¿Qué hace que una persona se dedique a chismorrear y a cotillear sobre otras, o que esté dos hora delante del televisor viendo un programa dedicado a cotillear sobre los famosos?
Puede que su vida está más vacía de lo que cree y ha de llenarla con algo, puede que la insatisfacción por su propia vida le cree esa necesidad, puede que la inseguridad y la falta de fortaleza interior le haga buscar fuera de sí mismo, puede que un morbo enfermizo por ver la desnudez interior de otros le invada, puede que guste fastidiar y hace daño a otros (a veces somos así de simples y directos)...
Pero bajo todo ello subyace una estructura mental que da cobijo a todos esos comportamientos, una estructura flexible que podemos intentar modificar en algo a través de la psicología. Pero para que una terapia psicológica haga efecto es necesaria la colaboración del paciente, y para ello éste ha de tener un mínimo de inteligencia emocional y de humildad para comprender su situación inicial.
Es más fácil dejarse llevar por el morbo que realizar un esfuerzo por mejorar. Por eso admiro y respeto a quienes han sido capaces de afrontar e intentar superar sus problemas. Los demás, los que desde el sofá de su casa descuartizan las vidas ajenas o critican y cotillean sobre otros sin necesidad, y sin importarles o ser conscientes del daño que pueden hacer, tienen su desgracia en esa forma de ser que no controlan.
Por Pólux.