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sábado, 14 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. HOBBES Y EL MATERIALISMO MECANICISTA.




Repasando antiguas notas y apuntes nos encontramos el otro día con algo sobre el, entre otras cosas, filósofo Hobbes, un inglés nacido en 1588 y que vivió 91 años. Así rezaba la nota:

"La obra de Hobbes fue importante en la ruptura con la línea de la Edad Media y el inicio de la Modernidad. El inglés, valedor del llamado materialismo mecanicista, en ánimo de refutar la idea del libre albedrío, dijo: 'la voluntad es también necesariamente causada por otras cosas sobre las que no decide', y, por tanto, 'se desprende que las acciones voluntarias tienen todas ellas causas necesarias'."

Por Cástor y Pólux.

viernes, 13 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. SALUDOS A PERSEO Y NUESTRA ATALAYA.

  Antes que nada queremos enviar un saludo a nuestro colaborador Perseo, sí, el creador de "Periquito" como le conocen muchos de nuestros seguidores. Está de vacaciones. Esperamos que las esté disfrutando. 

  La foto de hoy está hecha desde nuestra atalaya. Es la muestra de civilización más cercana que tenemos, sin contarnos a nosotros mismos, claro. Así es esta parte del Alentejo portugués, un acantilado al que se accede por una tierra yerma. Las vistas y los paisajes son de gran belleza, a lo que ayuda la a veces extraña luminosidad del ambiente. Como veis, un lugar perfecto para nosotros. Nuestra atalaya está situada en un lugar parecido al que se ve en la foto, en alto, frente al mar.
  No sé que tiene esta tierra que nos atrapa. Playas como las de Odemira, Vila Nova de Milfontes o Porto Covo, más al norte, sólo por citar algunas, son verdaderas joyas de la naturaleza que nada tienen que envidiarles a esas famosas playas del otro lado del Atlántico que nos atraen por su exotismo. Su arena fina y limpia, su mar cristalino y frío y su cielo celeste y límpido, pequeñas calas, amplias playas, y su acantilado... No podemos pedir más.  Es un lujo que tenemos al alcance de la mano, sin embargo esas playas no son tan conocidas ni tan visitadas. Pero por eso estamos aquí, tenemos la suerte de estar en un lugar idílico y además para nosotros solos. No se puede pedir más, no podemos si no repetirnos.
  Éste es nuestro lugar, el relax inicial que necesitamos para ordenar nuestra mente. Ésta es nuestra necesidad. Siempre anhelando, deseando, queriendo, intentando... Eso es la vida, querer y no poder, un continuo intento por conseguir lo que no tenemos. De nuevo topamos con nuestra naturaleza. Así somos, aceptamos la tozudez de los hechos, pero sin servil conformismo.
  ¡ Qué fresquito se duerme en nuestra atalaya ! De día nos calentamos la cabeza con las ideas de Obtentalia y de noche se nos refresca mientras dormimos.

  Y una mención especial para nuestra costa onubense, también tan querida por nosotros y en la que tuvimos instalada nuestra atalaya esta primavera. Volveremos a ella algún día, con el permiso del tren que todos los días nos recoge.

Por Cástor y Pólux.

jueves, 12 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. EL FENÓMENO DE TUNGUSKA.

Cuando nos iniciamos en la astronomía, hace ya muchos años, uno de los fenómenos que más nos impresionó fue algo sucedido muy cerca, comparado con la lejanía del Cosmos. Tal vez esa cercanía fue lo que nos hizo sentir la astronomía como una ciencia asequible y que nos afectaba directamente, aunque fuese en tiempo astronómico. Los fenómenos no sólo suceden a miles de millones de años luz, sino también aquí, en nuestra Tierra. Nos referimos a lo sucedido en Tunguska hace ya más de 100 años.

A primera hora de la mañana del 30 de junio de 1908 se produjo una gran explosión sobre la cuenca del río Podkamennaya Tunguska, en la Siberia oriental rusa. Devastó más de 2.000 km² de taiga, derribando unos 8.000.000 de árboles, muchos de los cuales fueron abrasados por los incendios debidos al incremento de la temperatura de la zona que acompañó la explosión. Es impresionante ver las fotos del lugar. Seguro que en la red encontraréis muchas de ellas.

Los testigos del fenómeno lo describieron como una bola de fuego brillante como el Sol que tras cruzar parte del cielo estalló de forma súbita. Las ondas sísmicas de la explosión causaron el movimiento de vajillas y del suelo a más de 400 km. de distancia.

Hasta 1927 no llegó a la zona la primera expedición científica. Después se sucedieron muchas más, en 1938 y en las décadas de los 50 y los 60.

De todas las hipótesis propuestas para explicar el fenómeno, la más probable, o al menos la que goza de más consenso entre la comunidad científica, es la de la desintegración en la atmósfera de un asteroide. Es el episodio más cercano y más documentado que habría de un hecho así.

