ENTRADA SUGERIDA:
MIRAR ARRIBA, ADENTRO O ABAJO.
No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...
sábado, 13 de junio de 2015
viernes, 12 de junio de 2015
OTRA DEL JEFE.
Me gustaría ser jefe para que nadie me dijera qué tengo que hacer. El jefe debe saber además mandar, pero es evidente que ello no es necesario, sólo debe saber acceder al puesto, es la única condición necesaria.
El buen jefe se exige a sí antes y más que a los empleados. Pero para ser jefe ya sabemos que no hace falta ser buen jefe, así que lo habitual es que el jefe exija mucho a sus subordinados y apenas nada a sí mismo.
Un buen jefe ha de tener algo de psicólogo, para entender a los empleados y obtener el mejor rendimiento de cada uno acorde a sus posibilidades, permitiendo la mejor integración del empleado con la empresa. Pero por aquí aún pensamos que los psicólogos son loqueros que ponen en evidencia nuestros problemas mentales, así que no ir al psicólogo es sinónimo de no tener problemas. Conforme a esa mentalidad, el jefe real, el que todos conocemos, no necesita psicologías ni ninguna otra tontería por el estilo, tan sólo debe saber donde tienen los empleados las clavijas para apretarlas.
Por Pólux.
jueves, 11 de junio de 2015
NADA HAY SEGURO.
Nada hay seguro, ni debajo de mi pies ni encima de mi cabeza.
Debajo la tierra se hunde lenta pero inexorablemente.
Sobre mi cabeza el cielo se desmorona como un castillo de naipes, y lo que parecía eterno se torna pasajero y fútil, como el sueño de un niño.
Por Pólux.
miércoles, 10 de junio de 2015
MISERABLES Y TÓXICOS CUANTO MÁS LEJOS MEJOR.
En más de una ocasión he manifestado que no creo en la bondad de las personas, sólo en las personas bondadosas que lo demuestran con sus actos. Porque hay personas verdaderamente miserables, capaces de hacerse daño a sí mismas con tal de hacérselo a otros.
Sí, hay personas que manipulan todo cuanto les rodea, amigos, familiares e hijos incluidos, con tal de conseguir lo que quieren. La autoconsciencia es su problema, como suele serlo en casi todo, pues nadie se considera un miserable por más evidente que sea.
Tales comportamientos son verdaderas disfunciones psicológicas, enfermedades mentales caracterizadas por una falta total de realismo y empatía en el trato con los demás. Esas personas son dañinas y tóxicas, y lo mejor que nos puede pasar es no cruzarnos con ellas.
Por Pólux.
martes, 9 de junio de 2015
LA LIBERTAD Y EL SISTEMA.
La libertad (en sentido amplio), nuestra libertad, la que declara y defiende nuestra sociedad, es un regalo muy preciado, tal vez el mayor de todos. Quien no ha conocido otra cosa no suele valorarlo en toda su extensión, pero la ejerce y la disfruta, que es lo importante.
Pero como todo, las leyes, el sistema capitalista y nuestro propios prejuicios a la hora de juzgar a los demás, menoscaba el ejercicio de esa libertad. Si no estás dentro del sistema laboral, muchas cosas dejan de estar al alcance y la libertad para elegirlas se desvanece. El bienestar ayuda al ejercicio de la libertad. Cualquier pérdida de bienestar, en el sentido que sea, implica una falta de libertad (la propia enfermedad es un ejemplo de ello).
La crisis que aún sufrimos, a pesar de los vaticinios del gobierno, han contraído las posibilidades de muchos, y con ello su propia libertad.
¡Qué extraña paciencia la de este pueblo ahogado! ¿Hay suficientes ayudas sociales, suficiente economía sumergida o suficientes personas haciéndose cargo de familiares que no pueden hacer frente a la crisis, como para sostener el sistema? Algo, sin duda, lo sostiene. Y me da miedo no saber exactamente qué es, porque en el fondo es la libertad la que está en juego.
Por Pólux.
lunes, 8 de junio de 2015
INTERÉS POLÍTICO Y PACTOS.
