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sábado, 6 de diciembre de 2014

VIOLENCIA Y MATERIALISMO NAVIDEÑO.


Bienvenidos a Obtentalia.

Este largo fin de semana (el lunes es puente) también estarán realizadas por Hermes las fotografías que exhibiremos en la cabecera de este blog. Estamos seguros de que os gustarán.

Mañana domingo publicaremos un nuevo artículo de nuestro colaborador Hermes. Sensibilizado con temas sociales, como ya nos ha demostrado en varias artículos, en esta ocasión nos hablará sobre la desafortunada muerte de un ultra del Deportivo de La Coruña en su enfrentamiento con radicales del Frente Atlético. Un hecho deplorable debido a una actitud deplorable de los implicados.

En su artículo, titulado "¿ULTRAS Y RADICALES VIOLENTOS EN EL FÚTBOL?; NO GRACIAS", nos da su opinión y su punto de vista sobre el tema y sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad para anticiparse a este tipo de sucesos violentos que se acaban repitiendo en el tiempo, con ese estilo claro y ameno al que nos tiene acostumbrados.

Se acercan las navidades (¿o nosotros nos acercamos a ellas?). Ya se encarga de recordárnoslo la publicidad, que hace ya algunas semanas que ha comenzado su campaña. Tal vez adelantándola consigan los empresarios vender más, que es al fin y al cabo de lo que se trata.

Porque nuestra sociedad de consumo y de bienestar no se basa en ideales de ningún tipo, ni religiosos ni políticos ni sentimentales. Se basa en el más puro y descarnado materialismo. Sí, hay excepciones, y tal vez muchas, y buenos sentimientos, pero lo que mueve nuestra sociedad desde sus cimientos es el materialismo. Simplemente somos así. Lo malo no es serlo, lo malo es no querer reconocerlo y engañarnos con ideas de solidaridad que acaban allá donde peligran nuestras posesiones materiales.

Por Pólux.

viernes, 5 de diciembre de 2014

OCIO Y DERECHOS.


Se avecina un largo fin de semana. Sábado de fiesta (para quienes trabajen los sábados, que no son pocos) y lunes de fiesta.

Y ahora a ver qué hacemos con ese tiempo de ocio, todo un lujo, por cierto. Porque el tiempo lo tenemos todos, pero unos pueden gestionarlo como tiempo de ocio, otros como tiempo sin más, y otros, muchos otros, como más tiempo para el sufrimiento, el padecimiento o la carencia.

Nos creemos con derecho al ocio, al trabajo, a las vacaciones, a tantas cosas..., pero dudo que nos hayamos ganado esos derechos. Tan sólo hemos tenido la suerte de nacer en una sociedad que da y reconoce esas posibilidades.

Por Pólux.

jueves, 4 de diciembre de 2014

"LA MEMORIA" (JUAN RAMÓN JIMÉNEZ).


LA MEMORIA
 (Juan Ramón Jiménez)


¡Qué tristeza este pasar
el caudal de cada día
(¡vueltas arriba y abajo!),
por el puente de la noche
(¡vueltas abajo y arriba!),
al otro sol!

                    ¡Quién supiera
dejar el manto, contento,
en las manos del pasado;
no mirar más lo que fue;
entrar de frente y gustoso,
todo desnudo, en la libre

alegría del presente!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

SÉ QUE SÉ, MÁS NO SÉ EL POR QUÉ.




No sé si quiero saber lo que no sé, ni si sabiéndolo me sabré dar cuenta de que lo sé. Tal vez sepa, sin saberlo, que sé lo que no quiero saber, o que sin quererlo lo sé.

Sé que sé, más no sé el por qué, ni siquiera sé por qué habría de saber por qué.

Sé, pues, y no sé, dependiendo de lo que sea, porque sé que aún sin saber sé hacer parecer lo que no es.


Por Pólux.

martes, 2 de diciembre de 2014

SILENCIO, SÓLO QUIERO OÍR EL SILENCIO.


Siempre hablando y contando sus aburridas historias. Lo que hizo este fin de semana, lo bien que cocina, los dolores que le hacen sufrir lo que nadie es capaz de imaginar, lo que su hijo o su nieto ha comenzado a balbucear, que si como quita una mancha, que si tiene o no frío, que si…

¿Algún día comprenderemos que hay tantas cosas que no nos interesan más que a nosotros mismos? El tener que ir danto la “paliza” a los demás denota infelicidad, falta de fe en uno mismo, y sobre todo, necesidad de ser valorado.

