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sábado, 21 de diciembre de 2013

LA FRUSTRACIÓN DE ELEGIR UN CONTRATO DE TELÉFONO MÓVIL.

La fotografía de hoy de cabecera de nuestro blog la hicimos cerca de nuestra atalaya. Estaba nublado ese día. El espacio lo inunda todo...

Hacer una elección se está volviendo cada vez más complicado. Y ello debido a la enorme oferta que nos encontramos prácticamente en cualquier campo. Recordamos que ese tema se trató haca ya algún tiempo en el programa televisivo Redes. Básicamente se trata de que si bien tener mucha oferta enriquece las opciones para elegir, también dificulta esa elección hasta el punto de producir frustración, pues se acaba sin saber si se ha tomado una buena decisión.

Uno de nosotros se ha visto en la necesidad de hacer un nuevo contrato de teléfono móvil con acceso a internet. Al principio todo parece muy claro. Sé exactamente mis necesidades, por lo tanto todo parece reducirse a encontrar el tipo de tarifa que se adecúe a ellas. Parece fácil y claro. Pues nada más alejado de la realidad. Poco a poco se van descubriendo condicionantes que no imaginabas. Por ejemplo, te vas a cambiar de compañía para conseguir un ahorro de 10 euros, pero entonces te enteras que la compañía que dejas te quita una bonificación que tienes en otro producto, con lo cual el ahorro casi se esfuma. En fin, la oferta más barata tiene alguna pega para lo que necesitas, pero es que la que no es tan barata también la tiene. Entonces te centras sólo en algún aspecto importante para tomar la decisión. Como me hace falta un terminal y todas las compañías dicen que te regalan uno, elijo la que me de el de más calidad. Otra frustración. Es una mentira descarada, una patraña, nadie te regala nada, te lo financian, que es otra cosa, pero como no tienes que entregar cantidad inicial de pago, sino sólo cuotas mensuales, a eso las compañías le llaman regalar un móvil. Los demás humanos lo llamamos poca vergüenza. Cuando ya estás mareado, con dolor de cabeza y cabreado pero al menos con una opción real para lo que quieres, sucede lo inesperado, que se agotó la oferta, o que la cobertura donde tú vives no es buena o..., no sé, pero pasa algo.

La frustración por la imposibilidad de conseguir lo que inicialmente querías va creciendo, y empiezas a pensar "con lo fácil que era antes, sólo una compañía, sólo un teléfono, el fijo, y dos o tres contratos que elegir".

Todo eso nos obliga muchas veces a elegir no lo más conveniente, sino lo más interesante para la compañía que consigue ser más manipuladora que las demás. A veces, cada vez más, nuestras elecciones y decisiones se vuelven tan complicadas que es imposible tomarlas teniendo en cuenta todas las variables posibles, lo que produce una sensación de falta de control y de manipulación, que sólo beneficia a las compañías que se encargan de que así sea.

Después de preguntar en todas las compañías, de leerme sus engañosas ofertas y escuchar las explicaciones, a veces incompletas, de sus empleados, he llegado a la conclusión de que lo mejor es echarlo a los dados, sé que así tengo menos probabilidades de equivocarme.

Por Cástor y Pólux.

viernes, 20 de diciembre de 2013

EL PRECIO DE LA ENERGÍA, NUESTRO PRIMER REGALO DE NAVIDAD.

Y sube el recibo de la luz, como cada año, pero más si cabe. Que si el déficit tarifario, que si los costes del mercado, que si los costes regulados que añade a conveniencia la Administración, que si las subastas de energía, que si..., que si...

Veinte mil razones para encubrir que tenemos que pagar más por la energía. La Administración culta a las subastas, los proveedores a las políticas de los gobiernos y las Compañías distribuidoras, éstas a aquéllos, y cada uno de ellos, intermediarios incluidos, hablan sólo de los aspectos que les interesan, obviando descaradamente los que puedan implicarles.

