FOTOGRAFÍAS.


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No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 5 de abril de 2014

HELENITA, SEMANA Y REFLEXIONES.

Bienvenidos otro fin de semana a Obtentalia.

De nuevo este fin de semana disfrutaremos de las fotografías que nos ha enviado José Manuel Peña. La de hoy nos resulta muy curiosa.

Para mañana estamos acabando de preparar la nueva historia de Helenita que nos ha enviado nuestra colaboradora preferida Helena de Troya, "La zanja". Sí, preferida. No queríamos decirlo pero no podemos evitarlo, Helena es nuestra Helena...

Esta semana hemos estado un poco más pasionales y filosóficos que en otras ocasiones. Así han salido las reflexiones, de dentro, sin guión previo. Hemos hablado de dolor, vida, individualidad, de números que pueden implicar perfección y mediocridad, del yo, de lo colectivo, de actos, responsabilidades, aceptaciones y visiones del mundo, de ausencia, añoranza y enseñanzas, del deseo y lo deseado, del olvido y lo olvidado... y algunas cosas más.

Un amigo de Obtentalia nos envió algo que publicábamos el lunes pasado, y que repetimos ahora por lo mucho que nos ha gustado:

"Me duelen los oídos de tanto escuchar lo mismo, de oír en los demás el eco de mi propia voz, de mi propio pensamiento, de mí mismo.

Me duelen los ojos de ver lo que tantas veces he mirado, de reconocer mi rostro en el de cada persona que miro.

Me duelen las manos de intentar moldear las formas de mi pensamiento, de esa individualidad diferenciadora que arranca a jirones mis creencias.

Me duelen las piernas de recorrer siempre el mismo camino, la misma senda lejana y perdida, de pisar siempre la misma huella allí donde creo que no está.

Me duele el alma de sentir..., sólo de sentir y sentir lo mismo, siempre lo mismo, buscándome otro y encontrándome siempre yo.

Me duelo completo por cada pensamiento, por cada sentir, por cada movimiento, por vivir, sólo por vivir."

Y un amigo de Obtentalia que se identifica como Antonio, nos ha dejado en el correo una frase interesante, a modo de máxima, enviada a colación de nuestras discusiones acerca de la posibilidad o no de cambiar. Dicha frase es la siguiente:
"Se necesita no sólo un buen motivo para cambiar, sino un motivo mejor o más fuerte que el que nos impide cambiar".

Puede parece en principio una obviedad, pero creemos que encierra más significado que el que aparenta. Pensaremos sobre ello este fin de semana en nuestra atalaya.

Por Cástor y Pólux.




viernes, 4 de abril de 2014

MIRANDO ALLÁ ABAJO.

Pulsar en la foto para agrandarla.
Una escalera de bajada a la playa es nuestra fotografía de cabecera de hoy, que aquí reproducimos para tenerla siempre presente al leer esto.

El cielo al atardecer enrojeciendo las formas mientras nuestra mirada se fija abajo, en la soledad de esa playa vacía, en el deseo del olvido que toda ausencia nos contagia. Queremos correr escalera abajo pero... nos quedamos arriba, sin saber qué nos retiene.

La tarde..., despedida, añoranza, pérdida, desencuentro... ¿Y no es eso lo que queremos, olvido, puro olvido? El olvido está allá abajo, al final de la escalera, ¿por qué no la bajamos? Todo parece tan fácil que nada se muestra real. Y allá abajo está. Tal vez eso sea suficiente, saber que allí está, y que seguirá estándolo para cuanto la decisión de bajar sea firme. ¿Será eso lo que nos mantiene inmóviles, aquí arriba?

No es fácil explicar estas cosas. Mirad la foto, miradla, bien, ¿qué veis abajo, qué es estar abajo? Allá está lo deseado, aquí el deseo. Allá el olvido, acá lo olvidado. Allá la tarde cae, acá... acá cayó ya.

Por Cástor y Pólux.




jueves, 3 de abril de 2014

RECUERDOS DE LO AUSENTE.

Hace tiempo que repudiamos la añoranza, el recuerdo apenado de la ausencia, la privación o la pérdida de alguien o algo.

