LA DIVERSIFICACIÓN DE LA OFERTA:
EL TORMENTO DE LA MEJOR COMPRA.
Por Pólux (19 de julio de 2015).
Lo que debería ser el placer de una compra se convierte en el tormento de una indecisión, la de no saber cómo realizar la mejor compra. |
Esa diversificación tiene como finalidad, además de facilitar las ventas al productor, no lo olvidemos, la de encontrar el producto acorde con nuestras necesidades. Lo que sucede es que generalmente nuestras necesidades no están tan bien definidas como la propia diversificación, de forma que la elección acaba siendo un tormento de indecisión.
Pongo un ejemplo. Quiero comprar un ordenador. Normalmente lo voy a querer para lo mismo que todo el mundo lo quiere, para conectarme a internet, escribir textos, jugar de vez en cuando, ver películas online, algo de edición de música, fotos y vídeos, y cosas por el estilo.
Me persono en una tienda y cuando pregunto por un ordenador me dicen que para qué lo quiero, si voy a editar vídeo o sólo para ver películas, si para un uso doméstico o más profesional en algún aspecto, si sólo voy a entrar en internet o lo quiero para jugar juegos. Me dicen que tal procesador es mejor que otro cual, pero que tampoco es necesario uno tan bueno según para lo que lo quiera. Que si quiero una tarjeta gráfica más buena o la que va integrada en la placa base, que ésta sirve para los juegos sin demasiados requerimientos, pero que aquélla es necesaria para los juegos de última generación. Que si más o menos RAM, que si más o menos memoria del disco duro, y así una y otra cosa. Y yo sólo sé decir que quiero un ordenador ni muy bueno ni muy malo, ni muy caro, pero tampoco el más barato, que me sirva para editar música y pueda usarlo para juegos pero que no se vaya de requerimientos para que no se encarezca mucho. ¡Vamos!, que si no eres un experto no te ayudan mucho.
Me persono en una tienda y cuando pregunto por un ordenador me dicen que para qué lo quiero, si voy a editar vídeo o sólo para ver películas, si para un uso doméstico o más profesional en algún aspecto, si sólo voy a entrar en internet o lo quiero para jugar juegos. Me dicen que tal procesador es mejor que otro cual, pero que tampoco es necesario uno tan bueno según para lo que lo quiera. Que si quiero una tarjeta gráfica más buena o la que va integrada en la placa base, que ésta sirve para los juegos sin demasiados requerimientos, pero que aquélla es necesaria para los juegos de última generación. Que si más o menos RAM, que si más o menos memoria del disco duro, y así una y otra cosa. Y yo sólo sé decir que quiero un ordenador ni muy bueno ni muy malo, ni muy caro, pero tampoco el más barato, que me sirva para editar música y pueda usarlo para juegos pero que no se vaya de requerimientos para que no se encarezca mucho. ¡Vamos!, que si no eres un experto no te ayudan mucho.
Pero el problema de la elección no se queda ahí. Por desgracia he podido observar como los expertos en informática son como los médicos, cada uno te dice una cosa y al final no sabes a quien hacer caso. Cuando pido asesoramiento en otras tiendas la elección se vuelve imposible, lejos de lo que pretendía. Un vendedor me dice que ni loco instale Windows 8 (dan por supuesto que no existe más sistema operativo que el de Microsoft), que es mucho mejor el Windows 7, otro me dice que lo mejor es esperar a que salga Windows 10 (se comercializa a partir del día 29 de este mes), otro que ponga el Windows 8 y luego lo actualice al 10. Luego la RAM. Uno me comenta que si compro un intel core i3 le ponga 8 Gigas de RAM, otro que para qué quiero 8 Gigas si va perfectamente y es más barato ponerle 4 Gigas para lo que necesito. Y así con todo, el microprocesador, la caja, la placa base, la impresora, el monitor, el disco duro, etc.
Pero si ni los propios entendidos en la materia (supuestos entendidos) se ponen de acuerdo, ¿cómo lo vamos a hacer nosotros, usuarios que confundimos la RAM con una marca de leche, nos parece que un monitor LCD es una televisión drogada con LSD, o que una tarjeta gráfica es una postal llena de dibujitos?
Pero si ni los propios entendidos en la materia (supuestos entendidos) se ponen de acuerdo, ¿cómo lo vamos a hacer nosotros, usuarios que confundimos la RAM con una marca de leche, nos parece que un monitor LCD es una televisión drogada con LSD, o que una tarjeta gráfica es una postal llena de dibujitos?
Finalmente un vendedor, el más listo de todos, me dice "éste está muy bien para el precio medio que tiene, la relación calidad-precio es excelente". Al fin alguien que se deja de tecnicismo y me dice algo que entiendo (por eso era el más listo). Y sin más, convencido de que hago una buena elección guiado por el vendedor, digo "pues sí, me llevo ese".
Casi más fácil es llegar y decirle al vendedor "dispongo de 375 €, por ese dinero ¿cuál es el mejor ordenador que me puedo llevar?", aunque seguramente me respondería "¿para qué lo quiere usted?"... ¡Ya me ha fastidiado!
Por Pólux.
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