La vida en sociedad conlleva el necesario esfuerzo común, para la supervivencia de la especie, de los individuos que dependen de ella. Debe, pues, la mayoría tener el carácter social necesario para que opere el reflejo de ese instinto social, y ello será suficiente para la continuación del sistema, que asimilará los actos individuales de discrepancia permitiéndolos, sin más, pues siempre son minoría.
La vida en sociedad no es una elección ni un derecho, es el hecho que define la forma en que evoluciona una comunidad.
La vida en sociedad no es una elección ni un derecho, es el hecho que define la forma en que evoluciona una comunidad.
Por Cástor y Pólux.