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domingo, 12 de enero de 2014

"EL PELO DE HELENITA", POR HELENA DE TROYA.

“EL PELO DE HELENITA”
Elena de Troya (12-01-2014)


Desde muy pequeña he llevado el pelo muy muy largo, tan largo que podía sentarme en él. Las envidiosas me decían que lo llevaba tan largo para limpiarme el culo con él.

Lo recogía en una trenza y nunca me lo soltaba. Nadie en ocho años de colegio me lo había visto suelto. Hasta que un día a una de las monjas se le ocurrió que fuera descalza, que me vistiera con un túnica blanca con brillo y que llevara el pelo completamente suelto mientras iba y venía por el templo de la capilla haciendo el “play-back” de una canción que tuve que memorizar que decía: “Allanad los caminos que viene el Señor”.

Entonces entre la concurrencia se escuchó un ¡OH!, ¡qué largo!

Las envidiosas me decían que estaba bella como una camella.

Al cabo de un par de años aquella frondosa melena desapareció. Era junio. Hacía mucho calor y yo tenía la varicela. Cuando el médico me visitó en casa le dijo a mi madre que más que varicela parecía viruela que es peor. Y como la zona más afectada era la cabeza insistió en que no se me ocurriera lavármela y menos cepillarla. Como llevaba el pelo recogido en una trenza  no pensamos que fuera a enredarse mucho. Pero no ocurrió así. Cuando el médico me indicó que el peligro había pasado, lavé mi pelo con mimo pero se me hacía imposible desenredarlo. Lo intentó mi madre y tampoco pudo. Acudimos entonces a la peluquería cercana de una vecina. Ni el suavizante ni otras cremas lograban desenmarañarlo. Así que no hubo más remedio que cortarlo. Me lo dejaron por encima de los hombros.

Pero como hacía mucho calor y yo no estaba acostumbrada a llevar el pelo suelto tomé la decisión de cortarlo todo y llevarlo como si fuera un niño.

Luego con los años lo dejé crecer otra vez hasta llevarlo por la cintura.

Pero me ocurrió algo muy curioso, cuando me encontraba mal, estaba enfadada o estaba pasando una mala época me cortaba el pelo tanto que no necesitaba ni peinarme. Y cuando estaba a gusto, contenta, me lo dejaba crecer. Yo creo que en eso tiene que ver la paciencia. Cuando estaba mal no tenía paciencia para cepillarme el pelo, desenredarlo y dejarlo completamente liso. Cuando me encontraba bien sí tenía paciencia para cuidar mi pelo con esmero.

¿Queréis saber cómo de largo llevo el pelo o si lo llevo corto?

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