me muestra de ninguna forma, que incluso choca con los más básicos principios de mi razón, cuando simplemente puedo aceptar que hay cosas que desconozco? Dios es el sistema ideal para explicar lo que desconozco, pero yo no puedo aceptarlo, sólo puedo decir que lo que desconozco lo desconozco. En este planteamiento Dios no tiene cabida. Sólo ve a Dios quien quiere verlo, y sólo no lo vemos quienes no queremos verlo. Cada uno tenemos nuestros argumentos, y los míos me parecen mejores, no porque realmente sean mejores, sino porque son míos. Creo que Dios fue la explicación que dieron los primeros hombres a la muerte y a lo desconocido, y ello les dio seguridad y ánimo para afrontar la vida. Pero hoy se me antoja un anacronismo enquistado en la mente de unos hombres que, si bien han evolucionado mucho en conocimiento, no lo han hecho en sus necesidades psicológicas.

viernes, 1 de junio de 2012

INTRODUCCIÓN. COSAS BUENAS.


Esta mañana pasaba el barco de la foto delante de nosotros, deslizándose cauto sobre ese lienzo de agua, arropado por una calma contagiosa.

Lo vimos llegar, pasar, y alejarse, como todo en la vida, o como casi todo, porque a veces tenemos la suerte de tener cosas buenas que duran mucho. Nosotros tenemos varias, una de ellas es poder disfrutar de quien queremos a nuestro lado, y otra es, asimismo poder disfrutar de nuestra atalaya privilegiada, que colma y calma nuestro espíritu.

Tenemos mucha suerte y la queremos compartir con todos los que nos seguís en este lugar distinto, cercano y lejano, nuestro y vuestro, que es Obtentalia.


Por Cástor y Pólux.

jueves, 31 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN. AMANECERES Y TORMENTAS.


     El mismo amanecer y cuán distinto se ve desde distintos lugares. Cada apreciación es única, pero también es único el marco desde el que realizamos la apreciación. ¿Por qué entonces pretendemos que nuestra apreciación tenga más validez que otra? Y sin embargo hay tantas otras cosas que nos hacen tan iguales a las personas.

     La mente nos bulle, las ideas se entrecruzan, la razón comienza a nublarse. ¿Qué nos está pasando? La brisa del mar ha penetrado en nuestras cabezas y arremolina pensamientos con sentimientos, deseos con emociones, conocimientos con intenciones, recuerdos con olvidos. Dejamos que nuestras piernas nos lleven no sabemos dónde, porque no podemos gobernarlas. El remolino parece convertirse en tormenta, y lo que parecía una zozobra se convierte en todo un hundimiento. 


     Y mañana ...


Por Cástor y Pólux.

miércoles, 30 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN. BÚSQUEDA Y NUEVA COLABORADORA. LA RUTINA



           Vemos desde nuestra atalaya ir y venir a la gente.Huyendo del calor vienen a refugiarse al mar e invaden sin saberlo el espacio que alcanza nuestra vista. Gusta ver disfrutar a tantas personas, dejándose acariciar los sentidos con el frescor del agua y el abrazo incondicional de la brisa. Las gaviotas vigilan desde lo alto, sabiendo que al atardecer la playa será al fin suya. Gusta verlos a todos, pero nosotros también ansiamos el placer de la soledad. Sí, deseada, la soledad también puede colmarnos de tranquilidad y felicidad. Por eso estamos en esta costa onubense, cerca del pueblo de nuestro Juan Ramón Jiménez. Vinimos escondiéndonos y nos tendremos que ir para escondernos. Ya se acerca el día para coger nuestras ideas, nuestra pluma y nuestras intenciones y trasladarnos a la nueva atalaya, más alta aún si cabe. Iremos hacia el oeste, pues al este está Cádiz, y luego Málaga, encantadoras ciudades, pero lejos de nuestra perspectiva de espacio y soledad. Pronto emprenderemos, pues, el camino hacia el oeste. Os lo contaremos mientras vayamos recorriéndolo.


           Tenemos en perspectiva una nueva colaboración. Se trata de una mujer muy capacitada, como todos nuestros colaboradores, para expresar con claridad y conocimiento sus puntos de vista. También está hermanada, como nosotros, con una tierra que mira al mar, en su caso Sanlúcar de Barrameda, luminosa, señorial y sencilla, como gaditana, lo que le hará compenetrarse perfectamente con el sentimiento de Obtentalia. Desde aquí le animamos le animamos.


La costumbre es un hecho muy arraigado en el mundo animal, y más aún en el mundo humano, al que procura especial seguridad por su carácter flexible y falto de un instinto regulador fuerte y determinante. Pero a veces la costumbre opera innecesariamente, convirtiéndose en rutina y haciéndonos depender de ella.
Como todo, la rutina tiene su aspecto positivo, por lo que de seguridad aporta, pero su carácter autoritario tiende a crearnos dependencia.
       La rutina empobrece la voluntad, porque nos acostumbra a la facilidad de encontrarnos un camino prefijado, evitándonos el esfuerzo a veces tan necesario para seguir adelante. Y está en nosotros hacerla un instrumento válido en nuestra vida.