En definitiva nos dicen que llevar la energía hasta nuestro hogares cuesta más de lo que pagamos por ella. Eso es verdad y no es verdad. ¿Cuál es el coste real de la energía y cuál el coste final soportado?, ¿cuántos conceptos añadidos soporta el coste de la luz? Si se cierra una central nuclear se repercute el coste en el precio, ¿y cuantos conceptos más así?

El precio de la luz es de los pocos que quedan intervenidos por la Administración. ¿Es mejor esa intervención o peor para el precio final? No somos expertos para asegurar lo que sospechamos, que es peor, al menos en la forma en que interviene el precio.

Mientras, nosotros, el pueblo, como siempre, pagándolo todo. No puede ser de otra forma, el dinero sólo sale de un sitio y ese es nuestro bolsillo. Nos pueden seguir exprimiendo, hasta el día en que los exprimidos seamos los suficientes para que, cabreados, cambiemos el sentido de unas elecciones. Si eso llegara a pasar, cosa que creemos difícil, entonces no duden que nos tendrían en cuenta.



Por Cástor y Pólux.

jueves, 19 de diciembre de 2013

"YO NO SOY YO", O CÓMO DECIR TANTO CON TAN POCO.


Hoy volvemos con uno de los poetas que más nos llega al alma (no podemos evitarlo, la poesía, como otras artes, llega o no llega, es emoción, no voluntad), a quien nombramos mucho en Obtentalia y de quien ya hemos mostrado varios de sus poemas, Juan Ramón Jiménez, natural de Moguer, pueblo onubense de gran solera, cerca de la costa, en el que reconforta un buen paseo al atardecer, tras un paseo por las playas cercanas aspirando la brisa entre los médanos a que se refiere en algunas poesías, para acabar con unas buenas tapas en algún bar de sus plazas o en algún bodegón de añejo aspecto.

Hoy os dejamos una poesía en apariencia simple, pero como siempre suele suceder con mucho más sentido y significado que el que sus solas palabras puedan tener.


YO NO SOY YO 


Soy este
que va a mi lado sin yo verlo; 
que, a veces, voy a ver, 
y que, a veces, olvido. 
El que calla, sereno, cuando hablo, 
el que perdona, dulce, cuando odio, 
el que pasea por donde no estoy, 
el que quedará en pie cuando yo muera.


Os dejamos un enlace a una de las muchas páginas que encontraréis en internet sobre esta poeta universal:

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

BIENESTAR, DESARROLLO ECONÓMICO, LIBERTAD Y FUTURO.

Los que ya vamos teniendo cierta edad, y los que la superan, somos herederos (partícipes o no) de un concepto de trabajo totalmente distinto al que hoy impera. Nuestros padres vivieron la postguerra, y su concepto de trabajo es el que subyace en la frase "el trabajo dignifica".

Hoy día, y más antes de la crisis, el ocio ha llegado a formar parte del tiempo vital, con gran importancia para el desarrollo personal. Cuando hablamos de ocio lo expresamos en sentido amplio, tanto como tiempo para dedicárselo al divertimento y el relax como el empleado en aquellos quehaceres que desarrollan las aptitudes que nuestros trabajos excluyen o ignoran.

El ocio ha supuesto una liberación, la de la esclavitud del trabajo de antaño (nos referimos a mucho tiempo antes), pero para ello hace falta un mínimo desarrollo del estado de bienestar, tanto en la capacidad adquisitiva como en los medios para emplearla. Al final todo se traduce a desarrollo económico, cambiando con ello las reglas que someten nuestra vida. Si antes se estaba sujeto a las reglas del trabajo, ahora nosotros y ese trabajo estamos sometidos a las reglas del mercado y la economía.

¿Somos más libres que antes? El concepto de libertad es muy ambiguo por lo personal que es. No todos nos sentimos igualmente libres en las mismas condiciones. Pero en general nos atreveríamos a decir que sí, por cuanto disponemos de más ocio, aunque no todo se reduzca a ello.

