Ya tenemos muy cerca la Semana Santa. El próximo viernes es Viernes de Dolores y domingo Domingo de Ramos. Antes escuchaba aquella frase de "el Domingo de Ramos quien no estrena no tiene manos". Hace tanto tiempo que no la oigo... Y es que era, y es, un día en el que la mayoría nos engalanamos con trajes y vestidos nuevos. Da gusto ver a las gentes, mayores y niños, llenar las calles ese día, a la espera del primer desfile procesional, todos elegantes y bien vestidos, llenando los bares en un día de asueto para las diarias labores culinarias.
Los más chicos corriendo, comprando chucherías, sintiendo la alegría del ambiente y la relativa permisividad de los padres. Los adolescentes mirándose, intentando gustar a los demás, ellas luciendo ropas y enseñando carnes para impresionar a los muchachos, que las siguen con la mirada, y con paso firme también, sintiéndose tan hombres... Y los hombres, los de verdad, y las mujeres, hablando, algunos en corros mientras lo niños revolotean a su alrededor, saludándose, sonriéndose, queriendo mostrase agradables, aunque sólo sea por ese rato y por ese día. Los mayores observando. Saludan, dan la mano y siguen observando. Parece gustarles el ambiente, pero se sienten mayores, cansados, y se conforman con ver la alegría y el disfrute en los demás.
Así se ponen las calles más céntricas. Es un día de fiesta especial. La fiesta religiosa también se vive, aunque más minoritariamente. Es ante todo, para la mayoría, un fiesta popular, de lucimiento y gasto, donde la religiosidad apenas pasa por persignarse frente a un paso o pedirle algo al Cristo o la Virgen que procesiona.
En cualquier caso es un día grande, festivo, de divertimento y entretenimiento, en el que se disfruta del espíritu y sobre todo del cuerpo.
Por Pólux.
No hay comentarios :
Publicar un comentario