Por Cástor y Pólux.

martes, 29 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN. ARTE Y RELIGIÓN.



Hoy nuestra introducción son dos reflexiones de Pólux, una sobre el arte y otra sobre la religión. Son meras introducciones, esbozos de argumentos por desarrollar, sobre temas de los que ya nos hablará más adelante.

Por Cástor y Pólux.

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Hoy día se llama arte a cualquier cosa. Se cree que con ser capaz de darle un sentido y un contenido simbólico a algo se crea arte. La conceptualización por sí misma no es arte, es tan sólo un proceso mental. El arte implica creación y se confunde ésta con la capacidad de dar sentido a lo que por sí mismo no lo tiene. Lo que se crea debe tener sentido por sí mismo, o en relación a algo inmediato a ello.
Pintar círculos, puntos y rayas y asignarles un significado para entender la obra no es arte, es simbolismo, es creación de un lenguaje, pero no arte. El arte ha de representar algo, un sentimiento, una emoción, algo material, una referencia, pero no de una manera simple y elemental, como el punto y la raya, sino de forma más sutil e intencionada. Pero éste en un tema extenso, discutible y subjetivo, que necesita la previa definición del término arte y que habrá de ser tratado más a fondo, y al que, en su momento, le dedicaremos más tiempo.

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Para explicar la realidad que me rodea, tanto la estructura ontológica que define mi existencia como el propio comportamiento humano y el conjunto de pensamientos, voliciones, y deseos que caracterizan al hombre, parto de lo que veo a mi alrededor. Ésta es ya una primera toma de partido, una decisión previa sobre lo que voy a aceptar y a tener en cuenta.
La religión implica igualmente una toma de partido, una decisión previa, la de querer creer. Religión y ateísmo son dos posturas ante una misma realidad, ¿por qué nos decidimos por una o por otra? Es una cuestión de voluntad, y, en muchos casos, de prejuicio, el prejuicio de dar por sentado aquello que primero aprendemos en nuestra infancia y que es la base sobre lo que se asienta nuestra “manera de ser”. Lo primero que aprendemos no lo ponemos en duda porque es lo único de lo que disponemos en ese momento, conforma la estructura sobre la que construimos lo demás. Y eso sucede con la religión y con otras cuestiones.
Pero con la religión además operan otra serie de condicionantes, como es su arraigo histórico o su necesidad psicológica. Demasiados condicionantes para pensar que la religión es sólo una cuestión de fe.

Por Pólux.

lunes, 28 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN. VERGÜENZA, RUTINA Y CÓMO SER EL NÚMERO UNO.

   La foto de hoy bien puede mostrar el dolor del cielo, enrojecido por la sangre, frente a la atrocidad humana, oculta en el interior de la ciudad que se vislumbra en el horizonte. Tanto creemos que lo puede representar que ilustra el comentario de hoy de Pólux, titulado "LA VERGÜENZA DE SER HUMANO", que podréis leer tras esta introducción y en su enlace lateral "El comentario de Pólux". Versa sobre un hecho de actualidad, como es la matanza de personas, entre ellos niños, en Siria. Actos que nos cuesta comprender pero que dan testimonio de nuestra naturaleza humana.

   Hoy comienza otra semana y cada uno la afronta como puede. A cada uno nos deparará unas sorpresas, unos hechos agradables y unos problemas que afrontar. Y eso es lo que tenemos, una rutina que nos ayuda pero que también nos ahoga, que nos facilita el tránsito por la vida pero que lo vuelve monótono. Y esta situación se convierte en una lucha constante por obtener el equilibrio entre cumplir con las obligaciones que ya nos vienen impuestas, y que con desagrado aceptamos, y la obsesiva necesidad de romper con todo y ser feliz. Pero debemos tener cuidado con los términos de ese equilibrio, que tienden a radicalizarse y a no ser realistas. ¡Qué difícil es mantener en esta vida los pies sobre la tierra y caminar con paso claro!

   Mañana será otro día y podremos volver a proponernos lo que no hemos sido capaces de cumplir hoy. Para algunas cosas la vida nos brinda una segunda oportunidad, y hay quien sabe aprovecharla. Tenemos que tener confianza, estar seguros de nosotros mismos, tan seguros que no nos importe estar equivocados, entonces estaremos abriendo nuestra propia senda en la vida, empezaremos a ser nosotros mismos para dejar de ser los demás, y no nos importará el insidioso comentario ajeno. Sólo entonces seremos el número uno de nuestra propia vida.

Por Cástor y Pólux.

