¿Qué hay más allá de todo el universo conocido? Nos dicen los físicos que no tiene sentido hacerse esa pregunta, pues el universo es lo que hay, lo que existe, no habiendo por tanto un algo más allá (no me refiero al "más allá" espiritual, obviamente).
Pero nuestra forma de pensar, nuestra mentalidad, nos lleva a intuir que todo consta de una extensión cuyos límites están dentro de otra extensión que la contiene, y así sucesivamente. Por ejemplo, el agua está en el vaso, el vaso sobre la mesa, la mesa en el salón, el salón en el piso, el piso en una urbanización..., y así hasta donde queramos. Lo malo es que la intuición a veces nos confunde, pues este razonamiento nos lleva hasta el infinito, y no tenemos experiencia de él, luego la deducción de su existencia es puramente lógica.
¿Dónde hemos dado el paso de lo experimental de la extensión a la deducción lógica del infinito de tal extensión? Pues en la base misma de la premisa, en suponer que la extensión es de tal manera que existe con independencia del objeto extenso. Es la idea de espacio absoluto que aún manejamos mentalmente y que ya fue superada por la teoría de la Relatividad de Einstein.
Se trata, pues, de mirar la realidad con unos ojos distintos y sin dejarnos llevar por la intuición, de forma flexible y abierta. Sólo así podremos comprender los descubrimientos que la realidad aún nos tiene guardados.
Se trata, pues, de mirar la realidad con unos ojos distintos y sin dejarnos llevar por la intuición, de forma flexible y abierta. Sólo así podremos comprender los descubrimientos que la realidad aún nos tiene guardados.
Por Cástor y Pólux.
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