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martes, 8 de diciembre de 2015

ARTÍCULO DE PÓLUX: "NAVIDAD Y SOLSTICIO, METONIMIAS QUE SON EUFEMISMOS".


"NAVIDAD Y SOLSTICIO, METONIMIAS QUE SON EUFEMISMOS."
Por Pólux (8 de diciembre de 2015).

Hay quien hasta en el nombre de las cosas quiere reivindicar su posicionamiento
político o ideológico. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero a mi entender la mejor manera de reivindicar las ideas es con las propias ideas, y más cuando hay libertad para hacerlo.

Cambiar el nombre de las cosas es una bandera de reivindicación, un símbolo, cuyo sentido y significado ha de acreditarse con argumentos. Pero hay una tendencia actual en cambiar el nombre de las cosas como forma de reivindicar lo que no es necesario reivindicar pues forma parte de la libertad de pensamiento. Es lo que sucede con lo que hoy se ha dado en llamar lo políticamente correcto (o incorrecto), forma velada de prejuicio, el de no llamar a las cosas por su nombre. Parece que es incorrecto por que lo es, sin necesidad de ser argumentado. Sucede por ejemplo con la palabra "intolerante", impronunciable dado que hemos de ser tolerantes con todo. La tolerancia es un valor, así que cuando algo no puede ser tolerado o es inadmisible ahora hay que decir que contra eso "tolerancia cero", que es lo mismo que decir "intolerancia" pero sin decirlo. Puro eufemismo (luego lo defino para mayor claridad).

Y cuento todo esto porque últimamente he escuchado cómo algunas personalidades políticas han dado en llamar a las fiestas navideñas las fiestas del solsticio de invierno, entiendo, por el lugar, España, que es el solsticio de invierno en el hemisferio norte (pues hay dos solsticios de invierno, uno en cada hemisferio y en fechas distintas como es de suponer), y lo digo a sabiendas de la obviedad. Ello me incita las siguientes reflexiones.

La razón por la que algunas personas han cambiado el nombre de Navidad por el de solsticio de invierno es el de reivindicar su sentir no religioso o ateo. Me parece bien. Pero no entiendo la necesidad de hacerlo. Las fiestas tienen un nombre y ya está, y sus raíces son cristianas, guste o no, y se le puede llamar Navidad siendo ateo sin que ello signifique renunciar a nada. Eso me hace pensar que quienes tienen interés en cambiar el nombre es porque sienten algún tipo de rechazo por lo religioso, o más bien por lo cristiano, pues esas mismas personas suelen ser muy respetuosas con las expresiones culturales de otros pueblos y naciones, incluidas las religiosas. Por ello me parece intuir cierta aversión hacia el cristianismo autóctono.

Por eso, lo que aparentemente es una metonimia ( sustitución de un término propio por otro que se encuentra con él en una relación real -causal, temporal, espacial, funcional...-), en este caso una sustitución del nombre por su relación temporal, es en realidad un eufemismo (perífrasis que se emplea para evitar una expresión penosa o grosera), ya que el cambio de nombre parece deberse a un sentimiento adverso al cristianismo causal e imperante en la actual España.

Parece como si con el cambio de nombre se quisiera negar la evidencia. Sí, entiendo que es una bandera o símbolo, pero el hecho de convertir en símbolo algo sin necesidad alguna es lo que me hace pensar que se quiere ir contra algo. La discusión ateísmo-religión es algo superado hace tiempo, y la libertad para hablar y argumentar a favor del ateísmo es total en nuestro pais, por eso no veo la necesidad de metonimias ni eufemismos cuando no se está haciendo literatura, sino opinando libremente sobre la religión y las preferencias personales e ideológicas en relación a la Navidad. 

Independientemente de preferencias e ideologías, la Navidad es la Navidad y sus orígenes son los que son. Se trata de hechos, no de opiniones. Después se puede discutir o reivindicar lo que se quiera, no hay problema, pero no entiendo el burdo intento de manipular la realidad cambiando nombres. Simplemente no es necesario.

Y con todo esto me refiero a la reivindicación a título personal. Hacerlo, como ha sucedido en algunos ayuntamientos, a nivel institucional pone de manifiesto un claro intento de manipulación, por lícito que pueda ser. Hablan de una celebración distinta de la Navidad. ¿Acaso quieren acabar con una tradición tan enraizada?, ¿en base a qué?, ¿a su propia ideología?, ¿acaso es un sentir mayoritario al de la tradición navideña?

Todo cambio es lícito cuando una mayoría lo acepta democráticamente, como ha sucedido con la fiesta de Halloween, importada y sin raíces, pero aceptada por el pueblo por las razones que sean. Cosa distinta es imponerle al pueblo una forma distinta de celebrar una festividad ya aceptada, porque determinado consistorio tenga tales o cuales ideas acerca de ella.

Si sólo fuera proponer ..., pero es que no proponen, determinan. Dejen que el pueblo se exprese libremente. 


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