Nos gusta este país libre y liberal, que a pesar de su pasado reciente poco tiene que envidiarle a los países del norte europeo que se tenían por ejemplo de liberalidad. Y el concepto liberal nada tiene que ver con la política, a pesar de que algunas tendencias quieran apropiarse del término. Tanto la derecha como la izquierda actuales pueden ser liberales.

Y llegó la crisis para recordarnos que los logros no sólo hay que conquistarlos, sino también poseerlos y mantenerlos. Y nuestra clase dirigente mucho tiene que ver en ello. Hace ya tiempo que no parecen pensar como hombres de estado (hay algunos que sí, no debemos generalizar), sino como hombres de partido.

Confiemos en que sepan luchar por el futuro, por el verdadero futuro que es el de todos y no sólo el de algunos aunque sean mayoría.

Por Cástor y Pólux.

martes, 17 de diciembre de 2013

ESPECIE HUMANA Y EVOLUCIÓN.

¿Cuánto nos hemos alejado de nuestros ancestros?, ¿qué queda en nuestra especie de las raíces de nuestra especie? Nos hemos ido transformando con el paso del tiempo como otras especies, pero en nuestro caso especial, el de la inteligencia, ¿podemos hablar de evolución o de desnaturalización?, ¿sigue la inteligencia una evolución paralela a la del cuerpo?

A caballo entre la inteligencia y el instinto, nuestra especie recorre un camino diferente, único e inexplorado, que nos haría dudar de su eficacia si no fuera por su preeminencia.

La función social sustituye, no sabemos si con eficacia (desde luego sí desde el punto de vista de la preservación de la especie), a comportamientos instintivos que aún hoy se contraponen a tales funciones, creando dilemas difíciles de entender y superar, ¿es eso señal de una evolución fallida o simplemente incompleta? Más bien nos parece incompleta que fallida, pues esa evolución ha llevado al hombre a la cúspide del reino animal.

¡Cuánto nos hemos separado del bichito de la fotografía de cabecera de hoy de nuestro blog!, ¿Cuál será nuestro futuro como especie?

Por Cástor y Pólux.

lunes, 16 de diciembre de 2013

REYES MAGOS Y PAPÁ NOEL.

Sí, como decíamos ayer introduciendo nuestra reflexión, ya está muy cerca la Navidad. No es, por supuesto, la Navidad de nuestra infancia y la de tantas otras generaciones anteriores, de Reyes Magos con los regalos en enero, el día de Reyes.

Ahora el puesto se lo disputan Papá Noel (o Santa Claus o San Nicolás) y los Reyes Magos. Ya pasa lo mismo con el día de todos los difuntos y Halloween. La fuerza de la globalización es imparable en un mundo cada vez más intercomunicado. No puede ser de otra forma.

Luchar por nuestras raíces es preservarlas y darlas a conocer, pero no imponerlas a una corriente extranjera que hace las delicias de los más pequeños. Se introducen en nuestra cultura por el punto más débil, los niños, por eso se han popularizado con tanta rapidez. Lo triste es la pérdida de aspectos que caracterizan a un pueblo, pero no es el final de un pueblo y su identidad. Las nuevas costumbres se asumen con perpleja facilidad, y una vez instaladas ya son también parte nuestra y de nuestra historia. La lucha contra ello es vana, pero comprendemos la resistencia que genera.

Años de historia y tradición cambiados por un capricho consumista ajeno y sin sentido propio. ¡Claro que molesta!, pero es el pueblo el que lo adopta, nadie le obliga.

Por Cástor y Pólux.

domingo, 15 de diciembre de 2013

FOTOGRAFÍAS, POLÍTICOS, PÓLUX, COMPROMISO Y CRISIS EN LA NAVIDAD QUE VIENE.

Bienvenidos a Obtentalia.