Cada vez aprecio más el silencio. ¿Qué me importa a mí las lavadoras que puso ayer mi cuñada, el paseo en camello que hizo un amigo en su viaje al extranjero, dónde va a ir a comer un compañero con su familia en navidad, o las personas desconocidas que salen en las fotos que nos obligan a ver los que vienen de un viaje? Nada me importa, ni a mí, ni a nadie.

Silencio, sólo quiero oír el silencio.


Por Pólux.

lunes, 1 de diciembre de 2014

EL INCAPAZ "DEBIERA".


"Debiera estar pensando en divertirme, en qué hacer el fin de semana, en la cervecita del viernes, en la buena charla con los amigos, en llegar a casa y descansar, en lo que suele preocupar a la mayoría. Pero no puedo.

Debiera estar pensando en las Navidades que se acercan, los regalos, el jamón, las comidas, dónde cenar las noches más importantes de la Navidad, en la comida de empresa, en pasear bajo la iluminación de las calles, en la fiesta de fin de año. Pero no puedo.

Debiera estar viviendo la farsa y la mentira que nos hacen olvidar la realidad de carencias y sufrimientos, de injusticias y penalidades que tantos otros padecen. La borrachera del bienestar me impide ver más allá de mi propio egoísmo."

Por Pólux.

domingo, 30 de noviembre de 2014

HERMES, LA INFESTA POLICÍA LOCAL Y HELENA DE TROYA.


¡Bella fotografía la que encabeza hoy nuestro blog! Nos la envió nuestro colaborador Hermes, de quién además hoy publicamos un nuevo artículo. Se convierte así en colaborador fotográfico además de articulista, doble condición que hasta ahora sólo habían cumplido Adonis y Pólux -quien les escribe-.

Sólo decir dos cosas de la fotografía. Primero que el cielo blanquecino se debe a niebla alta de la montaña, no a ninguna sobre-exposición, y segundo llamar la atención sobre el detalle del insecto volando junto al segundo penacho contado desde la derecha.

El artículo de Hermes que publica hoy Obtentalia se titula "UNA MISMA LEY; DOS VARAS DE MEDIR", y lo podéis leer accediendo a él desde el título que acabo de escribir, desde su página "Las crónica de Hermes", durante un tiempo en "Últimos contenidos" y debajo de esta entrada (moviendo un poco la rueda del ratón hasta la entrada inmediatamente anterior).

Y de nuevo el tema es la Policía local, en este caso particular de la bella ciudad de Sevilla. Ya el domingo pasado hablábamos del tema y dábamos referencias a los artículos del mismo tema publicados en este blog (los referimos también más adelante en esta entrada). No tenemos ninguna fijación con la Policía local, lo que tenemos son problemas, y no sólo, para nuestra desgracia, los que en este blog referimos (incluido el artículo de hoy). Créanme si les digo que me quedo corto, y que es más lo que callo que lo que muestro.

Durante mis ya muchos años de conductor la Guardia Civil me ha parado en innumerables ocasiones, me ha registrado el automóvil al menos en dos ocasiones (una de ellas minuciosamente), me ha hecho abrir el maletero no sé cuántas (hubo una época en que viajaba mucho en coche), y me ha sometido a la prueba de alcoholemia también varias veces, y nunca, nunca, me he sentido agraviado ni ofendido, ni han tenido malas formas hacia mí. Siempre he entendido que hacían su trabajo y ello me ha hecho sentir más seguro. Alguna vez me han multado por exceso de velocidad, pero mi infracción fue cierta y nada tengo que objetar.

Sin embargo, en esos mismo años el trato con la Policía local ha sido muy desagradable, a pesar de que, lejos de la tarea de la Guardia Civil, por ejemplo, su tarea se reduce a poner multas y denunciar hechos incívicos con el único fin de servir al ciudadano y velar por el orden en las ciudades y pueblos. Abuso de autoridad manifiesta, trato ofensivo, negativas a razonar lo más mínimo ..., en fin, abuso de poder puro y duro. No sé que se habrán creído esos señores Policías, pero lo único que se han ganado de mí y de otros muchos ciudadanos a quienes tratan de esa forma es desprecio  y animadversión.

No hablo por hablar. En los artículos publicados en este mismo blog "La cochera Mágica" (Pólux), "La Policía local de Sevilla, en entredicho" (Hermes) y "Buhaira street, ciudad sin ley" (Hermes), se dan detalles de sucedidos reales, como ocurre en el artículo de hoy de Hermes. Me da pena decirlo pero me avergüenzo de esta Policía local, y me refiero en particular a la de Sevilla, por los sucedidos que nos refiere Hermes y mi propia experiencia, y a la del pueblo sevillano de Utrera, por los sucedidos que yo mismo les relato y por los que, por mayor vergüenza aún, no les relato.

