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No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 21 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. EL ARGONAUTA Y ÚLTIMAS COLABORACIONES.

  Hoy os presentamos un nuevo colaborador, el Argonauta, que nos presenta un relato en primera persona en el que nos cuenta anécdotas personales de su experiencia como piloto de aviación. Titulada "Volar", tiene un tono cuidado a la vez que ameno, que hace que nos bebamos su relato como un vaso de agua fría en uno de estos días de insoportable calor. Lo podéis leer tras esta introducción y en su página "El Argonauta" cuyo enlace se encuentra en el lateral izquierdo de esta página.

  Como veis, va aumentando nuestra lista de colaboradores, y esperamos que así continúe. También nos gustaría que aumentara tu participación, querido bloguero, por eso todas las entradas son susceptibles de comentar.

  Recordaros que las últimas colaboraciones han sido de Hermes, de Orfeo y de Pólux,  es decir, dos artículos y una audición musical, por si no habéis podido entrar en nuestro blog todos los días y se os ha pasado alguna de vuestro interés.

  Ya estamos en el fin de semana. Os deseamos que lo paséis bien y lo disfrutéis. Nosotros seguiremos aquí, en Obtentalia, como todos los días, con el deseo de que nuestras palabras y nuestras ideas, las propias y las ajenas, puedan inspiraros algún interés.

Por Cástor y Pólux.

viernes, 20 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. EL ARTE.

  "La obra artística puede ser un engaño, una desfiguración de los hechos, una huida de la realidad, un consuelo, una compensación y , sin embargo, continuar siendo una obra de arte, es decir, poseer su propia significación, su propia unidad y totalidad. La esencia estética del arte no desaparece, en absoluto, por la naturaleza no artística de su origen ni por las finalidades no artísticas que persiguiera su autor."

  Fragmento del libro "Teorías del Arte. Tendencias y métodos de la crítica moderna.", de Arnold Hauser (1892-1978).

Por Cástor y Pólux.

jueves, 19 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. EPICURO.

  "Acostúmbrate a considerar que la muerte no es nada para nosotros, puesto que todo bien y todo mal están en la sensación, y la muerte es pérdida de la sensación. Por ello, el recto conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace amable la mortalidad de la vida, no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque suprime el anhelo de inmortalidad".

  Fragmento de "Carta a Meneceo", de Epicuro.

  Epicuro, filósofo griego, nació en el año 341 antes de Jesucristo y murió en el año 270 antes de Jesucristo, a la edad de 71 años , después de una enfermedad dolorosa que no consiguió nunca sumirle en la tristeza.


  La foto de nuestra cabecera de hoy está hecha desde un lugar muy cercano a nuestra atalaya, en la que hoy nos dedicaremos a reflexionar sobre ese fragmento de la "Carta a Meneceo".


  Por cierto, para el sábado tendremos preparado y publicaremos el primer artículo de nuestro nuevo colaborados el Argonauta, titulado "Volar". Seguro que os gustará.

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 18 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. SUMMERHILL, EL ARGONAUTA, MARÍA Y "LA CALÓ".

  Os recordamos, por si no entrasteis en este blog, que ayer publicábamos un escrito de Pólux titulado "Recordando Summerhill", sobre el libro y la escuela del mismo nombre donde A.S. Neill plasmó sus ideas educativas, psicológicas y pedagógicas. Todo un referente para una educación alternativa, que casi consiguió más detractores que adeptos, normal por otra parte si tenemos en cuenta que no seguía la ortodoxia educativa institucional de la época, ni siquiera la de nuestros días. Y es que su sistema, entre otras cosas, necesita profesores implicados, muy preparados y pacientes y, sobre todo, convencidos de lo que hacen. Es una educación para la vida, para la felicidad, mientras que nuestro sistema educativo es un sistema para obtener conocimientos, pero que en nada trata de la vida o la felicidad. Los planteamientos no pueden ser más diferentes. Podéis leerlo varias entradas más abajo o en el enlace lateral a su página "El comentario de Pólux".

  Tenemos un nuevo colaborador, el Argonauta, de quien muy pronto veremos publicado un artículo. Estamos seguros de que no os defraudará. Ya hablaremos más de él.

  Hace tiempo que no hablamos de nuestra modelo, María, a quien le mandamos un saludo y un beso muy grande. También podéis saber de ella dirigiéndoos a su blog, cuyo enlace encontraréis en la página "Enlaces" que hay en el lateral izquierdo de este blog.
  
