ARTÍCULO.
"RECUERDOS DE LA INFORMÁTICA EN LOS AÑOS OCHENTA:
ZX SPECTRUM, BASIC Y MS-DOS"
Por PÓLUX (19 de abril de 2015)
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ZX Spectrum |
Aún guardo entre mis libros, como recuerdos de determinadas épocas de mi vida, algunos manuales de instrucciones y de programación informática usados a principios de los años ochenta. ¡Hace ya la friolera de 35 años!
Conservo el manual de programación en Basic del ZX Spectrum, de Sinclair, (con su incómodo aunque útil teclado extendido, parecido a los que usan los portátiles modernos). Yo tuve el Spectrum de 48 KB (KiloByte) de memoria RAM (los había también de 16 KB y de 128 KB, éste el mayor de los "hermanos"). Teniendo en cuenta que un mega equivale a 1.000 KB, el Spectrum tenía de memoria RAM menos de la mitad de la décima parte de un mega, algo irrisorio para la actualidad, en que cualquier equipo modesto tiene dos o más GB (1 Giga Byte = 1.000 KB) de memoria RAM (como comparación, las fotos de los móviles actuales consumen alrededor de varios MB, por lo que en la memoria del Spectrum no cabría ni media foto). Otra característica del Spectrum es que no poseía disco duro (memoria ROM), y cuando se desconectaba se borraban completamente los datos que habíamos introducidos, por lo que se ideó un sistema de almacenamiento en cintas de cassette mediante unos pulsos de sonido que podía interpretar el ordenador. Cierto es que evolucionó mucho en cuanto a periféricos y posibilidades, pero con las limitaciones propias de su microprocesador Z80A de 8 bits a 3,5 MHz (MegaHerzios). De nuevo como comparación, mi ordenador actual, desde el que escribo estas líneas, con ocho o nueve años de antigüedad, tiene un microprocesador de 32 bits a 2,11 GHz (1 GigHerzio = 1.000 MegaHerzios). La diferencia es abismal.
También conservo un manual de intérprete Basic de Olivetti y un manual de instrucciones del ordenador Z-140 PC de Zenith. Éste tenía 128 ó 256 KB de RAM ampliables a 640 KB, un microprocesador 8088 a 8 MHz y usaba discos flexibles como unidades de memoria externa, hoy en desuso (tanto que los ordenadores hace tiempo que no llevan lectores de unidades de disco flexible). La cosa iba mejorando, aunque poco a poco.
Y por último merece la pena mencionar todos los volúmenes del manual de MS-DOS, versión 3 (creo que llegó hasta la versión 7), de Microsoft, editada por la antes nombrada empresa Zenith (Zenith data systems). El MS-DOS era el lenguaje de instrucciones directas, con sus argumentos, que entendía el microprocesador y que era necesario para hacer funcionar el ordenador y las distintas aplicaciones o programas a falta de un sistema operativo. En realidad sí era un sistema operativo, pero no como los que usamos hoy día, pues aquél carecía de interfaz gráfica, que es lo que caracteriza a los actuales.
Comprendo que eso del Spectrum y el MS-DOS le suene a chino a la juventud actual, que habla de Gigas y Teras, tarjetas gráficas y Android, pero también son parte de nuestra cultura general los hechos y sucesos que nos tocaron vivir. La juventud de hoy ha nacido prácticamente en la era digital y en pleno desarrollo de la informática, pero mí generación y otras vivieron el inicio de la informática y el auge actual. Seguramente muchos se reirían de las máquinas usadas en las oficinas en la década de los ochenta. El contenido del disco duro del primer ordenador que tuve, comprado de segunda mano a una empresa que renovaba sus ordenadores cada pocos años (entonces los adelantos comenzaban a ser de vértigo), cabía en un CD actual, y digo CD, no DVD.
Aquéllo me enseñó los conceptos más básicos bajo los que trabajan los ordenadores, el bit, los tipos de memoria, la instrucciones que entiende el microprocesador..., y la importancia del sistema operativo, esa interfaz que nos permite comunicarnos con el ordenador (o también con el teléfono móvil en la actualidad), y que ha conseguido que cualquiera podamos ser usuarios sin necesidad de saber informática. Es algo así como el volante, las marchas y los pedales de un automóvil, sabiendo utilizarlos no nos hace falta saber nada de mecánica del motor para hacerlo funcionar.
El surgimiento y desarrollo de la informática ha sido algo que he vivido en primera persona, y como recuerdo de los distintos momentos de esa evolución, conservo aún los manuales de instrucciones y programación que antes cité, alguno de los cuales me sabía casi de memoria, mucho más que cualquier libro de texto que debía aprenderme en el B.U.P. (Ballicherato) de la época, pero por entonces la informática no era una asignatura.
Los ratos de creatividad, entretenimiento y placer que me regaló la informática no los olvidaré nunca. Y es que además me los sigue proporcionando.