La política de pactos es otro acto político más donde se muestra de forma clara y evidente que el verdadero motor de los partidos políticos es su propio interés. Y cuando hablo de partidos políticos lo hago en sentido muy amplio, incluyendo, aunque a ellos no les guste, a agrupaciones, plataformas, asociaciones y demás formas en que puedan agruparse con fines políticos las personas.
Los partidos minoritarios, al menos algunos de ellos, pretenden anteponer sus tesis, decirle a los demás cómo han de actuar y en qué han de cambiar, pero por mucho que sus votos sean necesarios para que otros gobiernen, no deben olvidar que son minoritarios, que sus ideas no son las que ha votado mayoritariamente el pueblo, y que por tanto imponerse es tergiversar la voluntad popular. Vemos, pues, que le mueve su interés particular.
Y cada partida mayoritario busca los pactos y alianzas que le sean necesarios y suficientes para gobernar frente al otro partidos mayoritario. La gran mayoría del pueblo ha votado a dos partidos, y éstos son incapaces de llegar a un acuerdo de gobierno, el gobierno de la mayoría del pueblo. Ya sé que ese pacto suena a utopía, pero no necesariamente debe ser así. No sería la primera vez que pactos así se llevan a cabo. Pero no sé porqué volvemos a las dos Españas irreconciliables una y otra vez.
No debemos olvidar que los políticos y sus partidos son el reflejo del pueblo. Así que alguna reflexión personal deberemos hacer cada uno de nosotros acerca de tanta intolerancia, la que resulta de la dos Españas y del interés partidista como único motor de la vida política que permite extraños pactos de gobierno e invalida otros que deberían ser posibles.
Por Pólux.
domingo, 7 de junio de 2015
DEJAR EN EVIDENCIA A LOS DEMÁS.
El altruismo, la bondad, la generosidad, la fidelidad, la indulgencia, la lealtad y hasta la educación son cualidades más difíciles de encontrar cada vez, así me parece. Parte de responsabilidad por su desuso está en nuestros hábitos de consumo en los medios. Vemos muchos programas del corazón y programas de concursos "extremos" donde hay que cocinar, sobrevivir, casarse, cambiarse el aspecto, convivir, cantar, etc, en los que encontramos anteposición de intereses personales, falta de compañerismo, críticas maleducadas y hasta malsonantes, prepotencia, descalificaciones y un sinfín de otros calificativos negativos en los que no me quiero extender. Cierto es que a veces hay chispas de generosidad, agradecimiento y educación, pero no es la actitud mayoritaria.
No dejar en evidencia a otro cuando no es necesario es un acto de generosidad, cortesía, respeto y educación. Pero parece que dejar en evidencia a los demás es casi una obligación. Acostumbrados a que lo que no se muestra a los demás es una oportunidad perdida para que éstos nos valoren y admiren, nos gusta dejar constancia de nuestra "superioridad" sobre otros cuanto los dejamos en evidencia. En esos programas que antes he citado es casi lo primero que se aprende, eso sí, casi siempre disfrazado de falso realismo cuando se dice eso de "yo no me puedo callar y tengo que decir la verdad", sí "la verdad", la que interesa.
He estado en reuniones de amigos, conversaciones de oficina o comidas de familiares donde alguien ha dejado en evidencia, sin ser necesario ni venir al caso, el desconocimiento, un acto censurable, un comentario inapropiado, o cualquier otro error que otro tuvo o hizo en algún momento. No sé por qué se acaba sintiendo cierto desprecio por quien queda en evidencia cuando debiéramos sentir ese desprecio por quien lo ha dejando en evidencia.
Pero en verdad siempre hemos de ser condescendientes con este tipo de aptitudes, pues en algún momento nosotros mismos hemos actuado así. Sería generoso por nuestra parte proponernos no hacerlo más, pero para eso hay que tener algo de altruismo, bondad, generosidad, fidelidad, indulgencia, lealtad y hasta educación, y eso es cada vez más difícil.
Por Pólux.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)