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sábado, 12 de abril de 2014

ATALAYA Y EL CAMINO DE LA VIDA.

Comienza la Semana Santa, y con ella nuestro recogimiento en la atalaya. Tan sólo veremos pasar algunas gaviotas, como la de la fotografía de cabecera de hoy.

Ayer tuvimos un pequeña charla con una amigo en la que retomamos el tema de que la vida es como la vía de un tren, un camino del que apenas nos podemos salir, una dirección tan encauzada que apenas si nos deja margen de maniobra.

"Pensar eso es muy triste", nos dijo. Por eso procuramos distraernos en nuestro paso por aquí: aficiones, deseos por cumplir, etc.

Hay personas con la capacidad e iniciativa para cambiar su estado, dejar su trabajo y buscar otra cosa, o para cerrar un negocio e iniciar otro. Estas personas parece que tienen mayor capacidad para salirse de la vía, del camino preestablecido.

También hay personas con una gran capacidad de alegrarse por pequeños detalles, que se sienten a gusto con la vida y disfrutan del hecho de estar vivos.

Y también hay personas, muchas más personas, con falta de iniciativa, a las que les cuesta y no se les da nada bien emprender, que no disfrutan con el hecho de vivir, personas cuyo carácter está moldeado de forma  que apenas tienen posibilidades de apartarse del camino preestablecido por el que le lleva la corriente del río de la vida.

Cada cual cuenta la vida como le va.

Por Cástor y Pólux.

viernes, 11 de abril de 2014

CIENCIA Y DESCUBRIMIENTOS.

Y hoy otra puesta de sol como foto de cabecera. ¡Cuán poco podría deducirse de una puesta de sol las relaciones y leyes astronómicas que gobiernan nuestro mundo! Parecen ocultadas intencionadamente a la vista. Pero el hombre creó una herramienta, la ciencia, para desvelar ese tipo de leyes.

La tarea del científico se asemeja a la de un detective, y es la de descubrir a partir de indicios, a veces nada clarificantes, razones y leyes "universales" aplicables a todos los ámbitos.

El descubrimiento científico es una carrera de intuición, conocimientos, tesón y espíritu abierto. Es un claro ejemplo de superación de barreras mentales. Lo imposible se vuelve posible, lo oculto accesible.

Por Cástor y Pólux.


jueves, 10 de abril de 2014

EL TRIUNFO: HÁBITO Y PROCESO.

Ayer hablábamos del hábito como forma de conseguir grandes cosas, incluido el triunfo en aquello que nos propongamos, o al menos eso parecía querer decir la cita que transcribíamos.

Un pequeño hábito positivo, repetido muchas veces a lo largo del tiempo, consigue objetivos imposibles o muy difíciles de conseguir a corto plazo. Por ejemple adelgazar. Pequeños hábitos en nuestra forma de alimentarnos hará que adelgacemos. Al principio no notaremos nada, pero al cabo de uno o dos años siguiendo esos hábitos estaremos más delgados. No se trata, pues, de hacer un gran esfuerzo para adelgazar en dos meses, sino de adoptar unos hábitos que a largo plazo consigan lo mismo que ese gran esfuerzo, que es más difícil de hacer.

Con un buen hábito y el tiempo necesario para que dé sus frutos se pueden conseguir grandes cosas. De eso hablaba la cita de ayer, pero referida al triunfo. Triunfar no es fácil, por el hábito ayuda a conseguirlo. Y es cierto, creemos. Pero en realidad el hábito es una premisa en el proceso que nos puede llevar al triunfo. Esa es nuestra apostilla.

En realidad la cita de ayer no negaba lo que aquí hemos apostillado, pero al centrar su énfasis sólo en el hábito (totalmente lícito pues es de lo único que trataba) pudiera interpretarse que el hábito es suficiente por sí mismo.

Llegar a triunfar requiere todo un proceso que no depende únicamente del hábito, aunque éste pueda considerarse necesario, y en ese proceso hay muchas otras variables a tener en cuenta. Hemos de tener, pues, una mirada amplia para entender y afrontar ese proceso.

Por Cástor y Pólux.


miércoles, 9 de abril de 2014

HÁBITO Y TRIUNFO.

El otro día leíamos en un libro sobre el éxito lo siguiente:

"Estudios psicológicos revelan que el 95% de lo que sentimos, pensamos, hacemos y logramos es el resultado de un hábito aprendido. Todos nacemos con instintos, por supuesto, pero sin hábitos. Éstos los desarrollamos con el tiempo. Desde niños aprendemos respuestas condicionadas que llevan a reacciones automáticas (es decir, involuntarias) en muchas situaciones.
En la vida diaria, actuar de forma 'automática' tiene sus ventajas. Si tuviera que pensar de forma consciente en cada paso de una tarea cotidiana (preparar el desayuno, llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, etc.), su vida se detendría bruscamente.
[...]
Una rutina diaria creada con buenos hábitos es la diferencia que separa a los triunfadores del resto de la gente.
[...]
El problema es que la satisfacción inmediata derivada de malos hábitos suele ser más fuerte que los razonamientos mentales que nos advierten de consecuencias a largo plazo."

¿Qué hay de verdad en todo ello? Mucho, pero no toda la verdad del éxito está contenida en esas palabras, que vienen a ser la síntesis de una idea atrayente.

