Algunas veces vemos pasar el mundo delante nuestra y miramos como si nos fuera ajeno. En realidad como si fuéramos ajenos de nosotros mismos pero sin saberlo. Algo así como una borrachera desde la que vemos a los demás y somos incapaces de descubrirnos a nosotros mismos.
Nos suele gustar más permanecer que ir y venir, mirar que formar parte de la acción, reír que hacer reír ...
Solamente decimos que nuestro carácter parece tener cierta predilección por esas formas de actuar, de comprometerse de soslayo. Y es que tal vez se trate de nuestra forma de huir de la obligación de sentirnos implicados en las cosas, como generalmente huimos de cualquier clase de obligación.
Esto no creemos que sea ni bueno ni malo, sólo es. Depende del momento y la forma en que suceda podrá ser "bueno" o "malo" en relación a algo concreto.
Sólo sabemos que todo, con el tiempo, sigue pasando, y que cada día tenemos la fortuna de haber vivido un día más y el infortunio de tener un día menos de esperanza de vida. Pero hasta lo de fortuna e infortunio se vuelve relativo al analizarlo.
Sólo sabemos que ... Ya ni eso.
Por Cástor y Pólux.
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