¿Cómo es la realidad? ¿Es como la vemos o sentimos? Nuestro conocimiento de la realidad está limitado a nuestra capacidad para percibirla. Los cinco sentidos de los que tradicionalmente hablamos no abarcan la realidad en su totalidad.
Por ejemplo la vista. Nuestros ojos sólo son sensibles a una pequeña franja del espectro electromagnético existente. Si todo ese espectro estuviera representado por las teclas de un piano, la capacidad de nuestros ojos estaría limitada a tocar tres o cuatro teclas. Pero ese poco nos sirve para conocer la realidad la suficiente como para interactuar con ella y poder desenvolvernos.
Nos adaptamos al mundo conforme a nuestra forma de conocerlo, lo que es suficiente para virvir en él. El conocimiento científico trata precisamente de intentar conocer aquéllo de lo que no tenemos un conocimiento directo. Los átomos o el universo son ejemplos de esa conquista.
Y volvemos a preguntarnos ¿Cómo es la realidad? No lo sabemos, sólo conocemos nuestra realidad, aquélla de la que tenemos experiencia. En verdad, si no podemos conocer la realidad más que bajo nuestros sentidos, la realidad que percibimos es la realidad sin más. Lo que no puede conocerse ni afectarnos es, a efectos prácticos, como si no existiera, con lo que perdería todo el sentido hacer la pregunta que ya nos hemos hecho dos veces, ¿cómo es la realidad? La respuesta no aporta nada: la realidad es como la conocemos.
Por Cástor y Pólux.
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