El calor no nos da tregua, aunque en nuestra atalaya no nos podemos quejar, tan cerca del mar, con la brisa que nos refresca ... Ayer tarde bajamos a la playa e hicimos, con nuestra modesta cámara, la foto que podéis ver hoy en la cabecera. La brisa empujaba las gotas de agua de las crestas de las olas, acariciándolas. Y las olas se dejaban querer ...

Por Cástor y Pólux.

martes, 17 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. PÓLUX, EDUCACIÓN Y SUMMERHILL.

Hoy os presentamos en Obtentalia una nueva publicación de Pólux titulada "Recordando Summerhill". Es posible que muchos de vosotros recordéis algo sobre el proyecto de la escuela de Summerhill, llevado a cabo en Inglaterra por el psicólogo y educador A.S. Neill. Iniciada en la primera mitad del siglo XX, Neill dirigió esa peculiar escuela hasta su muerte, habiéndolo hecho desde entonces hasta nuestro días su hija.

Pólux nos introducirá en el sistema educativo de Neill, con su frontal rechazo del castigo y del miedo y su especial metodología basada en el respeto y en la educación para la felicidad. Finalmente hablará de la responsabilidad de los padres en la educación (y el tipo de educación) de los hijos.

Si conocéis el tema os gustará recordarlo, y si no lo conocéis no os dejará indiferentes su radical forma de educar.

Podéis leer su artículo tras esta introducción y, como siempre, en la página "El comentario de Pólux", cuyo enlace encontraréis en el lateral izquierdo de esta página principal.

Por Cástor y Pólux.

RECORDANDO SUMMERHILL, por Pólux.



RECORDANDO "SUMMERHILL", por Pólux.


Un día, revisando una estantería con libros en segunda y tercera fila, encontré el libro de A.S. Neill titulado “Summerhill”, editado en 1960 por una editorial norteamericana. El que yo tenía era un ejemplar de la vigésima reimpresión (1982) de la primera edición en español (1963). El nombre completo del libro es “Summerhill, un punto de vista radical sobre la educación de los niños”. Fue un regalo que le hice a quien hoy es mi mujer, pero también me lo hice a mí.
La escuela de Summerhill.

Alexander Sutherland Neill (17 de octubre de 1883 – 23 de septiembre de 1973 -90 años-) fue un educador progresista escocés, artífice y fundador de la escuela denominada Summerhill, siendo sobre todo conocido como entusiasta defensor de la educación en libertad.

Que el prólogo del libro fuese elaborado por Erich Fromm ya nos da una idea de su importante dimensión psicológica y pedagógica. “Summerhill” no era sólo el nombre de un libro, que tuvo relevancia en su momento y propició muchos debates, era sobre todo el proyecto educativo personal de A.S. Neill, una escuela privada con ese mismo nombre afincada en las cercanías de Londres, no integrada en el sistema educativo inglés dadas sus particularidades pedagógicas. La escuela Summerhill era un internado en el que convivían chicos y chicas de los cinco a los dieciséis años.

La primera vez que lo leí me llamó la atención sus novedosos y poco ortodoxos métodos, por otro lado llenos de fuerza y motivación. Básicamente se trataba de un método educativo basado en la libertad y el respeto, teniendo como premisa una fe sólida en la bondad del niño. Como dice Erich Fromm en el prólogo “El sistema de A.S. Neill es un punto de vista radical sobre la crianza de los niños […] En la escuela de Summerhill la autoridad no disfraza un sistema de manipulaciones.”

Hablar y recordar a estas alturas “Summerhill” me parece un anacronismo, tal vez por el tiempo que ha pasado en el olvido de mi memoria. En su día produjo muchas reacciones a favor y en contra. En teoría parecía un sistema coherente y basado en el desarrollo de cuestiones fundamentales, como la libertad, el respeto, la felicidad. Pero la práctica llevada a cabo fue muy criticada por determinados sectores, especialmente los más conservadores. Para que os hagáis una idea, entre las palabras que Neill dirige en 1959 a su editor Harold H. Hart, podemos leer lo siguiente: “En sus visitas a la escuela, dejó usted ver que su interés principal era hablarles a los norteamericanos de algo que había visto y amado, algo en lo que creía. Con lo cual ya formaba parte de la escuela. Vio todo lo fundamental y pasó por alto, con razón, todo lo que carece de importancia, por ejemplo, el desaseo de los niños felices.” No todos los padres pueden asumir con tranquilidad que sus hijos sean felices pero unos “guarretes”. Hay ejemplos en su libro aún más radicales, como la toma de decisiones y la elaboración de normas por los propios alumnos, o la libertad de asistir o no a clase. Neill era así, le importaba lo esencial, la felicidad, y en eso trabajaba, lo demás vendría por sí mismo.

