Suele escucharse mucho decir que se es tímido cuando le preguntan a un actor, a una persona mediática, a un cantante consagrado, en fin, a alguien de quien pensaríamos que es todo menos tímido.
La Real Academia de la Lengua Española define tímido como "Temeroso, medroso, encogido y corto de ánimo".
Para ser una persona mediática y conocida, que habla o actúa en público, que concede entrevistas, que se mueve en un mundo de relaciones sociales importantes para su trabajo, nada más lejos que ser temeroso, medroso, encogido y corto de ánimo, eso seguro.
Quien realmente es tímido no suele decirlo, simplemente se le nota y suele sufrir por ello. Lo que sucede es que ser tímido está conceptualizado como algo que implica sencillez, sinceridad, cierta fragilidad e indefensión que mueve a la ternura, produciendo una idea más humana de quien es así, por eso tiene algo de agradable autodenominarse como tímido.
Y es que la timidez de la que hablan tantos conocidos no es tal timidez, en todo caso puede ser cierta resistencia o miedo natural a mostrarse, pero eso es algo connatural a todos, y en todo caso podría hablarse de un grado leve de timidez.
No sé hasta qué punto considerar la timidez (como ya lo hacen algunos profesionales) como un trastorno que incapacita, al menos parcialmente, pero desde luego es un verdadero problema que afecta sobre todo a las relaciones sociales. Tampoco creo que sea un estado de ánimo, como he leído en alguna ocasión, creo que es algo más profundo y radical, difícil de controlar, como las fobias o las obsesiones, aunque sin llegar a la profundidad de éstas.
Quien conoce o ha conocido la timidez de cerca, en uno mismo o en alguien, sabe perfectamente que eso que las personas conocidas y famosas que salen en los medios de comunicación dicen tener, no es timidez, al menos en el caso de la gran mayoría de ellos.
Por Pólux.