FOTOGRAFÍAS.


PULSA AQUÍ PARA VER LA GALERÍA DE FOTOS DE CABECERA.

ENTRADA SUGERIDA:

MIRAR ARRIBA, ADENTRO O ABAJO.

No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 3 de octubre de 2015

FOTOS DE LA COSTA PORTUGUESA.

Hoy os dejo unas fotos que nos ha enviado una nueva amiga de Obtentalia, llamada Eva Rubio. Las hizo hace algunas semanas en Portugal, en la costa cercana a Lisboa.

Bello país nuestro vecino, a cuya costa vicentina y alentejana tenemos pendiente volver. Mientras ellos sucede, nos conformaremos con estas fotos de Eva.

[Pulsar sobre las fotos para verlas a mayor tamaño]








                                                                   

















Por Pólux.


viernes, 2 de octubre de 2015

POESÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.


POESÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

A ESE

Pintor que me has pintado 
en este cuadro de la vida,
tan mal, que parezco 
casi de verdad, ven, pínta-
me nuevamente y bien, de modo 
que parezca casi de mentira.


jueves, 1 de octubre de 2015

LA ATALAYA Y LOS HORIZONTES DE MI IGNORANCIA.


El tiempo se ha vuelto más fresco a mi alrededor, aquí en la atalaya.

Veo el horizonte del mar cada día, y cada día me resulta más misterioso. No porque desconozca su naturaleza, sino porque desconozco el por qué esa naturaleza produce tal impacto en mí, el por qué nos hace ver poesía o actos divinos.

Las gaviotas vuelan sobre el borde del acantilado, sin mover las alas, aprovechando la corriente de aire ascendente que la brisa marina produce al encontrárselo. Sé por qué vuelan, entonces,  ¿qué magia hay en ese vuelo que me maravilla y me hace desear ser gaviota?

La atalaya me desborda y me inquieta, a la vez que me atrae y me subyuga. ¿Qué placer es ese que no deseándolo lo necesito?

Llegué aquí buscando respuestas y a cada paso encuentro interrogantes y dudas.

Querer conocer no es más que agrandar los horizontes de mi ignorancia.

Por Pólux.


miércoles, 30 de septiembre de 2015

BUENAS INTENCIONES Y REALIDAD.


Qué bonitas son las buenas intenciones. Hay mentes, libros, proyectos, amores, deseos, propósitos... llenos de buenas intenciones.

Pero las buenas intenciones son como un papel en blanco en el que queremos escribir algo definitivo, pero que aún sigue en blanco. Mientras no escribamos nada habrá en el papel.

Por supuesto que una buena intención es el primer paso para un acto satisfactorio, pero es que la vida está llena de muchísimas buenas intenciones y un puñado de actos satisfactorios. La brecha que existe es notoria. Hasta el mismo refranero popular lo recoge cuando dice "entre el dicho y el hecho hay un gran trecho".

¿Por qué sucede esto? Simplemente nuestra mente funciona así. Primero pensamos y luego actuamos (normalmente, porque a veces parece que es al revés). Elaboramos un "plan" mental que luego nos conducirá en nuestros actos. Es la estrategia con la que está definida nuestra mente y nuestra forma de actuar. 

Lo que sucede es que muchas veces ese plan no ha tenido en cuenta todas las variables reales que se requieren para realizarlo, está idealizado, y lo sabremos cuando no seamos capaces de llevarlo a la práctica.

Esas idealizaciones suelen reforzar la frustración por no conseguir lo propuesto.

El realismo capaz de evitar esas idealizaciones es una virtud menos frecuente de lo que todos quisiéramos. Entiendo por realismo, en este sentido (es decir, en sentido psicológico y no en sentido filosófico), la capacidad de reconocer y presentar las cosas sin suavizarlas ni exagerarlas, esto es, de entender la realidad sin mediatizarla en exceso por nuestra propia perspectiva.

Pero nuestra mente tiende a volar desenfrenadamente, consecuencia de la plasticidad y flexibilidad mental tan necesarias por otro lado. Nuestros actos necesitan por ello de un perfecto equilibrio entre la realidad y la intención, entre lo que desea la mente y lo que se va a encontrar en la realidad en la que va a actuar.

Nada fácil nos lo pone nuestra naturaleza.

