Miro desde arriba y veo un mundo pequeño, insignificante y perdido.
Miro desde abajo y veo un mundo incomprensible, falso y enajenado. Lo miro de frente y me inunda hasta perder la perspectiva.
Lo miro desde dentro y ..., me pierdo en un vacío de sesgos perdidos, de fulgurantes ideas cuyas estelas se pierden en la bóveda enrarecida del pensamiento.
Por Pólux.
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