Tanto ayer como hoy la foto de cabecera capta unas flores silvestres con el mar de fondo. Ya sabéis que tenemos debilidad por el mar. Ambas fotografías fueron tomadas la primavera pasada cerca de nuestra atalaya, donde estos días estamos disfrutando de un tiempo benevolente.

Ayer pusimos en la galería de fotos, donde ya están las de Adonis, las fotografías que hemos publicado de María Ruda. Hoy os lo recordamos porque merece la pena que las veáis, porque además de su gran belleza y las espectacularidad de muchas de ellas, tienen su formato original, con lo que se aprecia mejor el conjunto. En el lateral derecho tenéis el enlace.

Y por fin hoy os presentamos un nuevo artículo, en este caso de opinión y sobre la clase política, de título "El pueblo y los políticos", realizado por Pólux, en el que desarrolla la idea de que los políticos son el reflejo del pueblo. Podéis leerlo tras esta entrada, en su página "El comentario de Pólux" o en el enlace que hemos dejando en el título antes escrito. Esperamos que os entretenga y que nos deis vuestras opiniones al respecto.

También hemos renovado el apartado "Hace un año ...", que teníamos un poco olvidado.

Ya tenemos las Navidades muy cerca. Lo vemos principalmente en las gentes en las calles, en las tiendas y en los centros comerciales, donde la oferta para un consumismo desmedido (hoy revelado como salvador de la crisis) ahoga los cinco sentidos. A nosotros nos toca consumir poco, muy poco, la crisis nos obliga como a tantos otros, pero a todos aquellos a los que la crisis toca de soslayo podrán seguir su ritmo y su vida. Es una característica de nuestro sistema económico de libre mercado: dentro del sistema hay libertad, posibilidades, comodidad, futuro, esperanza, trabajo..., pero si quedas fuera del sistema se acabó todo. Y estas Navidades, como las pasadas, como también en primavera, en verano, o en otros momentos de estos últimos años, muchas personas se quedan fuera. ¿Tenemos que dar gracias por no ser nosotros y seguir adelante?, ¿no es eso lo que hacemos, y en muchos casos sin ni siquiera dar las gracias? Admiramos a quienes se comprometen con esas necesidades y otras, y no siendo nosotros parte de ellos no podemos menos que reconocer y alabar ese compromiso. Son muchas las personas que dedican horas de sus vidas privadas a instituciones, religiosas o no, ¡qué más da!, que ayudan a quien verdaderamente lo necesita.

En fin, seguro que tendremos Navidad hasta el hastío. Y bueno es, pues significa que la tendremos.


Por Cástor y Pólux.

"EL PUEBLO Y LOS POLÍTICOS", POR PÓLUX.

“EL PUEBLO Y LOS POLÍTICOS”
Por Pólux (15-12-2012)


Son muchas las ocasiones en las que he escuchado algún comentario peyorativo sobre la clase política, acusando a los políticos de quedarse con el dinero público, de corruptos, “chorizos”, estafadores…, como si la clase política estuviese por ello alejada del pueblo, no fuera representativa de éste. Y mientras, alguien se golpea el pecho por su propio honor, como si por decirlo fuera suficiente para ser creíble, clamando justicia por la actuación de esos políticos que no nos merecemos. Finalmente tenemos la percepción de que la clase política es corrupta.



Puede haber una clase corrupta, y de hecho en muchos países la ha habido y la hay, especialmente en los sistemas totalitarios o en los muy personalistas, donde el control sobre los políticos es menos efectivo, pues suelen ejercerlo sólo ellos.

Siempre he estado convencido, y de hecho ya me parece una obviedad, que en el caso de España, y de la mayoría de los países, la clase política no responde al estereotipo de la corrupción, sino al reflejo de la sociedad que nutre esa clase política. No quiero con ello decir que no haya corrupción, pues es evidente que la hay desde el momento en que se abusa a favor de intereses particulares de un cargo público. Lo que quiero decir es que esa corrupción creo que no está institucionalizada, sino que responde a la forma de ser de un pueblo.

