Dos gaviotas bajo un cielo celeste. ¿Qué perspectiva tendrían las gaviotas de la foto de nosotros si nos vieran? ¿Es esa diferencia de perspectiva un indicativo más de nuestra diferenciación como animales racionales, capaces de imaginar y llenar de contenido simbólico lo imaginado? Todo en nosotros rezuma percepción y consciencia, pero sometido al instinto. Y es esa mezcla la que tal vez mejor nos defina, la tensión irresoluble entre la idea (el ideal, el deseo) y la necesidad (el instinto y las limitaciones físicas que nos impone la materia de nuestro cuerpo).
Publicamos hoy una nueva entrega de ese "personaje" al que, a pesar de su carácter, acabaremos teniendo cierto cariño, al menos por las sonrisas que nos provoca con su relato ameno y ocurrente PERSEO. Se trata de PERIQUITO y sus nuevas andanzas. En esta nueva historia aparecen personajes que ya vamos conociendo, como Amada, Clemencia (abuela del niño de quien Perseo habla en primera persona), y otros nuevos, como un chófer muy particular. Seguro que os gustará y os hará recordar alguna que otra anécdota de vuestra infancia. Tras esta introducción tenéis esta nueva entrega de Periquito titulada "Un viaje accidentado", que también podréis leer en el enlace lateral a la página "El Laberinto de Perseo".
Los días son cada vez más largos, y es que nos vamos acercando al solsticio de verano, en el que, en el hemisferio norte, los días son más largos y las noches más cortas, lo que sucede alrededor del día veintidós de junio. Si los días pasan... llegará.
Buen fin de semana. Y si os queréis entretener un poco podéis hacerlo leyendo las entradas más antiguas de Obtentalia que tal vez no visteis en su día.
Por Cástor y Pólux.
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