Que el hábito es necesario lo damos por supuesto, que todos los triunfadores tiene el hábito necesario para conseguir lo que se proponen podemos también admitirlo, pero decir que el hábito nos llevará al triunfo es otra cosa. Tampoco es que la cita lo diga así directamente. Ya se cuida mucho de no hacerlo quien lo escribió, pues sabe que es así.

Para otras muchas cosas en la vida los hábitos positivos nos pueden ayudar más de lo pueda parecer en principio, pues sus efectos a largo plazo pueden llegar a ser muy importantes.

Pero hay algo más que el hábito, y es la condición personal que nos facilita o imposibilita adquirir hábitos. Porque no creemos que todo resida en la voluntad. Pero esa es una vieja discusión que tenemos aquí, en Obtentalia. Por ahora lo dejamos aquí, para pensar y reflexionar sobre esa cita y sus consecuencias, tanto en lo referente al triunfo en cualquier aspecto de la vida (sentido en el que van dirigidas esas palabras) como en aspectos más generales que afectan a nuestra vida cotidiana.

Por Cástor y Pólux.

martes, 8 de abril de 2014

PALABRAS, SÓLO PALABRAS.

¿Amigos? No recordamos haber tenido más de dos o tres amigos en toda nuestra vida. Amistades y conocidos sí, muchos, como todo el mundo, pero amigos...

Tal vez seamos demasiado exigentes con el término. En sentido amplio amigo puede ser una persona cercana con la que se tiene cierta confianza y con la que uno se siente a gusto. En sentido estricto sería aquella persona con la que se compartiría un lazo de complicidad y sinceridad especial. Pero en realidad esto que contamos no tiene el mayor interés, pues cada uno puede definir el término como lo crea conveniente, y por tanto su sentido y significado no es plenamente extrapolable a los demás.

No podemos saber la semejanza entre las frases "yo no tengo más de dos amigos" y "yo tengo un montón de amigos en todas partes" sin definir previamente la palabra "amigo" en este caso. Todo el lenguaje es así, permite la comunicación de ideas y pensamientos, pero es difícil superar las discusiones que provoca con motivo del distinto sentido con el que se usan las palabras, como en el caso anterior sucedía con la palabra "amigo".

¡Cuántas veces discutimos a pesar de decir lo mismo! Nos empeñamos en que nos entiendan, pero no en hacernos entender. Las palabras son un "milagro" de la evolución, pero nos pierde nuestra incapacidad de ver sus límites.

Por Cástor y Pólux.


lunes, 7 de abril de 2014

AZAHAR Y PRIMAVERA.

Hace ya unas tres semanas que los naranjos comenzaron a florecer por aquí, por el sur, y el olor a azahar comenzó a impregnar el ambiente, como si la primavera ya hubiese hecho acto de presencia. Pero una semana después llegó la primavera y el azahar seguía surgiendo imparable. Las calle con naranjos hacían las delicias del olfato.

Y aún hoy siguen floreciendo, con una explosión de color y aromas única. Sin duda el azahar va asociado al inicio de la primavera.

No muy lejos de nuestra atalaya, aunque no a la vista, hay varios naranjales, pero no hemos tenido ocasión de acercarnos a oler su aroma. Sí, sí, aquí en el sur, cerca del mar, existen naranjales, a pesar de que no pudiera parecer el mejor sitio.

La primavera ya está aquí, y con ella la Semana Santa, las salidas a la calle...


Por Cástor y Pólux.

domingo, 6 de abril de 2014

DOMINGO, "LA ZANJA" Y SIN TIEMPO.

Hola a todos.

¡Fantástica de nuevo la foto de José Manuel Peña! Ese atardecer sobre el mar en el que podemos ver a personas apreciando a su vez la puesta de sol.

Y como os adelantamos ayer, hoy os presentamos "·La zanja", una nueva historia de Helenita, el personaje de nuestra colaboradora Helena de Troya. Tenéis su historia tras esta entrada o en los enlaces habituales (su página, ´"últimos contenidos.")

Otras obligaciones nos impiden seguir más por hoy, pero os remitimos a las entradas de esta semana (de lunes a viernes) y a la de ayer sábado, en la que os hacíamos un pequeño resumen de dicha semana.

Por Cástor y Pólux.


"LA ZANJA", POR HELENA DE TROYA.

“LA ZANJA”
Por Helena de Troya (7 de abril de 2014)


En aquella ocasión estábamos de ejercicios espirituales. Era de noche y esta oscuro.

La monja nos entregó a cada niña una vela encendida. Haríamos un vía crucis alrededor del edificio en el que nos hospedábamos. La monja iba la primera, iniciando las oraciones, y las niñas íbamos detrás más o menos distanciadas de ella. Algunas se quedaron bastante rezagadas para echar unas risas. Yo iba con las del medio, despacio, para que no se apagara la vela y enfrascada y recogida con las oraciones.

Al cabo de un rato escuchamos a la monja, como fiel precursora de David Bisbal, gritar “Ave maría”. Todas se preguntaban qué había pasado y nos fuimos acercando al principio del camino, pero no se veía nada.

Todo estaba oscuro y como el vestido de la monja era negro, no nos dimos cuenta de que ésta había caído dentro de una zanja. Hasta que volvió a gritar “aquí, aquí”, no nos pudimos hacer una idea de dónde estaba exactamente. Pero en vez de ayudar a sacarla nos dio la risa y no hubo quien le ayudara a salir de la zanja.


Al cabo de unos minutos la sacábamos mientras la monja nos lazaba improperios. Así que al día siguiente todas al confesionario.