Allá a lo lejos, donde el cielo se vuelve brumoso, donde las gaviotas parecen no alcanzar, allá donde el lejano barco parece ya perdido, donde la vista se transforma en ensueño, sólo allá creo estar el descanso de mi alma.
Allá a lo lejos, donde lo que es es lo que quiero, donde creo vivir mi última razón, allá, allá a lo lejos, sé, en lo más profundo, que nada hay, más no quiero saberlo y miro una y otra vez, allá, a lo lejos, complacido por el deseo de querer creer aún no creyendo.
Por Pólux.
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