Veamos un poco mejor el eje fundamental del sistema educativo, psicológico y pedagógico de Neill en sus propias palabras introductorias del libro, sinceras y elocuentes:

A.S. Neill educando a sus alumnos.
“Desde que dejé la educación y me dediqué a la psicología infantil, tuvo que tratar con toda clase de niños: incendiarios, ladrones, embusteros, niños que se orinan en la cama, niños de mal carácter. Años de intenso trabajo en la enseñanza de niños me han convencido de que sé muy poco relativamente de las fuerzas que motivan la vida. Pero estoy convencido de que los padres que sólo han tenido que tratar con sus propios hijos saben mucho menos que yo.”
“Precisamente porque creo que un niño difícil es casi siempre difícil por el tratamiento equivocado que se le dio en el hogar, me atrevo a dirigirme a los padres.”
“¿Qué es el campo de la psicología? Sugiero la palabra curación. ¿Pero qué clase de curación? No quiero que se me cure de mi costumbre de preferir los colores naranja y negro; ni quiero que se me cure de la costumbre de fumar, ni de mi gusto por una botella de cerveza. Ningún maestro tiene derecho a curar a un niño de hacer ruido con un tambor. La única cura que debe practicarse es la de curar la infelicidad.”
“El niño difícil es el niño infeliz. Está en guerra consigo mismo y, en consecuencia, está en guerra con el mundo”.
Ahora comprenderemos mejor qué quería decir Erich Fromm al usar la palabra radical al referirse al sistema de Neill, o qué quería decir éste al usarla en el nombre (subtítulo) del libro.

Neill relata en su libro multitud de casos prácticos sucedidos en su escuela. Habla mucho sobre el castigo y como ésta hace más mal que bien. Un señor que viene a decirle a los padres cómo tienen que educar a sus hijos, y que además les reprocha el uso indiscriminado del castigo, que sólo refuerza los malos hábitos de los niños, de los que además les hace responsables, no es un señor que a priori vaya a cosechar muchas simpatías, al menos las de los padres. Pero nunca pareció que eso importara a Neill, siempre fiel a su sistema y convencido totalmente de sus ideas.

La verdad es que durante muchos años le perdí la pista al proyecto de Neill, hasta que volví a ver su libro escondido en la estantería, y entonces averigüé que aún funciona Summerhill, y que actualmente la directora es su hija Zoë Neill Readhead.

Cuánto creo que se equivocó Erich Fromm al asegurar en el prólogo, denotando un verdadero optimismo antropológico y refiriéndose al sistema educativo de Neill, que “Con el tiempo, sus ideas serán generalmente admitidas en una sociedad nueva en la que el hombre mismo y su desarrollo sean el fin supremo de todo esfuerzo social”. Tal vez tenga razón y es que haya que esperar aún mucho hasta que la sociedad madure lo suficiente como para admitir y fundamentar su razón de ser en esas premisas, pero yo personalmente creo que no, que los fundamentos de la sociedad y del proyecto de Neill son inicialmente incompatibles. Pero esto es sólo una idea que por supuesto no compartiría Neill y que intentaría rebatir seguramente, si pudiera, invitándome a visitar Summerhill.

Sistema asambleario propio de las llamadas escuelas
 democráticas, como la de Summerhill.
Sin entrar a valorar su metodología, lo cierto es que suscribo totalmente la idea básica de A.S. Neill de que la educación tiene que ser una educación para la vida, para obtener la felicidad, en definitiva, para aprender a vivir. Frente a este tipo de educación tan esencial e importante, tan útil para la vida, pierde relevancia la educación institucional basada en conocimientos que rara vez tienen algo que ver con saber desenvolverse en la vida. Cierto que son dos tipos de educación diferentes, y que ambas pueden ser necesarias, pero nuestro sistema educativo obligatorio ignora totalmente la educación para la vida.