Nos muestra por otra parte que nuestro predominio sobre la naturaleza lo es con el permiso de ésta. Cualquier día un asteroide nos disgrega de nuevo en los componentes químicos que nos forman, entonces sí que formaremos parte del cosmos de una manera total. Pero mientras seguiremos creyéndonos los amos de todo, y es que, ¿acaso no lo somos?




Nuestra foto de cabecera de hoy  es de las pocas en las que aparece alguien, aunque sea a lo lejos, pero es que se trata de una persona muy especial, a quien desde aquí le mandamos un beso muy grande. Ella ya sabe quien es. Por cierto, ese lugar está en la provincia de Cádiz, digamos que entre Chiclana y Tarifa, ¿alguien sabría de qué sitio se trata exactamente?

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 11 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. CARPE DIEM Y VACACIONES.


  Hoy por fin presentamos la crónica de Hermes de la que hemos hablado estos días. La hemos leído y nos ha vuelto a atrapar su estilo, esa forma de bordar las ideas sobre unas frases engarzadas con sencillez y maestría. No hay duda, el hilo de su crónica, siempre pulcro en su construcción, nos va atrapando hasta obtener toda nuestra atención. Es de agradecer el constante interés que despierta el buen oficio de Hermes.
  Su crónica se titula “Reflexiones sobre el CARPE DIEM”. Define, sitúa y explica dicha locución latina, con ese estilo directo y perfeccionista al que nos tiene ya acostumbrados. La podréis leer tras esta introducción y en su página “Las crónicas de Hermes”, a la que accederéis desde el lateral izquierdo. Esperamos que la saboreéis y os sepa tan bien como nos ha sabido a nosotros.

  A los que estéis de vacaciones os deseamos buen provecho, a los que todavía no las habéis tomado buena espera, y a los que ya la habéis pasado os deseamos... que llegue cuanto antes el año que viene.
  Podría decirse que nosotros estamos de vacaciones perpetuas, siempre de atalaya en atalaya, buscando sin descanso las mejores vistas del mundo, pero por ahora no por ello lo comprendemos mejor. Con los años se va aprendiendo la mecánica del mundo, cómo moverse en él, pero no mejora su comprensión, su conocimiento último, aunque desde luego no dejaremos de intentarlo.

  Si tenéis más tiempo daros un rodeo por este blog a ver si encontráis algo que os interese y queráis comentar. Podéis ir a las entradas más antiguas, a las páginas laterales o usar el buscador.

  Nosotros, si no sucede nada que lo impida, mañana volveremos a estar aquí, con una introducción nueva y una foto de cabecera también nueva.

Por Cástor y Pólux.

REFLEXIONES SOBRE EL CARPE DIEM, por Hermes.


¿Quién no ha oído hablar en alguna ocasión del CARPE DIEM? Esta locución latina que todos aprendimos, o al menos oímos alguna vez, en los primeros años de bachillerato se debe al poeta romano Horacio -año 65 antes Cristo / año 8 antes de Cristo-, sin duda, uno de los mayores poetas romanos de todos los tiempos, entraña una invitación al disfrute inminente de la vida y sus cosas mundanas. Literalmente quiere decir "aprovecha el momento; no confíes en el mañana" ("Carpe diem quam minimum rebola postergo"), y aparece en un poema que se encuentra dentro de las Odas de Horacio. Uno de los pasajes del poema nos dice textualmente que "mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa: aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana". El CARPE DIEM es, en mi opinión, una filosofía emanada de una particular forma de ver la vida, en la que el poeta sabedor de la brevedad del momento -el presente- invita al disfrute máximo del mismo pues el mañana –el futuro- ya vendrá, si es que viene, y desde luego nadie sabe cómo llegará. Por tanto, entiendo, que es una profunda reflexión a vivir el día a día, a disfrutar con lo cercano y, en definitiva, a no dejar las vivencias del momento a un futuro que se nos presenta harto incierto. 
Desde luego, mucho se podría hablar sobre el CARPE DIEM y no por mí precisamente, que no soy la persona más adecuada para ello, limitándose mi intervención a escribir únicamente unas líneas generales sobre esta conocida locución. Por otro lado, a pesar de que el mensaje que encierra el CARPE DIEM está claro, a lo largo de los tiempos su significado ha tenido distintas interpretaciones de manera que su inicial reflexión del goce del momento y de la juventud se ve reforzado en la Edad Media con la idea de que hay que vivir el momento pero... porque vas a morir pronto. Baste recordar que Horacio es precristiano y la Edad Media es una etapa de profunda religiosidad y marcado concepto de la limitación del tiempo. Asimismo, durante el resto de los siglos, y hasta llegar a nuestros días, el CARPE DIEM puede entenderse como un vivir cada momento de vida como si éste fuese el último de nuestra existencia lo que pone de manifiesto, por un lado, una realidad pero, por otro, una visión tremendista. De todas formas, el moderno CARPE DIEM, hay que entenderlo bajo un prisma más amable y menos pesimista, siendo una llamada a no perder más el tiempo que aún nos queda por delante, no dejando para mañana todo aquello que podemos hacer hoy y viviendo intensamente cada momento. Se trata, en definitiva, de encarar la vida desde un punto de vista positivo mientras disfrutamos de los placeres mundanos con alegría y felicidad, pues los malos momentos ya se encargan de aparecer por sí solos cuando menos los esperamos.

