UNA MIRADA CERTERA.

Como en nuestra fotografía de hoy, lo real y nítido no siempre está a primera vista.

Sólo una mirada certera sabrá ver la diferencia entre el fondo y la apariencia.

Por Pólux.

LA ANGUSTIA: ADAPTACIÓN AL MUNDO.

Se nos va el verano, tal como vino. La Tierra da una vuelta más alrededor del Sol, en su incansable movimiento celeste. Miro al cielo desde aquí, la atalaya, y una gran placidez por ese conocimiento me inunda. Pero a la vez la angustia, traicionera por naturaleza, acecha esquiva, casi imperceptible, a la espera de su memento, el de activar el sistema de adaptación.

La angustia forma parte de nuestro sistema de adaptación al mundo, y es en su desarrollo extremo en el que se manifiesta su conocido carácter negativo.

Por Pólux.

ALTERAR LA CONSCIENCIA.

La necesidad de alterar la consciencia viene dada por la propia esencia de ésta, que no es otra que una alteración en sí misma de la naturaleza causal, obligada, instintiva y contingente. Las leyes de la naturaleza parecen someterlo todo, hasta aquello que es una alteración de ellas mismas, como la propia consciencia.

Este carácter alterado determina la necesidad de una búsqueda de lo diferente, de lo otro, con el doble propósito de indagar en los propios orígenes y de recorrer un camino que en algo alivie la angustia que produce ese carácter alterado que nos define.

Por Pólux.

UNIVERSALIZACIÓN DEL YO.

¿Por qué he de creer lo que otros creen si mis razones para creer no son las misma de ellos? Parece este planteamiento una obviedad, y lo es, sin embargo no solemos actuar de acuerdo con eso que ahora nos parece obvio.

No dejamos de medir y juzgar a los demás bajo nuestros propios criterios, a pesar de lo obvio de la inutilidad de ese proceder. Y, lo que es peor, pretendemos que lo que creemos sea lo que deban creer todos.

Intentamos universalizar nuestro pensamiento y nuestro proceder, como esparcimiento de nuestros genes para perpetuarnos, anhelo de toda forma de vida. Pero ya sabemos que el pensamiento, la razón y la consciencia operan ajenos a la naturaleza, y lo que es obvio para ésta no lo es para aquéllos.

Por Pólux.

MISTERIOS POR COMPRENDER.

El tiempo ha empeorado. Nubes, lluvias, bajada de las temperaturas. El tiempo, uno de los mayores misterios por comprender, sigue pasando, o sigue operando, o al menos seguimos teniendo la sensación de que "existe".

La Tierra sigue con su continuo movimiento celeste, describiendo órbitas alrededor del Sol, y éste entorno a la galaxía, la Vía Láctea, que a su vez tiene su propio movimiento en el Universo. El Universo, otro gran misterio por comprender.

El cerebro humano, otro misterio más que quisiera comprender, sigue con su evolución, lenta a nuestra propia escala humana, pero veloz, muy veloz, a escala Astronómica. ¿Dónde nos llevará esa evolución?

Y mi último misterio, el más personal, es qué puñetas hago yo aquí escribiendo cada día una entrada en este blog y poniendo una foto distinta en su cabecera también cada día. Creí que lo sabía pero he descubierto que no.

Cada día estoy más seguro de que menos entiendo de este mundo.

Por Pólux.

NO ENTIENDO EL GÉNERO HUMANO.

Cada vez entiendo menos al género humano. Puedo saber de qué pie cojea, cuáles son sus debilidades, dónde reside su grandeza, por qué es tan manipulable..., puedo saber mucho sobre él, pero me cuesta entenderlo. Por supuesto que si me cuesta entender el género humano me cuesta entenderme a mí mismo.

Lo que creo que es válido, importante, original o especial no resulta serlo para otros. Si soy parte de ese género humano, ¿por qué también me diferencio tanto?

Difícil es la comprensión del carácter imbricado de los distintos aspectos humanos, pero ¿por qué también lo es de lo que parece a priori elemental?

Ando perdido, algo perdido por la incomprensión de lo que otros consideran importante.

Por Pólux.

EL FONDO DE NUESTROS MIEDOS.

La fotografía de hoy está hecha desde nuestra atalaya. Las copas de los pinos parecen entretejer un manto verde que oculta el suelo. Parece que siempre hay algo oculto que no acabamos de conocer. Hasta cada uno de nosotros mismos tenemos algo misterioso que desconocemos: nuestro origen, la emergencia del pensamiento y la consciencia...

Pudiera parecer que el desconocimiento nos produciera miedo, pero yo diría más bien que nos produce desazón. El miedo es más radical, y más radical, intuyo, que es también su causa.

Yo creo que nuestros miedos más profundos provienen de la idea de pérdida que supone la muerte. En el fondo, y a pesar de nuestras propias quejas, apreciamos la vida por ser lo único que tenemos, se sienta impuesta o no. Lo único cierto es que poseemos la vida, y la pérdida, o el saber de la inexorable pérdida, de lo único poseído, produce angustia y miedo.

El final está siempre más cerca de lo que nos gustaría, sólo hay que saber mirar para verlo.

Por Pólux.