ZOIDO: “FRANCO
AURAIT ÉTÉ FIER DE TOI”
Por Hermes (09/11/2014)
Manuel Valls, actualmente Primer Ministro de la República
francesa y anteriormente jefe del Ministerio del Interior del país vecino, es
un político galo perteneciente al Partido Socialista, cuyo nombre y apellido
delata rápidamente su ascendencia y origen español. Hace un año, en su cargo de
responsable de este departamento, se erigió como uno de los máximos defensores
a la hora de expulsar de manera indiscriminada a los inmigrantes llegados a su
país. Valls, cuyo progenitor precisamente había emigrado a París en la década
de los años 40 del pasado siglo -ahora, a pesar de su aparente talante
democrático- se convertía en un ferviente cruzado que, carente de la mínima
sensibilidad, defendía a ultranza tal política de repatriación. Siguiendo directrices
del propio Gobierno francés, una niña albano-kosovar que viajaba de excursión en
un autobús escolar en compañía de sus compañeros de clase fue conminada por la
policía a bajarse del transporte siendo expulsada del país. Ante tal grado de
insensibilidad, impropia de la «grandeur française», esta acción disgregadora generó oleadas de
protestas de ciudadanos, la mayoría de izquierdas, que se sentían decepcionados
al considerar que la actuación del jefe del Ministerio del Interior vulneraba el
lema y la herencia recibida en el siglo de las Luces, plasmado en los principios
de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Las movilizaciones en muchas capas de la sociedad
francesa alcanzaron tal grado de efervescencia que una pancarta llamó la
atención sobre manera por su leyenda: "Manuel Valls, Franco aurait été fier de toi", ("Manuel Valls, Franco habría estado orgulloso de ti").
Las políticas dictatoriales y caciquiles,
tanto de derechas como de izquierdas, nunca han sido positivas a lo largo de la
historia ni buscan soluciones a los problemas; únicamente los extirpan de raíz
sin buscar alternativas al mismo porque, muerto
el perro se acabó la rabia.
En Sevilla, separada de Francia
aproximadamente por mil kilómetros de distancia y regida en este caso por un consistorio
de derechas, también se viven situaciones de insensibilidad social surgidas de
su equipo de Gobierno municipal. Su alcalde, el Sr. Zoido Álvarez, un
magistrado al que se le quedó pequeña la carrera judicial y que quiso medrar en
el mundo de la política, alcanzó la alcaldía de la ciudad en junio de 2011.
Quién en su programa electoral tenía, entre otros asuntos, la panacea salvadora
para acabar con los aparcacoches ilegales, con el paso del tiempo quedó
demostrado que aquella falacia sólo fue una frivolidad verbal y un brindis al
sol. No sólo no terminó con ellos sino que Sevilla es, actualmente, la ciudad española
con más índice de gorrillas por metro
cuadrado. En relación a este tema, lo único que ha decrecido es el número de
plazas de parking libres pues, pese a la crisis, el Gobierno municipal ha
aumentado y potenciado considerablemente la zona azul, cuyos aparcamientos son
de riguroso pago para los ciudadanos.
Pero la verdadera revolución insocial salida del consistorio hispalense y que pronto
cambiará la idiosincrasia del municipio acaba de aparecer en los medios de
prensa. En ellos se recoge la noticia de las nuevas Ordenanzas de limpieza
pública y gestión de residuos urbanos, incluyendo como infracción leve -de 90 a
750 euros- "la de extraer o rebuscar residuos una vez depositados en los
contenedores". Desde
luego, si a alguien le disgusta y desagrada la imagen tercermundista de
personas extrayendo objetos y removiendo la basura en los lugares habilitados
al efecto es a mí; pero considero que, quien con tanto afán hurga en los
contenedores municipales, lo hace porque, a buen seguro, no llevará encima ni
una milésima parte del dinero que puede llevar en sus bolsillos el último concejal
del Ayuntamiento hispalense. Por tanto, y como presunto insolvente, ¿con qué
dinero va a pagar el indigente esa multa que no podría afrontar ni yo mismo
después de llevar prestando mis servicios en una Oficina pública más de 23 años?
Supongo que con las nuevas Ordenanzas
más de uno tendremos que preguntarnos qué haremos si un día, por ejemplo, alguien
del entorno familiar nos tira accidentalmente a la basura una prenda de vestir
sin reparar que en ella va un billete de 50 euros, o bien nuestra
documentación. Por ir a buscarla al contenedor, ¿me van a multar encima los municipales? ¿Y si eso le sucediera al
propio alcalde? Como él, evidentemente, no se va a manchar las manos buscando
entre las inmundicias, ¿qué va a hacer? ¿Llamará a una cuadrilla de operarios
del Ayuntamiento para que ellos lo hagan? (Imagino que denunciará la pérdida y
en tres días un patrullero policial le llevará a casa un nuevo DNI).
En cualquier caso, el Consistorio no
sólo reprimirá el robo de basura sino
que "beber o
comer de pie -expone el diario «20
minutos» en su número del día 30 de
octubre de 2014- en los veladores,
jugar al dominó o a los dados en un bar, arrastrar barriles de cerveza por los
establecimientos, chocar las bombonas de gas para avisar de la llegada del
camión o dejar solos a los animales de compañía en el interior de la vivienda o
en la terraza", también llevará aparejada la
correspondiente multa. Creo que, como dice CC.OO., se «criminaliza
la pobreza», al tiempo
que la normativa no es, en opinión de Jesús Maetzu, defensor del Pueblo
Andaluz, ni «afortunada ni eficaz».
Más le valdría al Regidor y sus concejales que en vez de
desarrollar ordenanzas ridículas y absurdas se preocuparan en atajar la ola de
inseguridad que inunda Sevilla a través de una Policía local más competente; y
no con unas fuerzas que pululan por la ciudad con gran engreimiento y prepotencia
y, en muchos casos, hasta carentes de la más mínima educación y tacto. Por
cierto, Sr. Alcalde, al hilo de su Policía,
¿qué ha sido de aquellos agentes que en abril de 2013 posaban sonrientes, ufanos
y divertidos con las multas que habían puesto en actitud chulesca y arrogante? ¿Terminó
usted por reírles la gracia o dio carpetazo al asunto, porque de aquella
afrenta al ciudadano nunca más se ha sabido? Sr. Zoido, también "Franco aurait été fier de toi".