Con los padres y los hijos sucede otro tanto de lo mismo. Muchos padres creen que ya les dan bastante a sus hijos procurándoles los bienes básicos (comida, ropa, dinero para el fin de semana, etc.), comodidades, una educación en la que invierten mucho dinero, en fin procurándoles todo aquello cuanto podrían necesitar, es decir todo aquello que puede pagarse con dinero y por tanto no requiere más esfuerzo que el que les requiere el trabajo para ganarlo. Pero pocos son los padres que se interesan verdaderamente por enseñar a sus hijos a vivir, a superar los problemas que se encontrarán en la vida, a suplir con una educación personal las deficiencias del carácter que crearán dificultades a sus hijos para afrontar la vida y ser felices. A cada hijo hay que darle lo que necesita, sin falsas ideas de igualitarismo. A quien más necesita más hay que darle. Los padres tienen que ser educadores, psicólogos y pedagogos, por eso es tan difícil ser padres. Cuando se piensa en tener un hijo se suele imaginar lo bonito y gracioso que es un hijo pequeño, y se cree que es un acto de responsabilidad asumir los gastos extra que ese hijo supondrá y los sacrificios que se harán para poder mantenerlo. Pero pocas veces se piensa en cómo educarles en libertad, cómo respetar su personalidad, cómo ser capaces de prepararles para una vida positiva y feliz. Y creo firmemente que muchas veces la tragedia de los hijos son sus padres, incapaces muchos de ellos de entender todo esto. Los niños chicos son como los perros, nos siguen a todas partes, dependen de nosotros, y hay padres tan inconscientes y crueles que creen que eso es gracioso. Y me podrán decir ¿qué culpa tienen los padres?, ¿por qué han de ser psicólogos? Y yo diré, ¿y cuál es entonces la culpa de los hijos? Ni siquiera tienen culpa de haber nacido, aunque para algunos padres tampoco es su culpa, aunque eso no es más que la negación de lo evidente, no querer asumir una responsabilidad de la que ni siquiera fueron conscientes cuando la adquirieron.

Mi recuerdo para A.S. Neill, quien introdujo a más de una generación en esa manera tan positiva de entender la educación, e hizo a muchos de sus lectores que deseáramos en algún momento el haber podido pertenecer en nuestra infancia a esa escuela tan especial llamada Summerhill, tal vez una fantasía, pero siempre un agradable sueño.

lunes, 16 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. SOMOS UN LIBRO ABIERTO.


Cuando uno habla expresa principalmente su interior. La forma en que se habla y las cosas de las que se hace, denotan las preocupaciones de quien las habla, lo que le parece importante o no. Igualmente nuestro lenguaje corporal nos descubre. Vamos manifestando nuestra intimidad sin quererlo. Hablamos desde lo que somos, por eso lo mostramos.

Cuando hablamos de las personas que nos gustan estamos diciendo qué buscamos y valoramos en los demás. Cuando hablamos de política y de lo que debiera o no hacerse estamos mostrando nuestro grado de realismo. Cuando nos peleamos con alguien estamos diciendo públicamente donde está nuestro límite de aguante.

Si supiéramos observar mientras los demás hablan, sin esperar simplemente a que terminen para hablar nosotros, aprenderíamos mucho de quienes nos rodean. Y tal vez aprenderíamos también a no mostrarnos tanto, a no enseñar nuestras debilidades cuando hablamos, o al menos a saber controlar cuando queremos mostrarlas y cuando no.

Por Cástor y Pólux.

domingo, 15 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. EL YO, ÚNICO Y DIFERENTE.


Tenemos experiencia de nuestro yo, y lo sentimos como único.

¿Qué significa que cada uno de nosotros es diferente, que nuestra percepción de nosotros mismos es diferente a la de los demás? Significa que algo en nuestro interior nos diferencia, pero entonces, ¿de qué mecanismos se vale nuestro cerebro para dotarnos a cada uno de una existencia exclusiva e irreproducible?

Tal vez la pregunta no responda a una situación real. Tal vez, sólo tal vez, ¿podría responder esa existencia exclusiva a la individualización física de cada cerebro? Es decir, tal vez no exista un mecanismo para dotarnos de una existencia exclusiva. Muchos “tal vez”, y es que, aún aceptando la individualización como posible causa, tampoco sabemos qué significa eso realmente.

La emergencia del yo sigue siendo una de las muchas cuestiones relativas a nuestro cerebro que ni siquiera tiene atisbo de resolución.


Por Cástor y Pólux.