Hay muchos principios que operan en la vida y que solemos aprender por la experiencia, por tanto no a edad temprana, y es una lástima porque suele ser muy útil tenerlos presentes y aplicarlos. Veamos uno que vienen al caso: “quien es capaz de lo menos es capaz de lo más”.

Vamos a ver antes un ejemplo de la aplicación de ese principio en sentido negativo. Cuando yo tenía ocho o nueve años aproximadamente, estando en un colegio religioso, un cura nos preguntaba a una clase entera si seríamos capaces de morir por Dios. Rápidamente todos respondimos que sí, por supuesto. Entonces el cura nos dijo algo así como lo siguiente: “Si pecáis constantemente, si sois incapaces de hacer un pequeño sacrificio por Dios como estar en silencio en misa cuando se os pide, no pelearos entre vosotros o no desobedecer a vuestros padres, ¿cómo vais a ser capaces de hacer un sacrificio tan grande como el de dar vuestra vida por Dios?” Aquello nos dejaba pensativos, y yo, no queriendo dar mi brazo a torcer, pensaba para mis adentros que ese cura no entendía que frente a lo pequeño claudicáramos precisamente por ser pequeño y no tener importancia, pero que frente a lo importante nos pudiésemos mantener firmes precisamente por ser importante. Pura inocencia la de ese pensamiento mío. La experiencia demuestra que el cura tenía razón, pues, por norma general, quien no es capaz de lo menos no es capaz de lo más, que es la versión en negativo del principio antes enunciado.

Pero vamos a ver un caso más directo. Ayer mismo estaba aparcando en un centro comercial cuando llegaron dos hombres en su coche y aparcaron en la única plaza reservada para minusválidos, justo al lado de la puerta de acceso. Ninguno era minusválido, pero se ve que ni tenían muchas ganas de andar ni ningún respeto por quien hubiera podido necesitar de verdad esa plaza y por todos los que aparcábamos respetándola. Sí, un pequeños gesto, pero muy revelador. ¿Cuántos engañan a Hacienda para pagar menos?, casi todos los que podemos. ¿Cuántos engañan sobre su trabajo para cobrar el paro, o para coger una baja innecesaria?, casi todos lo que podemos. ¿Cuántos han sisado algún euro a su empresa de una caja olvidada o en el recibo de una comida de empresa?, casi todos los que podemos. Y digo “casi” porque quiero creer que hay personas, aunque sean muy pocas, que no se prestan a esos chanchullos “sin importancia”. Pero si todo un pueblo está acostumbrado a hacer estas cosas, ¿por qué no va a seguir haciéndolo cuando en vez de estar en su puesto de trabajo esté en un cargo público?, ¿acaso pensamos inocentemente que el cargo cambia a las personas? No, el cargo no dignifica a las personas, son las personas las que han de dignificar el cargo.

Volvemos a decir “quien es capaz de lo menos es capaz de lo más”. Nuestro pueblo está habituado al engaño y la picaresca, y hará uso de ello en su vida personal, en su vida laboral y en su vida pública si la tiene, sólo que a nivel particular le estafaremos a hacienda 100 euros y en un cargo público estaremos ante la posibilidad de estafar 1.000.000 de euros. ¿Quiénes son los políticos si no las personas del pueblo que acceden a esos cargos? Los políticos son el reflejo del pueblo, como lo son otras clases trabajadoras. No vamos por ejemplo a invalidar a la clase docente porque uno, dos o diez profesores realicen malas prácticas.

El problema no son las personas, sino los controles efectivos para que todo ello no suceda, y a seo se ve que no están dispuesto los políticos, pues es ir contra ellos mismos, pero ése es otro problema.

Cuando seamos íntegros en nuestra vida personal, seremos íntegros en la vida pública, pero para ello algo debe cambiar en la educación de este pueblo y en su capacidad para respetar a los demás.