martes, 10 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. ¿ESTAMOS SOLOS? ÚLTIMAS PUBLICACIONES.



  Hola… ¿Hay alguien ahí?, ¿realmente alguien sigue lo que escribimos?, ¿de verdad puede interesar? Se siente cierta soledad al escribir para los demás y no saber si habrá una sola persona que lo lea. Tal vez esto no lo lea nunca nadie, pero ¿por qué habría de interesar a alguien?, ¿hablamos de cosas verdaderamente interesantes? Ciertamente estamos solos, y por eso nuestra atalaya es refugio. Nos refugia de la soledad en la soledad, nos refugia de nosotros mismos. Nuestra atalaya es salvación y privilegio, pero también cárcel y sinrazón, la deseamos, pero la necesitamos demasiado para quererla bien, dependemos demasiado de ella. Nuestra atalaya es libertad, pero también condena, libertad porque nos permite ser nosotros, condena porque no podemos ser de otra forma. ¿Hay alguien ahí…?


  Recordaros que Pólux publicó hace poco. Se trata de un artículo titulado “Mente y alma”, que podréis ver en su página “El comentario de Pólux”. También publicó hace poco Orfeo, en este caso un fragmento musical preparado para su audición, que asimismo podréis escuchar en su página “La música de Orfeo”. Y adelantaros que ya tenemos en nuestro poder el nuevo artículo de Hermes, tan impecable como siempre, da gusto leerlo. Lo publicaremos en pocos días.
  
Por Cástor y Pólux.

lunes, 9 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. FENOMENOLOGÍA, MEMORIA E INTELIGENCIA.


  Recordamos como hace ya tiempo llegó a nuestras manos un cuaderno sobre fenomenología. Era una traducción del francés de un cuaderno universitario titulado “La fenomenología” –La phénoménologie-, y numerado como 31, es decir que al menos habría 30 cuadernos más presumiblemente de temas filosóficos.

  El original fue escrito en 1949 por J.F. Lyotard, pero lo que nosotros teníamos era una edición argentina de septiembre de 1973, ya va para 40 años. Su olor a rancio denotaba el paso del tiempo. Era la quinta edición, con una tirada de 5000 ejemplares realizada en Buenos Aires. Creemos que una nada desdeñable cantidad teniendo en cuanta el producto.

  Pero lo que verdaderamente nos impresionó fue su contenido. Aquello era…, incomprensible, se devanaba uno los sesos en cada frase para intentar entender algo. El marcado carácter academicista de aquellos escritos los hacía muy cultos, pero desesperantemente aburridos y poco prácticos. Como tanto sucedió en la Universidad que nosotros conocimos (no sé en la actualidad) el conocimiento exhaustivo del pensamiento de cada autor era el único contenido válido a ponderar. No había más. Tan sólo algún catedrático “fuera de onda” valoraba aspectos que tenían que ver más con la creación filosófica que con la pura memoria.

  Con el paso del tiempo descubrimos, independientemente de la valoración académica, la importancia en la vida de una buena memoria, mientras más prodigiosa mejor. Cuánta gente hemos visto triunfar por la memoria. La inteligencia raramente suple la memoria (aunque la supere), pero la memoria suele pasar con facilidad por inteligencia. Cuántos años hemos sufrido la nefasta dirección de gente cuya incapacidad disimula con memoria. Nosotros no tenemos especialmente ni inteligencia ni memoria, por eso nos podemos permitir hablar de ello. Cuánto cansa sufrir a un jefe de ese estilo, pero si además el jefe es inepto cansa doblemente. Pero ojo, no estamos contra los jefes, ni pensamos que ser jefe sea una garantía de ineptitud. Hay jefes que sirven y ayudan, y aunque sean pocos, demuestran que no necesariamente el jefe es siempre indeseable, y que hay alguien con suficiente visión como para situarle en ese puesto. Lo verdaderamente indeseable es la situación que hace posible que la ineptitud dirija a los demás, que haya personas capaces de hacer dirigir su empresa, sea cual sea, por alguien que no sirva. No pasa nada, todos no vamos a ser Einstein, ni astronautas, ni siquiera, bajando el listón, jefecillos de algo, es normal. Debe dirigir quien sepa dirigir, no quien le toque por las circunstancias. Los demás deberemos entenderlo y asumirlo. Además, hay que reconocer que es más fácil dejarse dirigir que hacerlo, y más si nos dirigen bien. No se trata de poner verdes a nuestros jefes por serlo, que es lo usual, pero a veces se merecen algo más que nuestro desprecio.