El pasado es un lastre inservible, una molesta carga que nos frena. Por eso queremos convertir rápidamente el pasado en olvido, para aliviar la carga.

Del pasado nada retorna, pero en el momento en el que fue presente nos alimentó. Una vez aprendida la enseñanza de algo, ese algo deviene pasado y la enseñanza devine parte del acervo de conocimientos que nos ayudan a actuar en el presente.

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 2 de abril de 2014

RESPONSABLES DE TODOS LOS ACTOS.

¿Por qué estamos siempre esperando algo de los demás? Ello nos hace dependientes, débiles, nos sujeta a la mediocridad de otros, y nos hace mediocres a nosotros mismos.

¡Qué fácil es dejarse llevar! ¡Que la aprobación de los demás justifique mis actos!, así no asumo la responsabilidad de mi vida.

Pero cada acto que hacemos y cada decisión que tomamos lleva la carga de la responsabilidad. Aún no tomar una decisión es igualmente un acto responsable. Seamos o no la causa de lo que nos suceda, cada acto que hacemos implica la adopción de una postura cuyas consecuencias nos atañen a nosotros y a los demás. Por ello somos responsables, lo queremos aceptar o no, pues no es una cuestión de opinión, sino de naturaleza humana, algo a lo que no nos podemos sustraer.

No es fácil vivir con la consciencia de la responsabilidad, lo es más con la idea de que la mayoría de nuestros actos tienen un alcance limitado, o sólo nos afectan a nosotros.

La adopción de una postura nos implica en el mundo, pues habla de como entendemos y queremos que sea el mundo, e implica a los demás en cuanto que la idea de lo que creemos, es aplicable a todos por igual. Lo que creo que es bueno para mí debe ser bueno para todos.

Nuestra vida, aburguesada y cómoda, nada quiere saber de responsabilidades, pero la realidad se impone, como siempre, y nos mira de frente esperando que también nosotros lo hagamos.


Por Cástor y Pólux.

martes, 1 de abril de 2014

EL UNO, EL DOS Y EL TRES, EL YO Y LO SOCIAL.

El uno es un buen número, el mejor, el más perfecto. Nos gusta. Tenemos debilidad por él.

El uno representa nuestra individualidad, la primera y más profunda experiencia que tenemos de nosotros mismos, un fenómeno único y primero.

El tres es el número que implica lo añadido, el ser social, fundamental según muchos, pero posterior a la experiencia de la individualidad según lo vemos. El ser social crea una capa que rodea e incluso puede anular la individualidad. Ello nos lleva a la mediocridad, pero también al triunfo y el reconocimiento, algo específico de nuestro ser como especie, como relación que se forja tras la primera experiencia del yo único. El ser social nos define, claro está, pero nuestra primera experiencia es el yo, aunque a veces se nos olvide.

El dos es un número casi perfecto, pues está justo detrás del uno, y puede participar de lo mejor del uno y lo mejor del tres, aunque también de lo peor de ambos. El dos representa la distancia corta, lo social restringido, o lo individual en un primer desarrollo social.

La psicología, al menos el sentir vigente de la misma, nos advierte en contra de todo lo que estamos exponiendo aquí, pero no nos importa, nuestro individualismo es particular y creemos que bien fundamentado.

Lo colectivo es un consecuencia, lo individual una experiencia, pero finalmente ambos aspectos han de coexistir y convivir integrados, como bien nos dice la psicología, aunque la experiencia de la realidad determina en último término el punto de vista desde el que afrontar esa realidad.

Mucho nos ha hablado y alumbrado la filosofía sobre lo social y la historia, como supraelementos trascendentes al yo del que aquí estamos hablando, y en nada vamos a contradecir esas grandes ideas. Sólo queremos poner el énfasis en el sentimiento íntimo y único del yo. Lo demás es en verdad otra historia.

Por Cástor y Pólux.


lunes, 31 de marzo de 2014

ME DUELO COMPLETO.

"Me duelen los oídos de tanto escuchar lo mismo, de oír en los demás el eco de mi propia voz, de mi propio pensamiento, de mí mismo.

