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sábado, 18 de abril de 2015

OTRA DE PODER: EL PODER QUE NOS DOMINA.


Ayer no podíamos menos que indignarnos ante las noticias que escuchábamos sobre los Bancos. Y así lo decíamos. El cobro abusivo con motivo de la cláusula "suelo" en las hipotecas (ver "EL OTRO NOMBRE DEL PODER QUE NOS SOMETE: LA DESVERGÜENZA"). La poderosa banca se permitió seguir aplicando dicha cláusula. Lo mejor de todo es que ciertos Bancos ha salido indemne de la obligación que se le impuso de devolver parte del dinero con el que se benefició. Y es que el poder no sólo lo ostentan los Bancos, también los Jueces, quienes algún día deberían dar razón de su actuación (las razones reales) y de en qué momento dejaron atrás su independencia.

Pero ayer nos encontrábamos con otra noticia que ya casi no lo es, por lo acostumbrados que estamos. Se trataba de que el señor Rodrigo Rato, vicepresidente que fue del Gobierno de España, era acusado de fraude fiscal, apropiación indebida y alzamiento de bienes.

Lo primero que nos suele pasar por la cabeza es que ahí tenemos a otro chorizo político mangante que se queda con nuestro dinero. Y los del partido contrario, además, se frotan las manos ante el nuevo argumento para llamar corruptos a sus adversarios políticos. Es fácil hablar de esa manera, pero lo que nos interesa no es quedarnos en la superficie, en lo aparente y fácilmente criticable, sino el preguntar por qué sucede esto una y otra vez.

Y es que hay un problema de fondo del que parece no interesa hablar, sobre todos a los políticos, y menos a los corruptos, y es la razón por la que no se toman verdaderas medidas efectivas contra la corrupción. El problema no son las personas, o al menos no sólo ellas, pues siempre habrá quien se sienta tentado en una situación en la que ejerza el poder. ¿Por qué los políticos cuando están en la oposición quieren acabar con la corrupción pero cuando gobiernan nunca lo hacer de forma contundente y efectiva? Si hubiera un verdadero sistema de control muchas de las cosas que pasan podrían evitarse.

La responsabilidad por la existencia de corrupción en la política (a cualquier nivel) la tienen tanto las personas corruptas como el conjunto de legisladores que no impide tal corrupción.

Y es que el poder cambia voluntades dada su fuerte tendencia a perpetuarse. Si difícil es luchar contra él más lo es no dejarse llevar por sus "encantos".

Por Pólux.

viernes, 17 de abril de 2015

EL OTRO NOMBRE DEL PODER QUE NOS SOMETE: LA DESVERGÜENZA.


Lo que sucede con los Bancos es indignante. Pero la palabra clave no es Banco, ni gran empresa, ni cargo influyente, no..., todos esas palabras cobran verdadero sentido cuando se sustituyen por la que define lo que les permite robar sin que les llamen ladrones, o extorsionar sin que les llamen delincuentes, o abusar sin que les llamen usureros, y esa palabra es "PODER".

Volvamos a plantear la primera frase: Lo que sucede con el poder es indignante. Los Bancos han abusado hasta lo indecible con, por poner sólo un ejemplo, la llamada cláusula "suelo". Pero llegó el día en que se consiguió que fuera considerada ilegal, a pesar de lo cual los Bancos la han seguido aplicando con el mayor de los descaros, en algunos casos sin tapujos, en otros encubierta de forma tosca y grosera, obligando al cliente (el prestatario y el hipotecante) a firmar un papelito manuscrito en el que manifiesta asumir la cláusula suelo. La desvergüenza de los Bancos es total.

Pero los tribunales, esos a los que ya estamos acostumbrados a reconocer por la ausencia de la esencia que les define, la independencia, acaban haciéndole el juego a los Bancos, a quienes eximen del pago de cantidades ya reconocidas a devolver por haberse cobrado indebidamente con motivo de la expresada cláusula "suelo". Sí, sí, jurídicamente pueden revolver los argumentos todo lo que quieran, hasta hacerlos parecer legales, es su trabajo...

Es lo de siempre. Lo fue antaño, en el Imperio Romano, en la Inquisición, en los ilustres reinados ..., y en la democracia (no iba a ser menos). Se trata del PODER. Ha mandado antes, lo hace ahora y lo hará siempre. Se trata del poder al servicio del interés de quien puede ejercerlo. Así de simple.

Mientras, los demás, tú que lees esto, y yo que lo escribo indignado, somos víctimas y meros peones en un juego que nos sobrepasa y al que seguramente nunca podremos jugar, salvo que tiremos nuestros escrúpulos por el retrete mientras vaciamos el agua de la cisterna, y nos dediquemos a conseguir una parcelita de poder para ejercerlo, y así se fastidie otro y no nosotros.

