INTRODUCCIÓN. DE LA CLEPSIDRA AL MÓVIL.

   Babilonios y egipcios comenzaron a medir el tiempo hace unos 5.000 años. Sus calendarios se basaban en los ciclos naturales. Luego apareció el reloj solar y la clepsidra (reloj de agua).


   El primer reloj mecánico data del siglo XIII. La medición de minutos y segundos se inició con la invención, en el siglo XVII, del reloj de péndulo.


   En los albores del siglo XIX los relojes habían alcanzado una precisión razonable pero eran caros. La producción en serie, como en otros tantos aparatos, bajó los precios. Pronto apareció el reloj de pulsera.


   En la primer mitad del siglo XX la electrónica sustituyó la mecánica: llegaba el reloj de cuarzo. La máxima precisión la ofrecen hoy los relojes atómicos, basados en la frecuencia de resonancia de un átomo de cesio.


   Y ya en el inicio del siblo XXI muchos ya hemos desterrado el reloj de pulsera. Tenemos un nuevo reloj de precisión, con mapas, GPS e internet incorporado, además de línea telefónica, agenda y aplicaciones de todo tipo, necesarias e innecesarias. Se llama teléfono móvil y se está convirtiendo en una prolongación de nosotros mismos, hasta el punto que creo que ya a más de uno nos dolería más perder el móvil, con todos los datos que tenemos en él almacenados, que la cartera con el dinero y las tarjetas de crédito.


   Os recordamos que podéis seguir escuchando y comentando la sintonía de Obtentalia en la página "SINTONÍA". Decidnos si os gusta o no. 

Por Cástor y Pólux.