¿Y luego nos preguntamos cómo algunos políticos, empresarios, dirigentes sindicales, banqueros, alcaldes y demás personas y cargos influyentes pueden ser tan corruptos y abusar de su autoridad? Denles un cargo de esos a uno de esos Policías locales de los que hablamos en nuestros artículos. Si en un pueblo abusan como lo hacen, ¿qué no harán bajo el auspicio de uno de esos cargos?

Pero acabemos la entrada de hoy con algo más agradable, como recordarles que el jueves pasado fue el cumpleaños de nuestra colaboradora Helena de Troya (ver entrada "¡Feliz cumpleaños!, Helena de Troya"), a la que seguimos insistiendo para que nos escriba otro artículo. Y es que nos gustan tanto sus artículos como su presencia por los pasillos de nuestra redacción, que están tristes desde que no pasea por ellos. ¡Ay, Helena!, apiádate de nosotros y ven a vernos, que estamos huérfanos de tu sonrisa y tu cariño, y tenemos el corazón desangelado.

Que tangáis una buena semana.

Por Pólux.

ARTÍCULO: "UNA MISMA LEY; DOS VARAS DE MEDIR", POR HERMES.


"UNA MISMA LEY; DOS VARAS DE MEDIR"
Por Hermes (30 de noviembre de 2014)



     Hace unos días un gran amigo se lamentaba ante el hecho de haber sido multado por la Policía local en una isleta de la avenida de Miraflores de la ciudad de Sevilla. "Paré un momento en doble fila sin bajarme del coche -me explicaba- para esperar a una persona con la que había quedado y antes de que me quisiera dar cuenta un patrullero me indicó que allí no se podía estacionar. Me disculpé indicándoles a los agentes que ya me iba pero antes de que pudiera arrancar me dijeron que estaba multado..." Desde luego, con la Ley en la mano la actitud de los funcionarios, aunque rigurosa, no fue ilegal pero actitudes de este calibre hace ver que quién así actúa lo hace bajo parámetros represivos y coercitivos. La infracción cometida dio lugar a una multa de 200 euros pero de haber mediado mano izquierda y empatía por parte de los policías solamente habría quedado en un tirón de orejas para el conductor; porque, a veces, una actitud flexible y didáctica por parte de las personas encargadas de velar por el orden no priva de autoridad al agente. No sólo le hace más profesional, sino que dignifica su actitud haciendo ver al pueblo que ellos están al servicio de las personas. Pero en época de crisis todo vale para recaudar dinero y si, encima, como dijo en su memoria el Defensor del Ciudadano don José Barranca -ver «DIARIO DE SEVILLA» del primero de abril de 2013- "los agentes municipales carecen de diplomacia, destreza y amabilidad para resolver los conflictos (...) porque la Policía Local carece de formación a la hora de atender a los ciudadanos", la sensación de tener un cuerpo de inseguridad más que de seguridad se torna evidente. No siempre llevar una gorra hace a un agente ser más alto para mirar por encima del hombro -como hacen algunos con su prepotencia- a quiénes, teóricamente, tendrían que servir, pero una mal entendida autoridad fomenta esta actitud. Ciertamente, resulta paradójico el absurdo celo de más de un funcionario a la hora de denunciar una infracción de tráfico y la mofa y escarnio que representó para los sevillanos la circulación de una foto de dos impresentables individuos con uniforme de policía local mostrando las multas que habían puesto en actitud arrogante y chulesca. Una foto nada edificante que un consistorio serio habría cortado de raíz pero era la feria del año 2013 y las autoridades locales en vez de haber expulsado del Cuerpo a los agentes prefirieron el fino y el pescaíto antes que la sanción ejemplarizante que correspondía. Por otro lado, mucho rigor por parte de los municipales hispalenses denunciando a la ciudadanía cuando, realmente, todos -hasta ellos mismos- hacemos cosas indebidas. Eran las 20,15 horas del día 18 de noviembre de 2014 cuando regresando a mi casa observé la acción que tan certeramente ellos reprimen. Al principio de la avenida del Greco, entrando por Kansas City, vi estacionar a un patrullero -matrícula 5973GTK- al comienzo de la vía y a la altura de un triángulo que figura pintado en el suelo como señal. Del coche salió un agente entrado en carnes, y sin gorra pero que no sé bajó a regular el tráfico sino que se dirigió a un cajero automático del Banco de Santander para realizar algo privado como sacar dinero. ¿Y a ellos quién les multa por eso...?