El otro día un señor en la barra de un bar hablaba con el camarero y con otro contertulio, todos con su tubo de cerveza, al que asían como de una amante se tratara. El señor que hablaba comentaba algo que en principio pensamos que estaba dentro del género fantástico o de ciencia ficción, pues comentaba que ya ese día se había tomado mínimo catorce cervezas. No sabemos cuántos litros podían ser eso, pero calculamos que algo más de dos litros. ¡Y es lo decía haberse bebido a las tres o cuatro de la tarde!
"Imposible", nos decíamos. Pero aquel señor empezó a dar pelos y señales: "me bebí dos con Antoñito, el hijo de la frutera, esta mañana, después en 'el sembrao' nos juntamos ... y allí me bebí cuatro, luego ...". Y acababa diciendo "de esas me acuerdo perfectamente, pero es posible que me haya tomado alguna más que no recuerdo".
Aún estamos asimilando cómo se puede beber tanta cerveza sin caer desfallecido. Eso sí que es un "don".
Por Cástor y Pólux.
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