REFLEXIONES DESDE EL SOFÁ.
Por Calíope (22 de marzo de 2015)
EL YIHADISMO Y LA RENUNCIA A LA
LIBERTAD.
Estos días de precampaña
electoral de Madrid y campaña electoral andaluza, las cadenas de televisión se
han llenado de debates y tertulias sobre cual partido político lo hará mejor,
los que tenemos o los que están por venir, las viejas glorias o la savia nueva,
los que tienen una trayectoria política o los que no la tiene pero le ponen
ilusión por el cambio. Los noticieros de todas las cadenas nos muestran los
candidatos de unos y otros partidos, diciendo lo que van hacer, las promesas
electorales y las críticas al otro candidato.
Lejos de ese bullicio se
encuentra la noticia más aterradora de todas, la célula yihadista en España. Y
es aterradora no sólo por sus ideales basados en la Yihad , que justifica la
muerte de los infieles en la cruzada por los más ortodoxos en la recuperación
de territorios que en algún momento histórico pertenecieron a la cultura
musulmana, sino por la captación de mujeres españolas en esa cruzada, algunas
de ellas menores.
Y COMIENZO A REFLEXIONAR DESDE MI
SOFÁ.
Cuando en 1791, dos años después
de la Declaración
de Derechos del Hombre y del Ciudadano, Olimpe de Gouges escribió la Declaración de
Derechos de la Mujer
y de la Ciudadana ,
no imaginó que siglos más tardes, jóvenes de países occidentales renunciarían a
los derechos de mujer que durante tanto tiempo costó conseguir. Cuando redactó
aquel primer artículo en el que decía “La mujer nace libre y permanece igual al
hombre en derechos”, no comprendería por
qué ahora algunas mujeres no quieren esa libertad. Y aunque fue guillotinada
dos años mas tarde de su declaración de derechos, luchó por lo que creyó que
era de justicia, la igualdad entre hombres y mujeres.
No quiero dar una lección de
feminismo, ni me voy a remontar a la lucha de mujeres por el sufragio
universal, por salarios y puestos de trabajos dignos, por poder acceder a la
enseñanza o por acabar con los estereotipos del sexo débil. No es esa mi intención.
Yo quiero hacer un llamamiento a
la reflexión sobre lo que está ocurriendo con esas mujeres, que deciden
abandonar a sus familias por una guerra que les coge de lejos, como a muchas
españolas, que olvidan las clases en el colegio mixto, sentadas al lado de otro
chiquillo con sus mismos derechos, para taparse completamente el rostro y huir
a esos países gobernados por una cultura de radicales que nada tiene que ver
con la religión musulmana.
¿Y que pasará cuando quieran
volver?, ¿Qué pasará cuando se despierten un día y descubran que pueden ser
lapidadas por adulterio, que no pueden pasear sin un hombre a su lado, que sus
esposos tiene derechos a golpearlas hasta matarlas, cuando las conviertan en
kamikazes? ¿Qué pasará cuando se sientan solas y no puedan volver a sus casas,
con sus familias?. Que pasará entonces
cuando no puedan hacer cosas tan sencillas como comprar un libro cualquiera,
pasear por la playa en bañador mientras el sol le calienta la piel, reír con
los amigos en un bar tomando un café…, cuando esas cosas que son fruto de
nuestros derechos y libertades reconocidos dejen de ser cosas sencillas, para
ser sueños imposibles.
Y yo me pregunto, si nuestra
Constitución reconoce los derechos a todos los ciudadanos, sean hombre o
mujeres, y nuestro Estado es intervencionista, ¿que medida se puede tomar para
salvar a unas mujeres que se encuentran tan perdidas que renuncian a sus
derechos y libertades para ofrecerlos en una contienda que se basa en el
terrorismo? ¿Qué podemos hacer como ciudadanos para parar el desmantelamiento
de sus vidas, sin violar sus libertades que como mujeres disfrutan en un país
democrático?
Sin duda el terror de la noticia
no es sólo las células yihadistas en nuestro país, es también la captación de
mujeres que serán convertidas en meros objetos sin derechos y libertades básicos, cuyo final probablemente
no sea el que les prometieron al llevárselas.
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