Si ..., sí, sí, bueno sí ..., pero no, mejor no, aunque ...
En nuestra elaboración de la realidad y las circunstancias que la matizan, nuestra mente sopesa los pros y los contras, si bien tenemos tendencia a introducir un sesgo favorable en determinados pros porque, por otras razones, ya tenemos una previa consideración positiva de ellos. Del mismo modo, podemos (nuestra mente) introducir un sesgo desfavorable en determinados contras, porque un prejuicio sobre ellos ya esté en la mente por vivencias anteriores u otros motivos.
La decisión, la respuesta a una determinada situación real, vital y social, no es tan objetiva como muchas veces creemos. Entiendo que tal respuesta es una integración entre aspectos beneficiosos para la supervivencia vital y social, y aspectos que tienen mucho que ver con las necesidades propiamente humanas, derivadas de la necesidad de satisfacer determinados aspectos psicológicos impuestos o motivados por el funcionamiento de la mente.
Aparece de nuevo la dualidad cuerpo-mente. Estoy sujeto a las leyes por las que se rige mi cuerpo material y por las derivadas de aspectos psicológicos (o espirituales) emergidos de la propia mente en el ejercicio de su función recreativa e inmaterial.
A pesar de los avances, aún hoy es más lo que podemos imaginar sobre la emergencia y el funcionamiento de la mente que lo que podemos asegurar.
Por Pólux.