Este mes de agosto, como habréis observado, no hemos tenidos tantos artículos y colaboraciones como de costumbre, y es que, salvo nosotros, que estamos aquí, en Obtentalia, aún en vacaciones, los demás están prácticamente todos de vacaciones.
El otro día tuvimos que ir por la redacción a recoger algo y nos tuvimos que poner a quitar el polvo y limpiar aquello. Estaba desierto. Pero ahora en septiembre todo volverá a cobrar vida.
Queremos darle las gracias a María Ruda por su comentario a las fotos de la semana y por las que nos ha enviado, que estamos preparando y publicaremos ya en septiembre. Os vamos recordando, para todos aquellos que os vais incorporando de las vacaciones, que hemos habilitado un apartado nuevo en que podréis ver las fotografías de la cabecera del blog que hemos puesto en las últimas semanas, para no perderos ninguna si algún día no entráis en el blog, ya que las cambiamos diariamente. Se accede a esa galería de fotos pulsando sobre la fotografía de cabeceera, tal como se dice en el texto a su pie. Fue una idea que nos propuso una seguidora de Obtentalia, María Ruda, a quien acabamos de agradecer su comentario y su participación con fotografías. Igual que ella podéis enviarnos vuestras sugerencias, ideas o escritos para participar como colaboradores a nuestro correo grupo_obtentalia@obtentalia.com
Y os dejamos hoy domingo con unas breves reflexiones sobre la creatividad, la libertad y el arte.
La creatividad, como la fantasía o el pensamiento, es libre,
más aún que el arte, pues es el paso anterior a éste. El arte implica la obra
acabada para poder ser juzgada o no como tal, y puede estar sometido a
influencias y condicionamientos que lo mediaticen. La creatividad es el acto
previo, el momento mismo de la “creación”, es pues un estadio álgido, de
excitación, revolucionario, menos influido y mediatizado. Y ese es el verdadero
momento de placer y libertad que busca el artista, un momento íntimo, lejos de
miradas o aprobaciones que sólo ceban el orgullo y la vanidad, más propios del
arte.
Es un acto libre porque es interior e íntimo, fuera de la
vista de censuras y juicios que lo acotarían. Sólo somos verdaderamente libres
allá donde nadie puede penetrar, donde el yo se manifiesta por sí, con
independencia de la presión del juicio social. No queremos decir que sea una
manifestación pura, pues siempre sufrirá la ingerencia de nuestra propia moral,
de nuestros propios prejuicios, que acaban funcionando a modo de censura, como
lo es el juicio social, pero es lo más aislado que puede estar nuestro
interior.
Evidentemente hay personas más creativas que otras, pero la creatividad está al alcance de todos -no tanto el arte-, depende más de la personalidad que del trabajo ejercido. Un albañil o una ama de casa pueden ser tan creativos como el que más. De hecho nosotros diríamos que de las personas más creativas que hemos conocido ninguna se dedicaba al arte (en realidad creatividad y arte son cosas muy distintas, pues no toda creatividad conlleva la obra de arte, pero toda obra de arte implica el previo acto de creación). Es hora de desmitificar esa concepción de arte y libertad que muchos autodenominados artistas se han encargado de hacernos creer en pro de su propio interés. Pero ese es otro tema del que hablaremos más adelante..
Por Castor y Pólux.
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