LA CRISIS QUE CADA VEZ ENTIENDO MENOS.
Por Pólux (04-08-2012)
La situación
de crisis que estamos viviendo en España se va volviendo cada vez más
insostenible. Después de escuchar a tantos políticos hablar de sus causas y a
tantos analistas, nacionales e internacionales, parece que la única idea clara
que sacamos de todo eso es que es imposible saber lo que está sucediendo. Un
día el rescate es posible, pero días después nos aseguran que es inviable dado
el volumen de la economía española. Un día parece que el Banco Central Europeo
tiene clara su actuación para salvar la situación, pero días después parece
que, obedeciendo intereses que no se muestran claramente y que no sabemos
seguro si provienen de los propios países miembros de la propia Comunidad
Europea, su intervención será más perjudicial aún y no es además su cometido.
Se habla de inversores extranjeros, pero no sabemos bien quienes son ni a qué
intereses concretos responden, porque sus intereses generales sabemos cuales
son, ganar dinero aún a costa de arruinar un país entero.
La impresión
es que no hay directrices claras. Impusieron al gobierno unos recortes
asfixiantes, y se están realizando. Parecía que a base de sacrificios todo se
arreglaría. Pero ya caben pocos sacrificios más y seguimos peor aún que antes
(bueno, aún cabe un sacrificio más, el del desastre total). ¿Qué está pasando?
¿Nos están hablando claro o están jugando con nosotros?
Nos parece que
la situación es seria y muy grave. El primer gobierno bajo el que nos sobrevino
la crisis fue partidario de invertir y no recortar, creemos que con el
convencimiento de que la crisis no tendría la fuerza y duración que tuvo. Lo
cierto es que su política fue inútil. El segundo gobierno apostó por lo que
parecía inevitable, recortes y más recortes, en un intento de irradiar confianza
demostrando que sería capaz de hacer lo que fuera contra la crisis. Pero
tampoco da resultados. Sí, sabemos que son resultados a medio y largo plazo,
pero es que se nos acaba el plazo, es que acabaremos en la bancarrota antes de
que las medidas den su fruto.
Pero lo más
indignante es que la aptitud de nuestros políticos sigue siendo la misma desde
el principio, la de tirarse los trastos unos a otros. ¿Por qué no han sido
capaces de aunar esfuerzos en favor de este país? Todos los políticos, nacionalistas
incluidos, de derechas e izquierdas, más o menos radicales, son culpables de no
haber luchado con coraje por este pueblo. Y luchar con coraje es dejar aparte
las diferencias políticas y trabajar codo con codo. Pero es muy fácil para
quien no está en el poder, pues la culpa siempre será de quien gobierna.
¿Entonces para qué hay representatividad de tantos partidos? Y a la altura que
estamos siguen culpándose unos a otros. El gobierno, se equivoque o no,
necesita ayuda, no puede cargar solo con la responsabilidad de hundir un país
que es de todos. Debe estar abierto a las demás fuerzas políticas y éstas al
gobierno. Y eso no sucede. Los políticos se irán a su casa con sus vidas
resueltas y nosotros sufriremos las consecuencias de su ineptitud, su cabezonería
y su mal hacer. Creo que tenemos políticos de altura, pero otros es evidente
que no lo son. Estamos convencidos de que los políticos que nos gobiernan deben
estar haciendo lo que pueden, y además deben estar pasándolo mal. Pero eso no
es excusa de nada.
Ahora hacen
sus declaraciones los “ex” de todo, del banco central, de entidades que se
encuentran hundidas en una situación de déficit, de ministerios, de
vicepresidencias … Y no deja de tener cierta gracia que todos coinciden en lo
mismo, no son responsables de nada. Sí, claro, la responsable será mi tía
Frasquita, la que nos mandaba una carta al año hasta que dejó de hacerlo.
¿Y el pueblo?
¿Qué hacemos nosotros? Protestar. No queremos perder nada de lo que ya tenemos.
Nadie quiere asumir el coste económico de la crisis y la falta de poder
adquisitivo que ello supone. A los parados que les den, que les den el
desempleo quiero decir, pero a mí que me dejen, que me dejen con todo lo que ya
tenía antes quiero decir. Los políticos dicen que este país es solidario, pero
yo no veo la solidaridad por ningún sitio. A nivel muy particular tal vez, pero
ya está. La gran mayoría se echará a la calle de la mano de unos sindicatos que
aún no sé lo que quieren. Sé lo que no quieren, porque están hartos de decirlo,
pero lo que quieren, la forma de arreglar este desaguisado, la forma de arrimar
el hombro, dar ideas que de verdad ayuden …, de eso no oigo nada. Eso sí,
protestar, protestamos los primeros. Nos da igual que se hunda el mundo siempre
que no nos coja a nosotros por medio.
Cada vez
entiendo menos de la crisis, sólo sé que será cruenta conmigo, y más cruenta
aún con otras personas, respecto de la que yo me consideraré un afortunado. Y
eso que yo no dejo de ser un “pringao” diluido en la maraña de problemas de un
barco lleno de “pringaos” que se hunde.
No quiero
saber nada de políticos, ni de sindicatos, ni de funcionarios que no ven más
allá de los privilegios injustificados que siempre han tenido, ni de gente que
lo pasa mal, ni del drama de los parados (bueno, de algunos parados, porque
todos conocemos a alguien que hace del paro su negocio)…, no quiero saber nada de
nada, sólo quiero que dejen hundirme en paz.