Hoy el cielo está ahí, y los hechos y sucesos que conforman el mundo, y hasta la vida, acaecen como cada día. Lo sé porque hasta ahora todo sucede en la misma forma en que lo ha hecho anteriormente. Es obvio ..., pero lo es porque así es inferido por mi mente.
Hoy estoy pero no veo. El mundo está ahí porque yo estoy aquí para pensarlo, que no significa que por pensarlo el mundo está ahí, sino que el estar yo aquí lo es porque hay un mundo que está ahí y en el que actúo.
Es elemental, pero lo elemental también hay que pensarlo.
No puedo dejar de dar gracias por mi vida, pudiendo haber vivido otras muchas vidas menos agraciadas, como a tantos sucede. ¿Que la hay mejor?, seguramente, según lo que valoremos.
Mi vida es cómoda, aunque no sé si ello es una decisión o una circunstancia.
Cada día que pasa es una confirmación de que la vida es lo que es, lo que sucede y vemos cada día, la realidad a la que estamos sometidos, que asimismo percibimos en nuestra mente como reflejo, modificación o interpretación.
Los principios que rigen la realidad nos son desconocidos. Tan sólo nuestros recuerdos conscientes nos dan una medida subjetiva de la realidad, a la que buscamos el sentido y la explicación que no tienen dado su carácter subjetivo.
La noche se ha nublado y presenta otro rostro. El aire, algo más fresco y húmedo, se desliza rudo sobre mi piel, recorriéndome y haciéndome sentir parte de él.
No sé quién o qué soy, pero me siento parte de esta noche nublada, de este otro rostro de la realidad, aparentemente ajeno a la autoconsciencia.
¡Cómo la Luna, brillante, arroja sombras por entre las nubes que cubren la atalaya ...!
Admiro la capacidad de algunas personas para adaptarse a determinadas situaciones y poder ser feliz de esa manera.
Veo a quienes, por ejemplo, tienen un trabajo que no lo quisiera yo para mí, por incómodo o monótono, y lo realizan con dedicación y profesionalidad. Toda una lección de vitalidad y actitud positiva.
Cada uno tiene una forma de afrontar la vida, pero ¿cómo se consigue tener una actitud positiva y ser feliz en una vida tan cruel y dolorosa como ésta? Yo sólo sé una manera, cerrando los ojos y olvidando. ¿Acaso no será eso mismo lo que hacen esos que admiramos por su vitalidad positiva? No lo sé ...
Portada del disco ANIMATION, de Jon Anderson (1982).
No recuerdo ya, tal vez nunca lo supe, como cayó en mis manos aquel caset original de Jon Anderson, con el álbum "Animation" (sé seguro que no era nuestro). Imagino que, como en otras ocasiones, alguien lo llevaría a mi casa para escucharlo (teníamos una habitación para escuchar música y podíamos ponerla a "toda pastilla") y allí se quedó. Recuerdo que en una época de mi juventud escuchaba casi a diario aquel extraño caset de aquel entonces desconocido llamado Jon Anderson.
Conocemos a Jon Anderson por sus trabajos con Yes, importante y concocido grupo de rock progresivo, del que formó parte Rick Wakeman, a quien ya dedicamos un domingo musical en la entrada La música sinfónica de Rick Wakeman: "The Journey", sus trabajos con Vangelis, sus muchas colaboraciones con otros músicos y sus trabajos en solitario, como es este caso.
El álbum "Animation", editado en 1982 (hace 34 años, que barbaridad), es decir, con posterioridad al éxito de Yes en los años setenta, contiene una música más pop, con sonidos electrónicos. Una de las canciones más melódicas del disco, y que salió como sencillo (single), es "SURRENDER", que es la canción que os presento hoy, de atractivo ritmo y con la siempre sugerente y característica voz de su compositor y cantante Jon Anderson.
Os dejo un nuevo vídeo de YouTube, en el que aparece el sencillo, con la que creo que es la versión original del disco (en YouTube se encuentran versiones de todo tipo).