Ciertamente creo que el hombre ha de descontaminarse de sí mismo, de su orgullo, de su vanidad, de su necedad y de su excesiva seguridad en sí mismo.
Son todos esos calificativos inherentes a su naturaleza, y por tanto sin posibilidad de erradicación. Pretenderlo sería una idea irreal e incoherente. Pero tal vez sí pudiéranse suavizar sus efectos o controlar de alguna manera las limitaciones que nos imponen, ... tal vez no, visto lo visto.
Por Pólux.