El uso en la
primera frase de este escrito del adverbio "ya" matiza en su
temporalidad el hecho que se describe. "Hace más tiempo del que me
gustaría ..." ubica en el pasado el hecho, pero "Hace ya más tiempo del que me
gustaría ..." ubica tal pasado en relación a un presente inmediato, es
decir, relativiza y condiciona la apreciación de ese pasado a la perspectiva o
subjetividad del momento presente, es entendido desde el presente "ahora",
dejando abierta la posibilidad a la interpretación que en cada uno de todos los
presentes que son cada instante en el tiempo, pueda tenerse de un hecho pasado.
Lo que somos en cada instante condiciona ese presente. Es esto algo tan obvio
que parece caprichoso haberlo expresado. Pero así tal vez consiga que no se me
olvide lo obvio.
¿Cómo puede
compendiarse lo que no compendiarse puede, o explicarse lo que se define sin
explicación?. En realidad esto no es más que un juego de palabras para referir
lo que no puede referirse con palabras, de ahí la dificultad de escribir “A”. De lo inexplicable no significa que no exista explicación porque no tenga una
causa, sino porque no se le conoce. Y aunque no pueda explicarse sí puede
describirse. Y creo que eso era (¿o "es"?) lo que hacía en
"A", describir como única vía de explicación.
El uso del
"se" impersonal que he hecho en lo escrito me parece injustificado,
injusto (aunque insustituible). Nada de lo que he escrito es impersonal, más
bien todo lo contrario, muy personal. Y el impersonal, por impersonal,
generaliza. Y generalizar lo personal, subjetivo y particular es injustificado
e injusto. Injustificado porque de una cosa no se sigue la otra, e injusto porque ni por un lado puede imputarse a los demás lo propio de alguien, ni por
otro puede alguien perder lo propio imputándoselo a los demás.
Sólo quería con
esto demostrarme una vez más el acervo que encierran las palabras, la
dificultad para expresar los sentimientos con letras, lo justificadas que
pueden llegar a ser las licencias que a veces se toman en las expresiones
lingüísticas como forma de matizar el sentido estático y pétreo de las palabras
para acercarlo lo más posible a la plasticidad del pensamiento, de la
imaginación, de lo que la palabra no es pero intenta referir.
“A” lo es todo,
porque todo lo pretende, pero también nada, porque nada consigue, aunque tal
vez el mero intento sea ya un logro. Sólo sé que siempre acabo donde empecé, porque
en realidad la contradicción dialéctica expresada en este escrito no existe más
allá de él. Incluso podría generalizar diciendo que la contradicción no existe,
pero las razones para ello serían más bien objeto de otro comentario.
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