Hoy es un día grande para la democracia. Ejercemos nuestro derecho al voto, y la obligación diría yo también, al menos la obligación ética. Y tal es la grandeza de nuestra libertad que somos libres hasta para no ejercerla. Pero antes de seguir con esto hablemos de nuestras novedades particulares.
La primera es la mención que siempre se merecen las fotografías de nuestro colaborador Carlos García. Si con la de ayer nos salíamos de su tónica general (en cuanto a lo que publicamos en este blog), la de hoy vuelve a retomar su más puro estilo, el que asimismo mejor representa el espíritu de Obtentalia. De nuevo el mar, el cielo iluminado entre nubes por el ocaso del Sol, las olas rompiendo en la orilla, y todo impregnado de esta atmósfera oscura y rojiza que deja entrever cada detalle, que muestra de forma contenida cada elemento de la composición. Muchas son las fotos de puestas de sol que podemos ver en cualquier lugar, sólo en internet su número es casi infinito, pero pocas consiguen expresar la soledad del final del día como las de Carlos García.
Y la segunda es que hoy publicamos un artículo de una colaboradora que por fin recuperamos para este blog, Calíope, quien sentada desde su sofá observa el mundo y reflexiona sobre lo que ve. De alguna manera su sofá es como nuestra atalaya, un lugar especial desde donde mirar el mundo. Su artículo se titula "EL YIHADISMO Y LA RENUNCIA A LA LIBERTAD", una sensible mirada a la actualidad del terrorismo y una reflexión original, comprometida y valiente sobre la libertad. Hace valer Calíope su condición de mujer sin caer en prejuicios ni fáciles feminismos, aportando con ello un punto de vista personal que matiza con convicción un hecho que tanto nos está llamando la atención actualmente, la elección de algunas mujeres occidentales de unirse al terrorismo yihadista que nos es tan ajeno (al menos en su origen, pues no lo es tanto en cuanto que lo sufrimos). Un gusto volver a tener en Obtentalia a Calíope y las ideas que nos regala. Esperamos poder contar con ella en lo sucesivo. Podéis leer su artículo desde este enlace, pulsando sobre el título antes escrito, desde el enlace de "Últimos contenidos" (en el lateral izquierdo de esta página principal), desde la página que hemos abierto a Calíope llamada "Reflexiones desde el sofá, por Calíope", en la que se recopilan todos sus artículos (a la que se accede también desde el lateral izquierdo de esta página principal), o moviendo la rueda del ratón para ir a la entrada inmediatamente anterior a esta.
Hoy votamos al partido y las personas que gobernarán Andalucía los próximos cuatro años. Siempre me ha gustado votar, y aún tengo cargo de conciencia por una vez que no pude hacerlo (en realidad que no hice todo lo posible). Con el paso de los años lo valoro cada vez más, a pesar de que los políticos se merezcan en ocasiones, en muchas ocasiones últimamente, un tirón de orejas más que un voto. Dicen que con el voto puede darse un tirón de orejas a los políticos, pero no estoy muy de acuerdo con ello, pues el hecho de ir a votar valida la actuación política. Siempre se puede votar en blanco, o realizar el llamado voto útil, pero ambos se pueden volver contra la voluntad de quien lo ejerce, pues los resultados electorales finales pueden ser contrarios a lo que pretendíamos con ese tipo de voto y haberlo favorecido con él.
A pesar de todo, nuestra libertad depende de que pueda ser ejercida, y las votaciones son una de las expresiones más demostrativas de ello. ¿Cómo nos sentiríamos si no pudiésemos ejercer la libertad en nuestro país, como durante tiempo sucedió? Qué cercana está esta pregunta de las que se hace Calíope en su artículo de hoy. No dejad de leerlo y lo comprenderéis.
Por Pólux.
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