Por Pólux.

jueves, 16 de abril de 2015

PREGUNTAS EXISTENCIALES.


Son muchas y variadas las preguntas existenciales que pueden asaltarnos a lo largo de la vida, y no todas son vividas de igual forma, ni al mismo tiempo de nuestro desarrollo ni por todas las personas, aunque algunas son más comunes que otras.

"¿Por qué estamos aquí?" es una de las preguntas más clásicas, que seguramente todos nos hemos hecho en algún momento.

Hay una pregunta menos común que tiene que ver con la contingencia de ser quien se es y no otra persona y con la de haber nacido cuando ha sucedido y no en cualquier otro momento de la historia. "¿Por qué mi conciencia ha surgido con este cerebro que nació determinado día y no con otro cerebro nacido en cualquier otro momento?". ¿Hay algo que determine la conciencia individual y el momento en el que ésta surge? Se trata de una pregunta muy radical, pues afecta a la base misma del ser y es previa a las cuestiones sobre éste. ¿Acaso no podría haber surgido mi yo -con mi conciencia- en la época del Impero Romano o no haber surgido aún y hacerlo dentro de muchos años, o simplemente no haber surgido nunca? Si nunca hubiera surgido yo nunca habría sido, pero he sido. ¿Por qué he sido pudiendo no serlo? La diferencia entre el surgimiento o no de mi conciencia y de mi yo es una cuestión existencial de calado.

Por Pólux.

miércoles, 15 de abril de 2015

EL DRAMA DE LA ENFERMEDAD.


Para muchas personas la enfermedad es un verdadero drama. Me refiero a quien convierte cualquier síntoma en una situación extrema que hay que evitar a toda costa.

Hay afecciones y enfermedades graves que hacen temer por nuestra integridad y hasta por nuestra vida. Frente a esas situaciones debemos tener la actitud más realista posible para tomar las mejores decisiones y poder afrontar lo más enteramente posible la situación.

Pero quien vive como un drama la enfermedad no hace falta que sufra nada tan grave. Un bultito de grasa, una fisura en un hueso, la tensión un poco alta, una molestia en el pecho, algo de cansancio, una dolor en una rodilla..., cualquier cosa produce una tensión y una ansiedad desconcertantes. Se trata en el fondo de un miedo a perder la situación de normalidad, y más radicalmetne, de un miedo a la muerte, que es el final que planea sobre cualquier situación de enfermedad grave.

Sin duda hay una exageración y una falta de realismo total a la hora de afrontar la enfermedad, que se vive como algo radical. La realidad no suele ser tan dramática y prácticamente todos los casos citados acaban en nada, remiten solos o lo hacen tras un pequeño tratamiento, y sólo un ínfima parte puede ser algo más grave. Una posibilidad tan ínfima no requiere una respuesta exagerada. También existe una posibilidad ínfima de morir súbitamente, o de ser atropellados, o de sufrir un caída mortal en una escalera, o simplemente por el hecho de estar vivos, y no por ello tenemos un temor desmesurado a montar en coche o a salir a la calle. 

¡Qué difícil suele ser vivir con normalidad!

Por Pólux.

martes, 14 de abril de 2015

PRIMAVERA EN LA ATALAYA.


¡Cómo huele a primavera! Esta Semana Santa, aquí en el Sur, el azahar se confabuló con el incienso y nos dio esa mezcla única de olores que anuncia una primavera fresca en la mañana y soleada hasta la "caló" al mediodía.

Los pinos  expelen su fragancia mezclada con la del matorral que le acompaña aquí, frente a la costa de Huelva, romero, lavanda y un sinfín de plantas silvestres que luchan contra el suelo arenoso por extraer su macilento alimento y contra el viento cargado de salitre que reseca cada poro de cada hoja. Y persisten, estación tras estación, regalando el entorno sin igual que envuelve la atalaya de Obtentalia.

Cielo y mar se unen en un horizonte, cielo y tierra, verde por el manto de los pinos, lo hacen en otro. Y yo me pierdo en su centro, el centro que crea mi presencia, que se mueve conmigo y se pierde sin mí.

Por Pólux.



lunes, 13 de abril de 2015

CUMPLIR AÑOS.


Frente al hecho de cumplir años, o mejor dicho, frente a la consciencia que tomamos de haber pasado un año cuando es nuestro cumpleaños, hay dos posturas predominantes, o eso me parece observar, con todas las posturas intermedias que caben, por supuesto.

Por una lado se escucha un argumento positivo que viene a decir que es una alegría cumplir años, pues no cumplirlos significaría no estar aquí para contarlo, es decir, estar muerto. Se tiene la sensación de que se ha vivido.

