Algo más que una declaración ... |
Muchas veces me he preguntado por qué
eres tan hermosa, sublime y excelsa. Si la perfección no existiera tú serías la
excepción a ese precepto y así como Le Corbusier admiró la belleza desde el
mismo momento que vio el Partenón, mis loas hacia ti serían la consecuencia de
la mucha admiración y cariño que te profeso y dedico desde que tengo uso de
razón. Quiero que sepas que mi amor por ti surgió allá en la lejana infancia,
época de balbuceos y sonidos ininteligibles de rorro insignificante y de
lágrima fácil. Te confieso que mi idealización es tan inmensa, tan ilimitada y
tan grande que si no existieras, a Dios le pediría que te creara de nuevo,
cincelada en cálidos mares de oro y plata, porque eres vida, umbral y océano
inmenso de frases y palabras eternas e infinitas. Tu sonido es puro, limpio,
claro y, a veces, hasta suave como el terciopelo. Hace mucho tiempo que me
percaté de tus encantos, porque eres preciosa y, por supuesto, que distinta de
las demás. Ninguna, de las muchas que sois a lo largo y ancho de este planeta
-cada una con vuestras peculiaridades, virtudes y características propias-
puede competir contigo absolutamente en
nada, por lo que mi predilección hacia
ti nunca encontrará límites. Más allá de las fronteras, querida mía, el mundo
lo formáis un auténtico crisol, de lo más heterogéneo, múltiple y variopinto,
que hace que, por vuestro origen, unas seáis escandinavas, otras sajonas,
enigmáticas como las eslavas, amerindias, orientales de rasgos indescifrables, eminentemente
arábigas y, aunque no las conozca, bellas como supongo que serán las de origen
hindú, según sus caracteres. Es sorprendente que seáis miles en un mundo tan pequeño, multiétnicas, y cada una apegada a un pueblo, cultura y civilización.
Pero esa es la realidad, la verdad incuestionable y única y, entre otras cosas,
la razón de ser de todas vosotras. Pero yo te prefiero a ti, latina mía, hija
de Imperio y madre -lengua materna- de numerosos hijos: tus miles de hablantes.
Eres, de las bellas hablas de origen romance, ni más ni menos, que ¡la
universal Lengua española! El idioma de la poesía...
Pero yo te prefiero a ti, latina mía,... |
hoy sirves a miles,
y ayer a Cervantes.
Contigo el deleite
son eternos instantes...
Si Querétaro es belleza
electa en lengua hispana -que no discuto-, no menos agraciados deberían ser
entonces otros vocablos hermanos, porque quién duda de la esperanza, la fe y la añoranza, de la solidaridad entre los pueblos, la salud y hasta de la vida misma,
españolísimos y estéticos términos de nuestra habla. Y tú, idioma español,
cauce que desarrolla la palabra, ¿qué eres entonces?
Sin duda, debes ser la
perfección hecha lengua, actualmente al servicio de más de cuatrocientos
cincuenta millones de personas dispersas a lo largo y ancho de la Tierra, e
idioma oficial y común de más de veinte países del Mundo.
En granate los países hispano hablantes. |
No hay comentarios :
Publicar un comentario