Me duelen los ojos de ver lo que tantas veces he mirado, de reconocer mi rostro en el de cada persona que miro.

Me duelen las manos de intentar moldear las formas de mi pensamiento, de esa individualidad diferenciadora que arranca a jirones mis creencias.

Me duelen las piernas de recorrer siempre el mismo camino, la misma senda lejana y perdida, de pisar siempre la misma huella allí donde creo que no está.

Me duele el alma de sentir..., sólo de sentir y sentir lo mismo, siempre lo mismo, buscándome otro y encontrándome siempre yo.

Me duelo completo por cada pensamiento, por cada sentir, por cada movimiento, por vivir, sólo por vivir."


Pulsar en la imagen para agrandarla.
En nuestra atalaya, desde donde apreciamos la vista que hemos fotografiado y que hoy es cabecera de nuestro blog (foto que acompañamos en esta entrada), procuramos evitar, o al menos entender, ese "dolor" al que se referían esas palabras, escritas por un buen amigo de "andanzas y pensamientos" que, desde el anonimato, ha tenido a bien compartirlas con todos nosotros.

Por Cástor y Pólux.


domingo, 30 de marzo de 2014

FOTO, NOVELA, LA FUERZA DEL TIEMPO Y EL CAMBIO DE HORA.

Bienvenido al domingo y a Obtentalia. Impresionante la fotografía de José Manuel, ¿verdad? Desde un principio nos cautivó su composición.

Pero antes de seguir queríamos daros la noticia de que al final, a pesar de lo que nos gustó, la novela de Carlos Guillermo Navarro no fue la ganadora del Premio de la Crítica de Andalucía 2014. Aún así tenemos la satisfacción del reconocimiento de la calidad de su novela al haber sido finalista, y estamos seguros de que bien podría haber sido la ganadora, pero el primer puesto sólo puede conseguirlo uno.

Hemos renovado con nuevas fotografías la "Galería de fotos", cuyo enlace está en la parte superior del lateral derecho, bajo el buscador.

Desde nuestra perspectiva y experiencia del tiempo humanos, diríamos que la construcción de piedra de la fotografía aguantará el envite del mar siempre. Pero la ciencia nos dice que nuestra percepción de la realidad es parcial, y que una leve fuerza, ejercida durante mucho tiempo, se convierte en una gran fuerza. Lo que sucede es que no tenemos una experiencia directa de un tiempo tan amplio. La costa andaluza está salpicada de torres de piedra a las que la fuerza del mar, débil frente a la piedra pero constante, ha ganado la batalla.

Todo lo que conocemos es el resultado de todas las fuerzas ejercidas en el universo durante el tiempo suficiente para que puedan moldear éste. Miramos el cielo nocturno y cada noche vemos las mismas estrella y galaxias. Si una galaxia está a quinientos millones de años luz de nosotros, significa que su luz tardó, aproximadamente, quinientos millones de años en llegar por primera vez hasta nosotros desde que comenzó a emitir luz. Hasta entonces no se veía. La Tierra, tal como la conocemos con sus cinco continentes y sus océanos, no es más que una instantánea en el tiempo del continuo cambio al que se ve sometida por la tectónica de placas, que sigue su curso.

Todo ello nos hace pensar en la importancia y el sentido físico y real de la escala. A gran escala de tiempo nuestra vida es un instante, pero está claro que a nuestra escala da para mucho, no lo consideramos un instante (más que en sentido figurado). ¿Qué papel juega la escala en la percepción del mundo?

Deseamos que todos os adaptéis con facilidad al nuevo horario, pues hay a quien verdaderamente le supone un trastorno. El reloj circadiano con el que nuestro cerebro se ha adaptado al ciclo de veinticuatro horas del día terrestre es tan preciso que ocurren esas cosas.

A nosotros apenas nos afecta, pues en nuestra atalaya no usamos reloj ni tenemos horarios, lo que minimiza la incidencia del cambio de hora.

Buen domingo y especialmente buena semana.


Por Cástor y Pólux.