Hoy domingo os presentamos un comentario de Pólux sobre la rutina. Trata de acotar un poco el término y ver sus pros y sus contras. Lo podéis leer tras esta entrada y en su página "El comentario de Pólux".
Como veis volvemos a estar un día más con vosotros. Y ¿cómo lo hacemos?, ¿por voluntad propia o por omisión? Para el hecho físico de vivir no hay que ejercer ninguna voluntad, tan sólo omitimos cualquier acto en contra, nuestro instinto de supervivencia nos induce a actuar así. Para el hecho personal, social y racional de vivir también funciona la omisión, pero para adaptar esa vida adaptable a nuestros deseos hace falta voluntad propia, esfuerzo. Y ahí comienzan los problemas.
La adaptabilidad en el ser humano no es algo dependiente estrictamente del instinto, como en los demás animales. Por suerte y por desgracia nuestra adaptabilidad puede y tiene que ser inventada, creada. Eso produce más versatilidad, más capacidad, más posibilidad, pero requiere más esfuerzo, más agotamiento, más cansancio. Y no podemos elegir. Somos presa de nuestra naturaleza, para bien y para mal.
Nuestro instinto nos lleva a aceptar la vida sin más (si no, como especie, seríamos una ruina sin futuro), y eso nos obliga. En ocasiones el cansancio nos lleva a no aceptar esa obligación, y terminamos en una situación aparentemente contradictoria que nos confunde. Así en nuestra naturaleza, confusa, pero también clara. Lo difícil es saber aclararnos cuando estamos confusos y no confundirnos cuando algo nos aparece claro. Pudieran parecer situaciones contradictorias, pero sólo aparentemente, porque como ya hemos dicho en varias ocasiones, y lo seguimos manteniendo, la contradicción real no existe, tan sólo existe en nuestro pensamiento, por la forma en que planteamos las cuestiones.
Por Cástor y Pólux.
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