Hoy presentamos a un nuevo colaborador, ORFEO. Como podéis
imaginar sus aportaciones tendrán que ver con la música. De hecho lo primero
que nos ofrece es una melodía, la sintonía musical de Obtentalia. Lo cierto es
que fuimos nosotros quienes le pedimos que la compusiera. Y ahora nos la trae,
original e inédita. Eso sí amigos, está sujeta a derechos de autor y existe una
licencia registrada para su uso, aunque no hay problema en grabarla, si podéis,
y distribuirla. Obtentalia está abierta a todos, y su melodía, por tanto,
también.
Escuchadla con auriculares, con lo que podréis apreciar
todos sus matices y percibir el marcado efecto estéreo de muchas de sus partes,
como sucede con cualquier audición musical, pero especialmente en este caso por
la baja calidad que suelen tener los altavoces integrados en los equipos
informáticos, e incluso de muchos altavoces externos.
Tenéis la sintonía en un vídeo colocado en la página
“SINTONÍA”, a la que llegaréis a través del enlace en el lateral izquierdo, tras el enlace a la página principal.
Os instamos a escucharla y a que juzguéis por ustedes
mismos si recoge o no el espíritu de Obtentalia, y también a que comentéis qué
os parece como sintonía. Si no os gusta a la mayoría, instaremos a Orfeo a que
componga otra, hasta que consigamos una que nos guste a la mayoría, y si os
gusta… pues estupendo, tendremos melodía.
Orfeo es un personaje de la mitología griega. Según rezan los
relatos, cuando tocaba su lira los hombres se reunían para oírlo y hacer
descansar su alma. Por ello mismo enamoró a la bella Eurídice y logró dormir al
terrible Cerbero, cuando bajó al inframundo a intentar resucitarla.
Algunas versiones relatan que mientras Eurídice (conocida
en ocasiones como Agriope) huía de Aristeo, según otras que mientras paseaba
con Orfeo, fue mordida por una serpiente y murió. En las orillas del río
Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Apesadumbrado,
Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente que todas las
ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo
(caábasis).
Camino de las profundidades del inframundo tuvo que sortear
muchos peligros, para lo cual usó su música, haciendo detenerse los tormentos
del inframundo (por primera y única vez). Llegado el momento, con su música
ablandó también el corazón de Hades y Perséfone, quienes permitieron a Eurídice
retornar con él a la tierra; pero sólo bajo la condición de que debía caminar
delante de ella, y que no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran
alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice. A pesar de
sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando
pasaban junto a algún peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que
Eurídice estuviera bien. Llegaron finalmente a la superficie y, por la
desesperación, Orfeo volvió la cabeza para verla; pero ella todavía no había
sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie en el camino al
inframundo: Eurídice se desvaneció en el aire para siempre.
El sentido del oído puede ser muy emocional. A ver que nos
hace sentir estar melodía. Buena audición.
Ayer publicábamos el primer artículo de Calíope. Ha sido muy comentado fuera de Obtentalia, y también en nuestro blog han dejado algunos comentarios. Si no lo habéis leído podéis hacerlo en el enlace lateral "Desde el sofá de Calíope".
Ayer publicábamos el primer artículo de Calíope. Ha sido muy comentado fuera de Obtentalia, y también en nuestro blog han dejado algunos comentarios. Si no lo habéis leído podéis hacerlo en el enlace lateral "Desde el sofá de Calíope".
Por Cástor y Pólux.
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