Por Pólux.


martes, 29 de septiembre de 2015

MI ACTITUD PREDISPONE A LA TUYA.


Solemos achacar a los demás sus malas contestaciones y las formas inadecuadas en que nos tratan, y no advertimos que en muchas ocasiones somos nosotros mismos quienes provocamos tales comportamientos.

Normalmente la respuesta que nos muestra una persona está en función de la forma en que nos mostremos a ella.

Pensamos que no es así, pues nuestra tendencia es la de pensar que la culpa es de otros, no nuestra, pero si observáramos con detenimiento la reacción de nuestros interlocutores, nos daríamos cuenta que diciendo bien las cosas raramente se ofenden, que explicando con paciencia nos comprenden mejor. En definitiva, una buena actitud nuestra potencia una buena actitud en el otro y viceversa.

Muchas veces queremos que el otro tenga buena actitud y disposición cuando no las tenemos nosotros. Y es que es más fácil pedir que dar, aunque se suele conseguir más dando que pidiendo.

Por Pólux.


lunes, 28 de septiembre de 2015

LA DÉCIMA DEL DOCTOR LATEMENDI.


En 1897 falleció un polifacético y conocido médico nacido en Barcelona (1828), llamado doctor Latemendi. Fue polémico en su faceta de articulista agudo y ameno (escribió más de mil artículos sobre temas variados).

De sus teorías acerca de la salud se hizo famosa una décima en la que afirmaba lo siguiente:

Vida honesta y ordenada,
usar de pocos remedios
y poner todos los medios
de no apurarse por nada.
La comida moderada,
ejercicio y diversión,
no tener nunca aprensión,
salir al campo algún rato;
poco encierro, mucho trato
y continua ocupación.

(Esta décima es una variante de la original de Francisco Gregorio de Salas "Receta segura contra la hipocondría")

Es de sentido común lo que recomienda,
más qué difícil es acatar tal encomienda. 

Para ahondar más en esta figura os dejo este enlace:


Por Pólux.


domingo, 27 de septiembre de 2015

CREACIONISMO Y EVOLUCIONISMO.


El otro día hablé del creacionismo y el evolucionismo como teorías encontradas para explicar el surgimiento de la vida y su diversidad (ver "El origen de la vida y la búsqueda de una visión flexible" -14 de septiembre de 2015-). Pero en realidad no se contradicen en el sentido de que el creacionismo, dada, en mi opinión, su ambigüedad y falta de rigurosidad científica, puede englobar el evolucionismo.

Pero antes definamos los términos, al menos de forma general.

Podemos entender por creacionismo la doctrina, tanto biológica como filosófica y religiosa, según la cual las especies son el resultado de un acto de creación de Dios, de forma que éste interviene directamente en la creación del alma, de la vida y de su evolución.

Y podemos entender por evolucionismo la doctrina basada en la idea de evolución, es decir, que la vida y las especies surgen por la transformación natural a lo largo del tiempo, sin intervención divina alguna.

Como a Dios no lo vemos y no lo sentimos, puede tranquilamente decirse que el evolucionismo es creacionista en tanto que la transformación natural es una de las formas en las que interviene Dios para hacer su obra, que tras la selección natural está la mano de Dios que se manifiesta a través de los hechos naturales. Visto así tras de todo puede estar la mano de Dios. Pero es contra esto contra lo que se revela el evolucionismo.

A nivel explicativo creo que ambas teorías están a la misma altura. El evolucionismo no es capaz de dar razón de la creación de la vida, y a duras penas de toda la evolución, pero es un acercamiento creo que bastante válido. La explicación divina igualmente no explica nada, pues hablar de Dios es hablar de algo que lo es todo, pero cuya naturaleza y razón de ser no conocemos. ¿Quién explica a Dios? Recurrir a un ser fantástico (como lo es Dios) no es demostración de nada mientras no sepamos explicar su naturaleza y sus razones, y de eso, en verdad nadie sabe nada. Por ello he hablado antes de la ambigüedad y falta de rigurosidad científica del creacionismo.

Quien tenga fe creerá en una u otra teoría, pero más por esa fe que por otras razones. Al menos el evolucionismo no recurre a seres fantásticos y maravillosos con poderes más allá de lo concebible, y de lo que no es capaz de dar razón tan sólo no lo explica o duda o reflexiona con más ahínco sobre ello.

Por Pólux.