LA VERGÜENZA DE SER HUMANO, por Pólux.

Vergüenza. Siento vergüenza de ser persona.

El ser humano es capaz de la mayor bondad pero también de la mayor maldad. Creo que está en nuestra naturaleza. Pero cuando tenemos conocimiento de un acto deplorable, de una maldad y crueldad extremas, no podemos dejar de sentir vergüenza.

La noticia de una matanza de niños en Siria (da igual el lugar), además de otras personas, llega hasta nosotros como otra cualquiera más, el tiempo, el tráfico, la economía o los deportes. ¿Cómo puede hacerse algo así? Las ideologías o las circunstancias políticas son en realidad irrelevantes, aunque parezcan un motivo. ¿Quién lleva a cabo una matanza como ésa? Personas. Da igual su ideología, sus razones. Da igual todo. ¿Qué argumento puede haber para quitar la vida a personas indefensas, ajenas a los motivos del ejecutador? No lo hay. Sólo se trata del acto de un carácter descentrado y enfermizo: la falta total de empatía, la imposibilidad de ponerse en el lugar del otro. Aun concediendo que quien hace algo así pueda hacerlo por una alteración de su carácter de la que no es consciente, aun entendiendo eso, no cabe justificación. ¿Qué pasa por la cabeza de alguien como yo para justificar en su intimidad que lo que hace puede hacerse? Nada, absolutamente nada justifica actos como esos.

Pero hemos de entender que quien hace esas cosas no es un monstruo, no lleva una marca en la cara, o tiene una forma de ser que denote claramente su locura. No. Son personas con una vida normal, con un carácter normal, pero que en una situación extrema se vuelven extremos. ¿Seremos nosotros una persona como ésa? Queremos creer que no, pero no lo sabemos porque no hemos estado en esa situación. Es más, alguien normal puede hacer una atrocidad como esa matanza, y después volver a llevar una vida normal.

Ya en la segunda guerra mundial, o en la guerra de los Balcanes, o en más de una guerra civil africana sucedió lo mismo. Se repite. Nos indignamos, nos rasgamos las vestiduras, lloramos, la emoción nos destroza, pero vuelve a suceder. La naturaleza humana sigue siendo la misma. ¿Cómo evitar que sucedan cosas así? No lo sé. Porque parece que estamos concienciados de la atrocidad que supone pero más tarde o más temprano vuelve a suceder.

Y me pregunto, ¿sería capaz yo de hacer algo así? Mi respuesta, como la de cualquier otro a quien se le preguntara, sería: “Pues claro que no”. Pero si preguntamos a todo el mundo y todos contestan lo mismo, ¿quién es entonces el que hace esas cosas? Nadie en un estado de normalidad haría algo así. El problema es estar en una situación extrema. Ésa es la explicación, aunque nunca la justificación.

Somos lo que somos, capaces del sentimiento más sublime y del acto más cruel, porque lo que permite ambas cosas es lo mismo, la capacidad de decidir y la posibilidad de llevar a cabo lo decidido (la capacidad de pensar). Las normas morales no son un freno más que en el ámbito social, donde la reprobación de los demás supone una limitación real. Pero en el ámbito individual todo es posible. Y si la cruel perspectiva individual encuentra amparo colectivo en otras personas que no la censuran, y que participan, entonces suceden las cosas que tan horribles e inconcebibles nos parecen, como la matanza en Siria de la que me hacía eco.

Nos cuesta aceptar que personas como nosotros hagan esas cosas, y nos cuesta porque no podemos admitir ser como ellos. Pero aceptarlo es el primer paso para encontrar el camino que nos lleve a poder evitar esos comportamientos. Cerrar los ojos no sirve para nada. Ya lo hemos hecho muchas veces.

Siento una doble vergüenza, una por pertenecer a una especie tan cruel, y otra por pertenecer a una especie que mira a otro lado porque no acepta su naturaleza.

domingo, 27 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN. INSTINTO Y RAZÓN.



¿Por qué hemos cambiado la arena por solería, los bosques por ciudades, el sol por bombillas o lo individual por lo social? Sucedió cuando fue cambiado el instinto por la razón, o más bien cuando se hizo coexistir la razón con el instinto. La razón es arma muy poderosa, y esos cambios lo muestran. Entonces la pregunta fundamental es ¿qué propició el surgimiento de la razón? Siempre acabamos en los dos mismos sitios, en la filosofía o en la religión. ¿Por qué? Porque son las dos únicas disciplinas que intentan explicar el origen del mundo, de todo lo que hay, y que al no ser científicas no permiten la verificación o la refutación de lo que explican. Se cree o no se cree en lo que se dice. ¿Es el método científico el único medio de conocimiento? Nosotros lo tenemos claro, ¿y vosotros? Como siempre, que cada uno haga su elección.


Por Cástor  y Pólux.