Me resulta impropio que algunas corrientes políticas y de pensamiento se apropien de determinados conceptos como propios, como así sucede, por ejemplo, con el concepto de liberalismo. En una democracia, en un estado de derecho y en una economía de libre mercado, todos somos liberales, es que casi no podemos no serlo. Pero algunos partidos políticos se autoproclaman liberales frente a otros a los que señalan de intolerantes y dictatoriales.
Esa diferencia podrá esgrimirse respecto de una acto o una circunstancia determinada, pero no en cuanto a la ideología de un partido democrático, sea de la tendencia que sea. (salvo las excepciones de los extremismos).
En realidad se trata de un ardid político interesado y manipulador (como casi todo en política). Y es que a los ciudadanos nos tratan como niños a los que se pueda engañar con facilidad. Podría pensarse que algo tan evidente es una torpeza, aunque si lo hacen, es porque al final consiguen manipularnos.
Por Pólux.
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