Por otro lado se escucha un argumento más negativo que viene a decir que cada año que pasa es un año menos que nos queda de vida,  teniendo por lo tanto intrínsecamente la noción de que la muerte está cada vez más cercana. Sobre la sensación de haber vivido prevalece la de la cercanía, cada vez más, de la muerte.

Normalmente este tipo de comentarios no los dicen los jóvenes, más bien las personas maduras y los mayores, pues es entonces cuando se tiende a hacer balance de lo que se lleva vivido y lo que queda.

Cualquier postura es lícita, pues es una cuestión muy personal. A mí me parece que el aspecto que he denominado positivo ayuda a sobrellevar el paso de los años, y que el aspecto que he denominado negativo es más realista pues plantea un balance real sobre el tiempo vivido y el que resta por vivir. Otra cosa es que ante ese balance tengamos una actitud positiva o un sentimiento de tristeza, pero eso depende más de nuestra actitud frente al paso del tiempo que al planteamiento positivo o negativo.

Por Pólux.

domingo, 12 de abril de 2015

LA PERCEPCIÓN DEL MUNDO: ESCALAS MICROSCÓPICA, MOLECULAR Y ATÓMICA.



Nuestra fotografía de hoy es un detalle de la flor del arbusto que comúnmente conocemos como Pacífico, aunque en otros sitios se le conoce por los nombres de  rosa de China, cayena, cucarda, hibisco, papo, San Joaquín, marpacífico, cardenales o flor del beso. Su nombre es hibiscus rosa-sinensis. Aquí reproducimos la fotografía.

Pulsar en la imagen para aumentar de tamaño
Es una flor llamativa y vistosa, por su tamaño, su color generalmente vivo e intenso y su largo y característico pistilo con estambres. El detalle de la foto es de una parte de su pistilo y sus estambres.

Cuando aumentamos las fotografías, y en general cuando vamos aumentando los detalles de lo que nos rodea, descubrimos un mundo que se escapa a nuestra percepción. Y más aún si ampliamos el mundo a escala microscópica, molecular o atómica.

Microscopio electrónico
de barrido
El mundo microscópico aún podemos observarlo con pequeños microscopios de uso habitual o con microscopios profesionales más especiales (microscopios electrónicos de barrido -ver imagen- y de efecto túnel, por ejemplo). Encontramos un mundo vivo y diferente, de pequeñas especies, bacterias y todo tipo de microbios. Un mundo que nos es prácticamente ajeno salvo en sus efectos, algunos beneficiosos y otros, como las enfermedades, que no lo son.

El mundo molecular se refiere a los agregados de átomos, desde macromoléculas como los ácidos nucleicos o las proteínas hasta pequeñas moléculas como agregado o conjunto estable y eléctricamente neutro de átomos enlazados (bien con enlace covalente, en el que los átomos comparte electrones, bien con enlace iónico, más fuerte que el anterior y propio de compuestos químicos simples, en el que los átomos -en este caso convertidos en iones, es decir, átomos con carga eléctrica- ceden o reciben electrones). En este caso estudiamos la estructura atómica de la materia. El mundo molecular también puede observarse con técnicas especiales, y si bien nos puede ser ajeno en cuanto a su comprensión y visión, parte de ese mundo conforma los "ladrillos" con los que nosotros mismos estamos hechos (por ejemplo las citadas proteínas).

Vista aérea del Fermilab
(Chicago)
El mundo atómico y subatómico va más allá. Aunque lo englobamos en uno, el estudio atómico y el subatómico, por supuesto muy relacionados, tienen tratamientos muy distintos. El mundo atómico se referiere al átomo, así llamado por los griegos a la menor parte divisible de la materia, lo indivisible. Hoy día, sin embargo, en los grandes aceleradores de partículas (Fermilab,  en Chicago, o el europeo LHC, en la frontera franco-suiza, entre otros) se estudian las partículas procedentes de las colisiones de los átomos a altas energías. Es un mundo que podemos representar pero que no que podemos ya ver, aunque en realidad el microscopio electrónico de efecto túnel produce una imagen de la distribución de los átomos individuales de la muestra observada. Este mundo está compuesto por las partículas más pequeñas que podamos imaginar y que las teorías científicas en vigor predicen.

Nuestra percepción del mundo es limitada, muy limitada diría, pues además de las referidas escalas más pequeñas que nosotros, a escalas mayores que la nuestra sucede algo parecido con la galaxias, sus cúmulos o la estructura misma del universo en su conjunto, objeto de estudio por la Cosmología. Es más lo que no vemos que lo que vemos, pero esto que vemos, nuestro mundo, nos es suficientes para vivir y perpetuarnos. Estamos dotados para percibir la escala del mundo en la que nos movemos, pero el ansia de conocimiento nos han ensanchado el horizonte, un horizonte que aún no comprendemos bien.

Por Cástor.