Observad detenidamente a los demás mientras hablan. Callaos y dejadlos hablar. ¡Aprenderéis tanto sobre la naturaleza humana! Lo primero a no juzgar a nadie por lo que dice o por lo que dicen de él, sino por lo que hace. Segundo. Nadie suele estar interesado en ti, y sí que tú lo estés en él. Creo sinceramente que lo demás es engañarse y que para llegar a esa conclusión sólo hay que observar detenidamente a los demás.
Poniendo a parte relaciones especiales, nadie muestra en ti más interés que el que tiene en sí mismo. Yo he hecho la prueba y he llegado a la conclusión de que la amistad, la bondad, el altruismo..., se acaban allá donde el interés propio teme por su integridad.
Nadie se va a interesas por tus cosas, pero te va a pedir constantemente, de una u otra manera, que te intereses por las suyas. Nos guste o no es nuestra naturaleza. Incluso las relaciones de amistad, normalmente, están sometidas a esa mediación del interés.
Por Pólux.