Qué lugares más tranquilos son los cementerios, siempre y cuando no sea día de afluencia masiva de gente. Casi siempre lejos de los núcleos urbanos, su silencio y su imperturbable apariencia invitan al paseo y la reflexión.
Paseando entre sus muros nos sentimos como en casa, cercanos a lo único seguro que tenemos en esta vida, que la perderemos.
No es una cuestión más que de estadística observar como con el paso de los años va habiendo más personas conocidas descansando en sus nichos que fuera de ellos. A pesar de ello, y de la tristeza que pueda producirnos recordar a algún ser querido, pasear por sus calles de tierra o cemento tiene algo que reconforta.
La soledad de los nichos no es soledad, es ausencia. La soledad sólo la sienten los vivos. En los cementerios sólo hay vivos paseando, los muertos hace mucho que ya no están, se fueron el día que dejaron de estar entre los vivos. En los nichos no hay más que recuerdos, los recuerdos de los vivos.
Mañana sábado Pólux nos contará la historia de Obtentalia, el tiempo que llevamos funcionando, todos los que han colaborado en alguna ocasión, y las ilusiones y desilusiones, más de las primeras que de las segundas, que a veces conlleva el blog, como cualquier otro proyecto en la vida, entre otras cosas. Y el domingo volvemos a contar con una historia de El Argonauta, titulada "CUARTO MUNDO", y trata con gran sensibilidad el mundo de los marginados y la acción de Cáritas con ellos.
Mañana sábado Pólux nos contará la historia de Obtentalia, el tiempo que llevamos funcionando, todos los que han colaborado en alguna ocasión, y las ilusiones y desilusiones, más de las primeras que de las segundas, que a veces conlleva el blog, como cualquier otro proyecto en la vida, entre otras cosas. Y el domingo volvemos a contar con una historia de El Argonauta, titulada "CUARTO MUNDO", y trata con gran sensibilidad el mundo de los marginados y la acción de Cáritas con ellos.
Por Cástor y Pólux.
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