Por Cástor y Pólux.

domingo, 8 de julio de 2012

INTRODUCCIÓN. MENTE Y ALMA Y PÓLUX.

Hoy es domingo, y la mayoría de las personas no trabajarán. Otros estarán descansando, otros de viaje, y algunos, esperamos, viendo este blog. Para los que no entráis en Obtentalia habitualmente recordaros que tenéis las páginas en el lateral izquierdo de esta página principal, donde podréis ver los artículos de los distintos colaboradores. La última colaboración ha sido la de Orfeo, quien en su página "La música de Orfeo" nos ha presentado una composición musical para su audición.

Pero hoy tenemos otra novedad, un pequeño artículo de Pólux titulado "Mente y alma", que podréis leer tras esta introducción y en el enlace a su página "El comentario de Pólux". Defiende el origen material, ubicado en el órgano llamado cerebro, del carácter mental, autoconsciente y espiritual del ser humano.


Pronto os presentaremos una nueva crónica de Hermes, que estamos seguros nos sorprenderá gratamente, una vez más, con ese estilo comunicador propio de la crónica periodística, elegante y riguroso en la gramática y perfeccionista como seña de identidad, del que nosotros nos declaramos admiradores.


Hoy ha venido el tren. Nos ha traído el domingo, nos ha regalado todo un día entero para vivirlo. Y nos acostaremos, posiblemente, dando por sentado que mañana volverá el tren. Hasta que lo pensamos y caemos en la cuenta que no es así, pero deseamos que lo sea, agradecemos el día que ha sido y, dado el carácter contingente de la venida del tren, nos dormimos tranquilos porque nada podemos hacer frente a ello, pensando sólo que "mañana será otro día".
Nosotros esperamos mañana el tren.


Por Cástor y Pólux.

MENTE Y ALMA, por Pólux.


El cerebro es un órgano fascinante. Nos hace humanos, pues en él surge la razón y la consciencia. Cómo ello sucede es un misterio por cuanto lo ignoramos, pero que en él residen dichas características humanas es innegable. No hay más que observar la merma de facultades que ocurre cuando un problema físico lo altera (una enfermedad, un traumatismo, etc.). Es impactante ver a alguien incapaz de razonar, de comprender o de conocer tras un accidente en el que se haya visto afectado el cerebro, pero aún lo es más asistir a un cambio de su personalidad. Podemos claramente presumir que el pensamiento y la consciencia surgen de la estructura material que forma el cerebro, pues una afectación de ésta determina sus capacidades como hemos visto. El mecanismo por el que esto sucede así se oculta a nuestra comprensión, pero parece obvia la relación.

Nuestra espiritualidad la conforman las capacidades abstractas, mentales, que surgen de ese cerebro material. Pero la existencia de algo más allá me parece injustificada, como por ejemplo el concepto de alma. El trasfondo religioso o filosófico que sustenta ese concepto es su única justificación. Sólo tenemos experiencia de que al morir, o al verse afectado el cerebro como antes hemos referido, las capacidades espirituales desaparecen. Que haya una conciencia o alma que subsista es algo que no se puede constatar, y que, por tanto, sólo puede imaginarse. Y la imaginación no es razón para argumentar o demostrar.

No voy a negar que sea posible que el cerebro tenga capacidades que no se muestran de manera directa, y que ciertas personas puedan tener algunas capacidades "extra". Pero que exista un alma independiente que subsista al cuerpo es ir mucho más allá. Yo no tengo ninguna experiencia de ello, ni conozco a nadie que la tenga. Eso sí, conozco a mucha gente que dice tenerla, que existe, pero hasta ahora siempre verifico que es una creencia, pues no demuestran nada. ¿Por qué esa necesidad de creer en cosas indemostrables, de dar una dimensión trascendente a todo? Tal vez se me tache de materialista, de hacer uso de un racionalismo empírico que también determina mi forma de ver las cosas, pero creo que tiene más valor hablar de aquello que veo y puedo conocer que de lo que no puedo ver ni conocer.

Aún no tenemos conocimientos suficientes como para comprender suficientemente el funcionamiento del cerebro, así como la emergencia del pensamiento abstracto a partir de la materia que forma ese órgano. Es posible por tanto que algún día podamos entender esa relación mente-cerebro. Creo que es más positivo indagar en ese sentido que no en una trascendencia de la que no tengo experiencia alguna, en un dios al que no accedemos los que no lo vemos.

Por Pólux.